El Gobierno de Johnson exigirá a partir del lunes una prueba PCR negativa para poder entrar a Inglaterra

El Gobierno del Reino Unido ha anunciado a última hora de este jueves que impondrá a partir de la próxima semana la obligación de presentar una PCR negativa del coronavirus a los viajeros que entren a Inglaterra, incluidos los ciudadanos británicos. Londres se suma así con su decisión a la estrategia adoptada por otros países europeos, incluida España. “Ya hemos puesto en marcha medidas para evitar casos importados de la covid-19, pero ante la aparición de nuevas cepas del virus en otras partes del mundo hemos de adoptar más medidas de precaución”, ha dicho el ministro británico de Transportes, Grant Shapps.

A pesar de que la variante mayoritaria en el alarmante incremento de infecciones que sufre el país es la denominada “cepa británica”, originada en el sur y sureste de Inglaterra, los expertos del Gobierno han detectado ya varios casos de la llamada “variante surafricana”. Es precisamente esta cepa la que ha planteado más dudas a los científicos sobre la eficacia de las vacunas que se ha comenzado a suministrar a la población.

A partir del lunes, toda persona que quiera viajar a Inglaterra deberá presentar una PCR negativa realizada durante un máximo de 72 horas antes del viaje. Los que incumplan con la medida, ha advertido el Gobierno, se enfrentan a multas de hasta 550 euros. Downing Street ya ha anticipado su intención de negociar con el resto de territorios del Reino Unido (Escocia, Gales e Irlanda del Norte, que tienen sus propias competencias en materia de sanidad) para que la medida se extienda a todo el país. Se contemplarán algunas excepciones, como los transportistas, el personal de vuelo de las líneas aéreas y los niños menores de once años. Las personas que lleguen a Inglaterra deberán igualmente someterse a un aislamiento de diez días, aunque la prueba presentada sea negativa. El Gobierno permite recortar ese plazo a cinco días si los viajeros pagan de su bolsillo una segunda PCR.

La medida ha contado con el respaldo de la oposición laborista y de los sectores afectados. “El Gobierno debe dar prioridad a la creación de una norma común internacional de test del virus para proteger la confianza de los viajeros internacionales en el futuro”, ha dicho el director ejecutivo del aeropuerto londinense de Heathrow, John Holland-Kaye.

Los viajes al Reino Unido desde el resto del mundo se han paralizado prácticamente desde que el Gobierno de Johnson impuso, el pasado miércoles, un nuevo confinamiento nacional de extrema severidad, que incluye el cierre de colegios, universidades, comercios, hostelería y lugares de ocio. Los ciudadanos deben permanecer en sus casas, salvo para realizar tareas muy tasadas. Este jueves se registraron 52.618 casos más de personas infectadas y la cifra de fallecidos fue de 1.162. La situación en muchos de los hospitales londinenses y del sur de Inglaterra está ya al borde del colapso, con cifras de hospitalizados por la covid-19 un 30% superiores a las que se registraron en abril, durante la primera ola.

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