Las celebraciones de Año Nuevo desafían al virus en Madrid, Nueva York, Río y otras ciudades
Miles de personas se reúnen con limitación de aforo en la Puerta del Sol, Times Square o la playa de Copacabana para dar la bienvenida al 2022
El mundo ha festejado la entrada en el Año Nuevo con celebraciones que en algunos casos ha desafiado al avance explosivo de la variante ómicron del coronavirus, con miles de personas en las calles. Madrid, Nueva York o Río de Janeiro han sido algunas de las urbes del mundo donde, con aforos reducidos y restricciones, la gente se ha reunido en masa para dar la bienvenida a 2022. Otras como Seúl, Ciudad de México o San Francisco, han cancelado sus festividades o las han restringido con mucha severidad.
En la capital española, 7.000 personas se concentraron en la Puerta del Sol, un 60% menos de lo habitual en la plaza, que suele acoger a unas 20.000. Los asistentes comieron las uvas al son de las 12 campanadas, mientras la incidencia acumulada asciende a 2.426 casos por cada 100.000 habitantes en 14 días. “Es un espacio grande, se puede garantizar la seguridad y es al aire libre”, justificó un día antes Enrique Ruiz Escudero, consejero de Sanidad de Madrid, para dar luz verde a la celebración.
En París, donde la incidencia está disparada con una tasa de 2.287, el espectáculo tradicional de fuegos artificiales fue cancelado para evitar aglomeraciones. Sin embargo, miles de personas pasearon por los Campos Elíseos, aunque muchas menos que antes de la pandemia en la entrada a un Año Nuevo. La policía controlaba el uso de mascarillas, nuevamente requeridas para tratar de frenar la propagación del virus, que esta semana ha contagiado en proporción récord en Francia. “Todo está cerrado en Países Bajos, así que es mejor aquí. Me quedaré hasta la medianoche”, dijo a la agencia AFP un turista holandés que fue a París con su novia. Con la entrada en 2022, la torre Eiffel lucía iluminada con la bandera de la Unión Europea, ya que Francia ostenta desde este sábado la presidencia de turno de la UE.
En Nueva York (Estados Unidos), donde se han pulverizado los récords de casos de coronavirus diarios ―el viernes el Estado contabilizó 76.500 nuevos contagios, 44.000 de ellos en la gran ciudad, donde numerosos servicios públicos están en jaque por falta de personal―, Times Square tuvo su aforo controlado, solo 15.000 personas de las 60.000 que suelen abarrotar este espacio cada 1 de enero. Estas pudieron acceder a la icónica plaza para ver de cerca el descenso de la famosa bola de cristales de colores de más de 5.300 kilos que pende sobre uno de sus rascacielos, pero tuvieron que cumplir requisitos de vacunación completa y mascarilla, que se sumaron a los protocolos de seguridad habituales por riesgo de ataque terrorista.
“Era nuestro sueño. Estaba en nuestra lista de cosas por ver, la caída de la esfera de Año Nuevo, y nos hemos vacunado para esto”, dijo Chroni Stokes, de 27 años, quien acudió con su pareja a Nueva York desde Memphis, Tennessee. Asistentes a Times Square como ellos no pudieron disfrutar de estrellas como Jennifer Lopez, que actuó el año pasado frente a un reducido grupo de trabajadores esenciales. Sí subieron al escenario la reguetonera colombiana Karol G, la veterana banda de rock Journey y la cantante KT Tunstall, mientras que fue baja el rapero LL Cool J, el más esperado, por estar contagiado de covid-19. En otras ciudades de Estados Unidos, como Los Ángeles, Atlanta o San Francisco, las autoridades decidieron, sin embargo, cancelar algunos de sus eventos más multitudinarios por precaución ante la explosividad de las infecciones por ómicron.
En Brasil, el segundo país más castigado por la pandemia después de Estados Unidos, los habitantes de Río de Janeiro volvieron a la playa de Copacabana para recibir al 2022 aunque con menos público debido al mal tiempo y las restricciones por la pandemia. “Esperaba ver mucha más gente, esperaba que fuera estresante”, dijo Alejandra Luna, una turista colombiana de 28 años. “Está tranquilo, me gusta”, añade. Vestida de amarillo para atraer la prosperidad, la carioca Andreia Viana observó los 16 minutos de fuegos artificiales y comentó: “Fue emocionante, porque pasamos mucho tiempo en pandemia y ahora que los fuegos volvieron, parecen más bonitos, son más significativos”.
En Sídney, una ciudad que se jacta de ser la “capital mundial del Año Nuevo”, las concentraciones de gente fueron inusualmente pequeñas en el puerto para presenciar el tradicional espectáculo de fuegos artificiales. “Solo intento concentrarme en las cosas positivas que sucedieron este año en lugar de las negativas”, expresó Melinda Howard, una estudiante de medicina de 22 años. En Dubai, los fuegos artificiales en 29 sitios iluminaron la ciudad. El público se concentró temprano en la noche para presenciar el espectáculo de la torre más alta del mundo, el Burj Khalifa.
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