España se adelanta a la caída de la ola de covid en Europa
Todos los indicadores de la sexta ola bajan ya claramente y la incidencia se sitúa en 2.564 por 100.000 habitantes a 14 días
Todos los indicadores de la sexta ola de covid en España están en caída. La incidencia ya baja en todos los grupos de edad y en las 17 comunidades autónomas desciende el número de diagnósticos diarios, las hospitalizaciones y la cifra de personas ingresadas en unidades de cuidados intensivos. Si se mantiene la tendencia, la ola en España habrá sido más rápida que en buena parte de Europa que, en términos generales, comienza a atisbar ahora el doblegamiento de la curva.
Mientras países como Alemania, Dinamarca, Países Bajos, Austria o Suecia siguen con su incidencia acumulada a 14 días disparada, otros comienzan en esta semana a bajar, caso de Francia. Más asentadas están las caídas de Irlanda y Grecia, a los que se suman ya con una tendencia muy clara España e Italia, a unos niveles muy parecidos, según datos del repositorio de la Universidad de Oxford Our World in Data.
Los 2.564 casos por 100.000 habitantes en 14 días que marca el informe del miércoles del Ministerio de Sanidad, no obstante, siguen reflejando todavía un nivel de contagios muy alto, nunca antes visto en la pandemia antes de esta sexta ola. Y, muy probablemente, se sigue quedando muy corto. Si se hicieran más pruebas y se reportaran todas, los casi cuatro millones de contagios registrados desde diciembre se multiplicarían, aunque nadie sabe exactamente por cuánto.
La comunidad que registra la incidencia acumulada más alta es Cataluña: 4.398. Esta tasa también registra cifras elevadas en Murcia (3.729), la Comunidad Valenciana (3.720), Aragón (3.719), Cantabria (3.616) o Navarra (3.505). En el otro lado de la balanza están Andalucía (886) —tres veces menos que la media nacional—, Canarias (1.104), Madrid (1.399), Castilla-La Mancha (2.096) y La Rioja (2.097). El infradiagnóstico y el hecho de que no todas las comunidades reporten los positivos identificados en farmacias hacen que la comparación entre territorios sea poco precisa.
Lo que está claro, más allá del número de casos concreto, es que la tendencia es de caída: con los datos ya consolidados de casos por inicio de síntomas se aprecia desde mediados de enero. “Los problemas con las notificaciones los teníamos hace unas semanas y los tenemos ahora, no afectan a la tendencia”, argumenta Óscar Zurriaga, de la Sociedad Española de Epidemiología, quien pone el ejemplo de la gripe: “Nunca sabemos cuántos casos hay exactamente, pero sí cuándo alcanzamos el pico”.
Este cambio de tendencia se apoya también en la bajada de la ocupación hospitalaria: este miércoles había ingresadas 17.441 personas, un 7,2% menos que hace una semana; también siguen desocupándose las UCI, donde hay 2.010 pacientes, un 6,5% menos que el miércoles pasado. La comunidad con sus unidades de cuidados intensivos más saturadas es la que también notifica la incidencia acumulada más alta, Cataluña, con un 39,17% de estas camas con pacientes covid. Aragón (32,46%) y Baleares (27,79%) son las otras dos regiones con sus UCI en riesgo muy alto según el criterio de Sanidad, es decir, por encima del 25%. Los hospitales con menos pacientes críticos por coronavirus son los de Galicia (4,72%), La Rioja (9,43%) y Extremadura (12,09%). Queda por comprobar la caída en los fallecimientos, una estadística que tarda semanas en consolidarse y es imposible medir en tiempo real.
¿Es definitiva esta caída? Álex Arenas, investigador de la Universitat Rovira i Virgili de Tarragona, cree que sí: “Puede haber algún diente de sierra, algún periodo que se reporten más, pero con el descenso en el número de contagios y las vacunas vamos hacia una caída grande, una primavera sin mucha transmisión y me atrevería a decir que un verano también”.
