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Colas para test de coronavirus antes de Navidad

Suben las ventas de PCR y test de antígenos mientras los expertos alertan de que no garantizan el riesgo cero

Elena G. Sevillano
Un sanitario realiza un test de antígenos a una mujer en el distrito Ciutat Vella de Barcelona.
Un sanitario realiza un test de antígenos a una mujer en el distrito Ciutat Vella de Barcelona.DPA vía Europa Press (Europa Press)

“Llevo aquí desde las 16.20”, dice Alejandro P., de 27 años, a punto de entrar al centro que el laboratorio Eurofins Megalab tiene en el centro de Madrid. Viene sin cita a hacerse un test de antígenos porque un amigo le ha dicho por la mañana que ha dado positivo. Son casi las 18 horas del viernes y se cuentan 94 personas en una cola que da la vuelta a la esquina y sigue por una calle lateral. Entre los que esperan, muchos canarios que vuelven a las islas por Navidad y a los que su Gobierno regional exige una PCR negativa. La misma estampa de colas frente a los centros de toma de muestras se ve estos días en el laboratorio central de Unilabs, otra de las grandes empresas de análisis clínicos. Lo mismo en todo tipo de clínicas, centros de prevención de aseguradoras… La demanda privada para hacerse test de coronavirus se ha disparado ante la cercanía de las fiestas navideñas, mientras los expertos siguen advirtiendo de que ninguna prueba garantiza el riesgo cero de contagio.

Los centros médicos de Mapfre aseguran que en los últimos 15 días se ha triplicado la venta de pruebas PCR. La última semana registró el máximo y se espera que la tendencia continúe porque las peticiones provienen sobre todo de personas que van a pasar las vacaciones con familiares mayores y quieren evitar riesgos, asegura un portavoz. El aumento se ha disparado en Madrid y Barcelona, añade, con un incremento del 400%. El Centro Médico Pinar, con dos sedes en la capital, tiene en su web un simulador con los días 24 y 31 de diciembre marcados en rojo. Indica a los pacientes cuándo tendrían que ir a tomarse la muestra para tener a tiempo los resultados si los quieren para esas u otras fechas. En el teléfono ya no pueden atender por “saturación en las líneas”. Su gerente, Sergio García-Luengo, explica que por ahora están consiguiendo evitar las colas. Desde hoy ya no es posible acudir sin cita como antes: hay que obtener una online.

Los expertos recuerdan que dar negativo en una PCR o en un test de antígenos no significa que no exista riesgo de contagio y alertan de la falsa sensación de seguridad que puede generar hacerse uno de estos test antes de visitar a familiares. Julio García, portavoz de la Sociedad Española de Microbiología Clínica (Seimc), explica que estas pruebas son “una instantánea de un momento concreto” y que hasta el encuentro “hay más oportunidades de infectarse”. “Aunque alguien se haga un test de antígenos 15 minutos antes de ver a los abuelos, un negativo puede ser un falso negativo”, añade. Estos test rápidos no están recomendados para personas asintomáticas.

En la cola del laboratorio, José Camín, de 39 años, también esperaba este viernes para hacerse una PCR por haber tenido contacto estrecho con familiares contagiados. Quería asegurarse de si es positivo o negativo para hacer cuarentena o seguir con su vida normal. En su caso, como funcionario, es la aseguradora privada Adeslas la que pagará su test. “Esta vez no he tenido problemas, pero tuve otro contacto estrecho con un positivo y tardaron semanas en autorizarme la prueba. Cuando lo hicieron, ya no tenía sentido”, se quejaba.

Con el aumento de la demanda está subiendo también la oferta. Cada vez más clínicas que antes apenas hacían análisis están ofertando ahora pruebas de coronavirus. Toman las muestras en sus instalaciones y las llevan a analizar a laboratorios concertados. Los precios oscilan entre los 100 y los 150 euros. En las últimas semanas han aparecido también empresas que publicitan precios bajos y rapidez en los resultados. Es el caso de Democratest, que ha irrumpido en el mercado con PCR a 60 euros y promete entregar el informe en el correo electrónico del cliente al día siguiente de la toma de muestras. Su consejero delegado, Javier Gaston, explicaba a principios de diciembre en la presentación de la empresa que no es “ético” cobrar precios tan altos por estas pruebas. “Cada vez que veo que alguien paga 120 euros me llevo las manos a la cabeza”, decía. Su empresa, asegura, ha conseguido reducir costes comprando grandes volúmenes y afirma que los reactivos ya son mucho más baratos que al inicio de la crisis.

De los grandes laboratorios consultados para este reportaje, dos de ellos, Synlab y Unilabs, rehusaron contestar las preguntas de EL PAÍS sobre su negocio. El consejero delegado de Eurofins Megalab, David Siguero, aseguraba hace unas semanas que sus ingresos han aumentado gracias a los test de coronavirus, pero que también fue necesario hacer una gran inversión en personal, maquinaria y reactivos para hacer los test: “Lo comido por lo servido”.


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Sobre la firma

Elena G. Sevillano
Es corresponsal de EL PAÍS en Alemania. Antes se ocupó de la información judicial y económica y formó parte del equipo de Investigación. Como especialista en sanidad, siguió la crisis del coronavirus y coescribió el libro Estado de Alarma (Península, 2020). Es licenciada en Traducción y en Periodismo por la UPF y máster de Periodismo UAM/El País.

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