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El volcán de La Palma adquiere características hawaianas, con emisiones de lava más fluidas

La colada ha alcanzado ya la llamada carretera de la costa, junto al monte de Todoque, en el municipio de Tazacorte

En la foto, la colada, cerca de la costa, vista desde el mar. En vídeo, emisión en directo de la actividad volcánica.Vídeo: ARTURO RODRÍGUEZ / EL PAÍS
Guillermo Vega
Los Llanos de Aridane (La Palma) -

La colada del volcán canario de Cumbre Vieja ensancha su base y mantiene su camino hacia el mar. Pero algo ha cambiado en su comportamiento en las últimas horas. Tanto la directora del Instituto Geográfico Nacional (IGN) en Canarias, María José Blanco, como el director técnico del Plan de Emergencias Volcánicas de Canarias (Pevolca), Miguel Ángel Morcuende, comenzaban hasta ahora todas sus comparecencias explicando que la de la isla de La Palma era una “erupción fisural de carácter estromboliano”. Es decir, que se trata de la apertura de una fisura en la montaña cuya erupción es permanente, de lavas fluidas y salpicada de brotes explosivos, como aquel volcán de Stromboli, en las islas Eólias, al norte de Sicilia.

Este martes, en cambio, Blanco ha informado de que una de las bocas del volcán, en la parte norte, ha cambiado levemente hacia un comportamiento hawaiano. En este tipo de erupciones, el proceso suele ser más tranquilo debido a que la lava es todavía más fluida, los gases se desprenden fácilmente y no se producen explosiones. Es decir, la montaña presenta dos erupciones distintas en estos últimos momentos. “Es una cuestión de qué es más importante”, se explica la vulcanóloga. “Antes era más el mecanismo estromboliano y ahora predomina la actividad hawaiana”. Las explosiones, de hecho, se han hecho cada vez más espaciadas y menos ruidosas en las últimas horas. Los vecinos, advierte no obstante el Pevolca, han de seguir extremando las precauciones en un perímetro de cinco kilómetros por posible rotura de cristales por la onda expansiva de las explosiones.

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El magma, a más de 1.000 grados y procedente de las capas más profundas del subsuelo, avanza por una isla ya declarada como Zona Gravemente Afectada por una Emergencia de Protección Civil. Pero el camino de la colada hacia el mar sigue siendo una incógnita para los científicos tras varios días de predicciones fallidas y llegadas frustradas. “No tenemos en este momento”, ha admitido Morcuende, “la posibilidad ni científica ni técnica de marcarles una fecha u hora de llegada al mar”, ha asegurado. “Seguimos a la espera de lo que quiera hacer el volcán, que es lo que venimos haciendo habitualmente”. La colada se mueve a unos 300 metros por hora, según sus datos sobre una “autopista” creada por coladas anteriores. “Conforme va pasando el tiempo, la lava se va enfriando y se va encontrando con pendientes que la frenan. Y si sale de esta autopista se frena aún más”.

Poco antes de las diez de la noche del martes, el Instituto Vulcanológico de Canarias ha informado de que la colada ha cruzado la conocida como carretera de la costa, situada junto a la Montaña de Todoque, de unos 320 metros de altura, en el municipio de Tazacorte. La distancia que separa la carretera de la costa es de alrededor de un kilómetro. Este era el último gran obstáculo al que se enfrentaba el flujo de lava antes de llegar al mar. El corte de esta carretera deja prácticamente incomunicados los barrios de Puerto Naos, El Remo y La Bombilla, también en Tazacorte.

El presidente del Cabildo de la Palma, Mariano Hernández Zapata, había reconocido el domingo que a las autoridades les preocupaba “sobremanera” que la lava cortara esta carretera, ya que es “la única vía de acceso a la zona sur”. “Si se corta esa carretera, se complica la situación”, aseguró entonces.

El nuevo volcán, además, podría estarse realimentando de un reservorio de lava más profundo, como sucedió con el volcán submarino de El Hierro, según la responsable de alerta volcánica del IGN, Carmen López, en declaraciones a Efe. López ha explicado que la sismicidad profunda localizada en las últimas horas en la zona de Fuencaliente (municipio situado al sur de la isla), con terremotos de magnitudes de entre 3.3 y 3.4, son indicativas de un reajuste del reservorio en la corteza a medida que el magma va saliendo en forma de lava, cenizas y piroclastos.

Mientras esperan el encuentro entre la lava y el mar, unos 300 vecinos permanecen desde la madrugada del lunes, al menos en teoría, confinados en cuatro poblaciones (San Borondón, Marina Alta, Marina Baja y La Condesa). Cathaysa Lorenzo, de 23 años, ha abierto su bar de San Borondón, que acoge esta mañana de martes a media docena de clientes, trabajadores todos de las fincas de plataneras de la zona, cuya producción corre serio peligro. “Yo le pedí permiso a la Guardia Civil y me dijo que podía abrir mi bar”, explica. “Si no abro y no hay lava, ¿quién me paga el alquiler del local?”, se pregunta.

En pleno descenso, el magma se desliza sobre las dos coladas anteriores, un terreno de 258 hectáreas de rocas incandescentes que facilita su tránsito. En su camino ha arrasado el pueblo de Todoque, pero se ha topado con la montaña del mismo nombre que se levanta a la salida de la población y que ha bloqueado su curso hacia el mar. La consecuencia de este tapón: la colada crece a lo alto y ancho: su frente supera los 500 metros y su altura llega a 50 metros en algunos puntos, con espesores medios de ente ocho y 12. Todo parece indicar que la colada está rodeando esta montaña por el sur para proseguir su camino.

Su avance, cualquiera que sea su velocidad y anchura, es constante, y ahora amenaza una de las zonas más fértiles de la isla y a su principal producto agrícola: el plátano. Este mediodía, una de las lenguas ha llegado a El Pampillo, una zona poblada de invernaderos. Morcuende ha informado de que el contacto de la colada con los plásticos y los fertilizantes ha provocado una nube tóxica. El director técnico se ha apresurado a matizar que su efecto solo se ha sentido dentro de la zona de exclusión y que, además, “se ha disipado rápidamente”.

La lava, sobre todo, se lleva por delante las posesiones de mucha gente. Hasta ahora, ha engullido 585 viviendas y ha puesto en peligro otras 97. “Hoy la cifra subirá; cuando tengamos los datos cruzados con el Catastro tendremos datos actualizados y habrá un avance significativo de viviendas afectadas”, ha explicado Morcuende.

En este sentido, el Consejo de Ministros ha aprobado este martes una subvención de un máximo de 10,5 millones de euros a Canarias para financiar la adquisición de 107 viviendas y enseres de primera necesidad para los afectados. El primer centenar de estas viviendas, que serán adquiridas en propiedad por el Gobierno de Canarias y estarán ya disponibles a principios de octubre. El Ejecutivo espera contar con 300 a finales de año.

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Sobre la firma

Guillermo Vega
Corresponsal en Canarias y miembro del equipo de edición del diario. Trabajó en la Cadena Ser, Cinco Días y fue jefe de EL PAÍS Retina y de la sección de Tecnología. Licenciado en Ciencias de la Información, diplomado en Traducción e Interpretación y Máster de Periodismo de EL PAÍS.

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