La Palma bate el récord de terremotos desde que comenzó la erupción
La isla ha registrado más 330 terremotos este martes. El nuevo cono secundario surgido el pasado domingo persiste en su amenaza a zonas evacuadas como el barrio de La Laguna
Los terremotos asociados al volcán de La Palma no dan tregua. La isla ha registrado más 330 terremotos este martes, el récord desde que empezó la erupción. Hasta ahora, el máximo estaba fijado en 319 el 17 de noviembre. Una cosa es distinta con el anterior récord: ahora predomina la sismicidad a profundidades intermedias (entre 10 y 15 kilómetros), según ha señalado la portavoz del Plan de Emergencias Volcanológicas de Canarias, María José Blanco.
Esta alza de la sismicidad se ha dejado notar principalmente en el municipio de Fuencaliente, donde se han registrado varios terremotos con magnitudes de 3 a 3,8 e intensidades de entre III y IV, y en Villa de Mazo. La magnitud máxima, de 4,8, ha sido de un evento registrado este martes en este último municipio a las 13.04 (hora local), sentido con una intensidad de IV a profundidad de 37 kilómetros. Horas antes, un seísmo de magnitud 4,2 en Fuencaliente sentido con una intensidad de IV a profundidad de 13 kilómetros se ha convertido en el principal temblor registrado a profundidad intermedia desde el comienzo de la erupción. La intensidad mide cómo perciben los ciudadanos y las infraestructuras cada movimiento. La escala europea que lo barema, conocida como EMS-98, va de I a XII, y se elabora a través de encuestas a la gente que ha percibido el temblor.
Mientras tanto, el volcán de La Palma muta bajo la atenta mirada de los científicos, que siguen su evolución y atraviesa una fase intermitente. El protagonismo lo ha tomado el cono secundario surgido el pasado domingo en la parte noreste, que es el que está vomitando lenguas de lava que rodean la montaña y descienden en dirección noroeste. El cono principal, activo desde que comenzó la erupción, emite piroclastos de forma intermitente. También expulsa lava, si bien lo hace a través de tubos volcánicos.
Más de una veintena de bocas o de fisuras se han encargado de expulsar material volcánico desde que surgió el fenómeno natural, el 19 de septiembre. La mayor parte de estos centros de emisión nacen y mueren. El lunes, de hecho, “todos los centros eruptivos llegaron a estar inactivos”, ha informado este martes la portavoz científica del Plan de Emergencias Volcánicas de Canarias (Pevolca), María José Blanco. Todos ellos, afortunadamente, se han dado dentro de los dos kilómetros y medio de perímetro en que ha quedado fijada la zona de exclusión.
Los nuevos aportes de lava por parte del cono secundario están discurriendo por el norte de la erupción, “ocupando principalmente superficie sobre coladas anteriores”, asegura Blanco. Estas coladas discurren “bien pegadas a la colada anterior, o bien cabalgando sobre la colada anterior”, ha matizado por su parte el director técnico del Pevolca, Miguel Ángel Morcuende. “El desborde de la colada más al norte es el que más nos está preocupando. Se mueve en dirección a Tajuya [el punto predilecto de observación del volcán por científicos y turistas] y el barrio de La Laguna”. La lengua de lava se encuentra a un kilómetro de esta localidad. Morcuende ha explicado que, por ahora, no son necesarias nuevas evacuaciones. Estas coladas apenas han avanzado 100 metros durante la noche.
Itahiza Domínguez, sismólogo del Instituto Geográfico Nacional (IGN), ha expresado este mediodía que “lo ideal” sería que el cono secundario del volcán de La Palma dejara de tener actividad, dada la orientación de las coladas que ha formado, que amenazan con hacer más estragos. “Pero, de momento, no hay indicios”, añade. “No sabemos cuánto durará la emisión” en ese nuevo cono, aunque a priori “parece que puede durar un tiempo”.
Por ahora, la lava del volcán ha cubierto 1.147,7 hectáreas, 348,8 de ellas de uso agrícola. También ha creado territorio nuevo ganado al mar: el delta lávico más al sur, creado a partir del 28 de septiembre, mide ya 43,4 hectáreas. El nuevo, situado algo más al norte, alcanzaba cinco hectáreas hace tres días. La lava ha deglutido hasta el momento 1.548 construcciones, de las cuales 1.242 son de uso residencial, según los datos del Catastro.
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