La mayoría de los 36 casos de la variante ómicron detectados en España ya son por transmisión comunitaria
La UE avisa de que la nueva forma del virus se extiende más rápido de lo que los sistemas de vigilancia son capaces de detectar
La variante ómicron empieza a coger velocidad también en España. La mayoría de los casos detectados en el país —19 de un total de 36— son personas “sin vínculos con viajes a países considerados de alto riesgo”, lo que demuestra que la nueva forma del virus ya circula de forma comunitaria entre la población. Los otros 17 son “viajeros procedentes de Sudáfrica o sus contactos estrechos”, según recoge la Actualización de la situación epidemiológica de las variantes de SARS-CoV-2 en España correspondiente a esta semana, publicada esta tarde por el Ministerio de Sanidad. “Además, otros países han confirmado dos casos en viajeros procedentes de España”, recoge el texto.
En toda Europa se acumulan los datos que apuntan a que la nueva variante se está propagando con fuerza. Un ritmo que supera la capacidad de detección en tiempo real de los sistemas de vigilancia, ya que los casos deben ser confirmados por secuenciación genética, un proceso que por su complejidad puede tardar varios días. Los expertos consultados consideran que lo más previsible durante las próximas semanas es “un crecimiento sustancial de las detecciones de ómicron, que ya se ha empezado a notar, hasta que la nueva variante desplace a la delta, algo que podría ocurrir en unas tres semanas”, explica Federico García, jefe de microbiología del Hospital San Cecilio (Granada), de referencia para Andalucía oriental.
El Reino Unido ha alertado este lunes por la mañana de que la nueva variante se está extendiendo a “un ritmo extraordinario” y que ya supone el 40% de los casos detectados en Londres. Un incremento que también se produce en el continente y sobre el que alertó el domingo el Centro Europeo de Prevención y Control de Enfermedades (ECDC, por sus siglas en inglés). Según el informe diario del organismo, en Europa —el organismo recoge datos de los países de la UE más Islandia, Noruega y Liechtenstein— han sido confirmados a las 12.00 de este lunes un total de 1.686 casos.
Son 920 más que ayer, aunque la mayoría de los nuevos casos se deben a un cambio contable de Noruega. Hasta ahora, este país seguía los mismos criterios que el resto: considerar como “confirmados” solo los positivos con secuenciación genética y como “probables” aquellos con una prueba PCR que hiciera sospechar de la ómicron —algunas PCR pueden adelantar el resultado con bastante fiabilidad según el análisis de determinadas partes del virus—, así como los contactos estrechos de un caso confirmado o probable. A partir de ahora, Noruega considerará como confirmados tanto a unos como a otros.
Las diferencias entre países son aún muy notables. Algunos de los más pequeños, como Dinamarca, son de los que más confirmaciones aportan (195), lo que lleva al ECDC y a los expertos a sospechar que estos datos son aún provisionales y tienen más relación con la capacidad de secuenciación de cada país que con la circulación real de ómicron entre sus ciudadanos.
El ECDC destaca en este sentido que “aunque los casos [de ómicron] comunicados en un principio estaban relacionados con viajes, un número creciente de ellos son ahora contagios ocurridos en los países europeos”. Los resultados preliminares de los análisis del Sistema Europeo de Vigilancia —TESSy en sus siglas en inglés, una red integrada de información epidemiológica— muestran que solo el 13% de los casos confirmados están ahora relacionados con viajes, mientras el 70% de los contagios se ha producido localmente (el informe no precisa el origen del resto de los contagios).
Este último porcentaje adolece, como suele ocurrir en estas ocasiones, de cierto sesgo ya que al investigarse más los brotes causados por la variante ómicron su presencia tiende a estar sobrerrepresentada. Pese a ello, el ECDC se muestra convencido de que estos datos “indican que la transmisión comunitaria [de la variante ómicron] ya puede estar en marcha en los países europeos sin que haya sido detectada” en toda su magnitud.
Jordi Vila, jefe del servicio de microbiología del Hospital Clínic (Barcelona), considera que la progresiva implantación de la ómicron en España es el escenario “más probable” según los datos que van surgiendo, aunque por ahora señala que no ha detectado un incremento sustancial de casos en las pruebas llevadas a cabo por su centro sanitario.
Estos datos convencen a cada vez más expertos de que la primera de las tres grandes preguntas que acompañan la detección de toda nueva variante —si es más contagiosa, más virulenta o escapa a la protección ofrecida por las vacunas y la infección natural— ya tiene respuesta y es afirmativa.
Sobre la segunda pregunta, por el contrario, los primeros datos que se van conociendo, aunque aún muy preliminares, se inclinan hacia un ligero optimismo. Así lo afirmó Anthony Fauci, director del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades infecciosas de EE UU y asesor médico del presidente Joe Biden, quien afirmó que los primeros casos sugieren que la nueva variante no causa cuadros más graves que la delta y que ello explica que por ahora las tasas de hospitalización “no se han disparado”. “Hasta ahora las señales son un poco alentadoras, pero debemos tener cuidado antes de concluir que sea menos grave en comparación a la delta”, aseguró Fauci.
El temor de expertos y responsables sanitarios es que si la variante ómicron es tan contagiosa —incluso si fuera cierto que causa cuadros clínicos algo más leves que la delta—, el volumen de enfermos en términos absolutos puede ser de tal magnitud que someta a los sistemas sanitarios a una enorme presión.
En este sentido, el ECDC destaca que “en todos los casos sobre los que hay información disponible” la infección cursó de forma “suave o asintomática” y no se han registrado fallecimientos entre las personas infectadas por la nueva variante. Sin embargo, “estos datos deben ser analizados con precaución ya que el número de casos confirmados es demasiado reducido para comprender si las manifestaciones clínicas de la variante ómicron difieren de otras anteriormente analizadas”.
El factor clave en este punto será la tercera pregunta: la efectividad de las vacunas disponibles frente a la ómicron. Los datos disponibles, también preliminares, muestran una caída notable de la protección frente a la infección, casi siempre leve o asintomática, aunque aún no hay análisis concluyentes que permitan afirmar que también ha disminuido la protección frente a enfermedad grave y muerte. Algunos países, como el Reino Unido, han acelerado por este motivo la administración de una tercera dosis a toda la población adulta.
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