En este contexto de bajada, cada vez se oyen más voces que piden la retirada de las mascarillas en exteriores, una medida que impuso en Navidades el Gobierno frente al rechazo de buena parte de la comunidad científica y que fue ratificada este martes por el Congreso de los Diputados en un decreto que mezclaba esta medida con la votación de la revalorización de las pensiones mínimas: no se podía votar en contra de una sin hacerlo de la otra, lo que ha valido al Ejecutivo críticas incluso entre los grupos afines.
Al menos Cataluña, Madrid, Galicia y Castilla y León se han manifestado claramente en contra de esta norma, de muy dudosa efectividad para frenar los contagios. La ministra de Sanidad, Carolina Darias, explicó en el Congreso que se trata de una imposición “temporal” que se eliminará “cuando los datos así lo permitan”. Y es lo que ha vuelto a reiterar este miércoles a los consejeros de Sanidad en el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud, en el que algunos han planteado este tema, a pesar de no estar en el orden del día. La ministra ha señalado que se acerca el momento de poner fin a esta norma, que se debatirá en próximos consejos después de que pase por la Comisión de Salud Pública, aunque no ha puesto fecha.
Darias, además, hizo hincapié en el papel que están teniendo las vacunas para rebajar la gravedad de esta sexta ola, que aunque ha puesto en tensión a los hospitales, no los ha llevado a los niveles que sufrieron hace un año. Las dosis de refuerzo siguen su ritmo en España, que inyecta algo más de un millón semanales. El 91,8% de los mayores de 60 años, el grupo de población más vulnerable, ya la ha recibido. El porcentaje es del 72,5% en los que tienen entre 50 y 59 años y del 52,7% entre los cuarentañeros. Los niños de entre 5 y 11 años están recibiendo sus primeras dosis, algo que ha hecho un 55% de esta franja de edad.
El Consejo Interterritorial de este miércoles ha aprobado poner en marcha un nuevo sistema de información vacunal. El proyecto, según ha informado Silvia Calzón, secretaria de Estado de Sanidad, parte de la experiencia de los últimos meses con la covid y pretende dar cobertura al resto de pautas vacunales. “Será un sistema que permita consultar la historia de vacunación de cada ciudadano en todas las comunidades autónomas, de forma que si alguien se desplaza de una a otra pueda completar su pauta”, ha señalado.
Hasta ahora, no existe un historial centralizado de vacunación, de manera que cualquier médico pueda tener acceso al historial de un paciente. El proyecto, que se inicia con un grupo de trabajo que estudiará los requerimientos técnicos y legales, entrará en fase de pruebas piloto a lo largo del año con la intención de que pueda ponerse en marcha en 2023.
Fase de desescalada
En opinión de Salvador Peiró, epidemiólogo de la Fundación para el Fomento de la Investigación Sanitaria y Biomédica de la Comunidad Valenciana, entramos en una fase de desescalada en la que “sobran las mascarillas en exteriores”, pero en la que se deberían mantener las medidas “menos disruptoras” en la vida social como son estas protecciones en espacios cerrados, la ventilación o el teletrabajo.
Óscar Zurriaga es partidario de estas medidas y de la limitación de aforos en interiores. “La idea es impedir aglomeraciones en espacios cerrados donde nos quitemos las mascarillas. Aunque cada vez, tanto los ciudadanos como las autoridades las estamos relajando más. Ya no se cumplen como hace un año”, indica.
Según Peiró entraremos en la primavera con alto nivel de anticuerpos, entre contagios y terceras dosis, que nos deparará “una temporada tranquila”. “Tendremos que seguir monitorizando los datos, pero si no sale una nueva variante muy rara que desplace a ómicron deberíamos tener unos meses de calma”, señala.
Pero ni este ni otros expertos consultados dan por finalizada la emergencia sanitaria. “Ahora entramos en un momento en el que la vigilancia epidemiológica será menos pública, pero debería continuar para evitar que se repitan escenarios como los que hemos visto”, señala Álex Arenas. “Si dejamos de estar alerta y lo dejamos todo en manos del virus nos podemos llevar todavía sustos importantes”, zanja.
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