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'IN MEMORIAM'
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Teología para transformar el mundo

Teoría y práctica de la liberación fueron inseparables en la vida y pensamiento de Pablo Richard, fallecido a los 81 años en San José de Costa Rica

El teólogo Pablo Richard, en una imagen de 2015.
El teólogo Pablo Richard, en una imagen de 2015.Chaz Muth
Juan José Tamayo

Pablo Richard, uno de los teólogos y biblistas latinoamericanos de la liberación más reconocidos en América Latina y a nivel mundial, falleció el lunes en San José de Costa Rica a los 81 años. Tenía una excelente formación interdisciplinar. Estudió Filosofía en Austria, Teología en Chile, Sagradas Escrituras en el Instituto Bíblico de Roma y en la Escuela Bíblica de Jerusalén y Sociología en la Sorbona de París, donde en 1978 obtuvo el doctorado con una tesis sobre la muerte de las cristiandades y el nacimiento de la Iglesia que marcó sus futuras investigaciones, sus opciones políticas liberadoras y sus prácticas eclesiales como miembro y animador de las comunidades de base.

Era un profundo conocedor del marxismo en su vertiente utópica, humanista y crítica, cuyos análisis sociales, políticos y económicos utilizó como mediación socioanalítica para el análisis de la realidad latinoamericana, con los correspondientes correctivos desde el punto de vista del cristianismo jesuánico.

Vivió activamente la elección de Salvador Allende y el proceso democrático y pacífico de transición al socialismo en su país, Chile, donde nació el movimiento Cristianos por el Socialismo, que posteriormente se extendió por otros países, entre ellos España en 1973. Richard fue uno de sus fundadores, dirigentes y principales teóricos y sobre el que escribió varias obras. El movimiento buscaba un diálogo público y una convergencia entre el cristianismo y el socialismo en su perspectiva ética liberadora, emancipados ambos de sus respectivos dogmatismos y de sus incompatibilidades.

La dictadura de Pinochet le obligó a salir de Chile camino de Francia, donde, según confesión propia, tomó distancia de la Iglesia y del sacerdocio. “Fue un exilio en todos los sentidos posibles, pero también un tiempo duro de reflexión y reconstrucción interior”, afirmó. El encuentro con Óscar Arnulfo Romero, arzobispo mártir de San Salvador, le marcó para siempre en su vida y en su teología y significó el fin de su exilio eclesial.

Los tres pilares

En 1978, se trasladó a San José de Costa Rica para trabajar en el Departamento Ecuménico de Investigaciones, centro de diálogo entre Biblia, teología y economía y lugar de formación de agentes de comunidades de base, líderes de movimientos sociales y jóvenes investigadores, donde Pablo y yo compartimos encuentros interdisciplinares bajo la guía del economista y teólogo Frantz Himkelammert y en el horizonte de la teología de la liberación. Allí trabajó ininterrumpidamente durante 40 años, sin duda los más fecundos y creativos tanto en el terreno educativo como en la producción teológica y bíblica.

Tres son los pilares en los que se sustenta la teología de Pablo Richard: la práctica de la liberación, la Iglesia de los pobres y la lectura popular de la Biblia. Su teología no se limita a pensar e interpretar el mundo, sino a transformarlo, aplicando a los teólogos la tesis XI de Marx sobre Feuerbach: “Los filósofos se han limitado a interpretar de distintas formas el mundo, pero de lo que se trata es de transformarlo”. Pablo Richard acompañó los procesos revolucionarios latinoamericanos, especialmente la revolución sandinista de Nicaragua, a través de la formación de los dirigentes del movimiento cristiano de base y del surgimiento de otro modelo de Iglesia. Teoría y práctica de la liberación fueron inseparables en su vida y su pensamiento.

Desempeñó un papel fundamental en el paso de la “Iglesia de Cristiandad”, ubicada en la clase dominante y en las estructuras de poder, a la “Iglesia de los Pobres”, sita en los sectores empobrecidos de la sociedad y orientada a la transformación de las relaciones eclesiales jerárquicopatriarcales y autoritarias en estructuras comunitarias y relaciones fraternosororales.

Richard creó el movimiento de lectura popular y comunitaria de la Biblia destinado a la formación de los agentes de pastoral de toda América Latina a través de una hermenéutica liberadora de la Biblia como fuente de vida y esperanza, orientada a la transformación global de la sociedad desde la opción radical por las personas y los colectivos empobrecidos como sujeto colectivo privilegiado de la palabra de Dios.

Su memoria seguirá viva en su esposa Gabriela y sus hijos, en las comunidades eclesiales de base, en el mundo de la mendicidad a quien acompañó y en sus libros, que seguirán iluminando nuestro caminar hacia la utopía de otro mundo posible.

Juan José Tamayo es teólogo español de la liberación, autor de Teologías del Sur. El giro descolonizador (Trotta).


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