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La Comunidad Valenciana y Cantabria aprueban el cierre de sus territorios

Solo faltan por instaurar o anunciar la medida Baleares, Galicia, Extremadura y Canarias

Agentes de la policía desplegados para controlar el cumplimiento del toque de queda en Santander, este lunes.
Agentes de la policía desplegados para controlar el cumplimiento del toque de queda en Santander, este lunes.Juan Manuel Serrano Arce (Europa Press)

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Los casi cinco millones de habitantes de la Comunidad Valenciana y los 580.000 de Cantabria no podrán salir de sus comunidades salvo por causas de fuerza mayor. Así lo han comunicado este jueves los presidentes de estas autonomías, Ximo Puig (PSOE) y Miguel Ángel Revilla (PRC), como medida para detener el avance de la pandemia. Con estos anuncios, las únicas comunidades que siguen sin anunciar el confinamiento perimetralmente de sus territorios son Baleares, Galicia, Canarias y Extremadura.

La Comunidad Valenciana decreta su cierre perimetral durante siete días. Desde el mediodía de este viernes no se podrá entrar ni salir de la autonomía pero sí habrá movilidad entre municipios, comarcas y provincias valencianas, han anunciado en rueda de prensa Puig y la consejera de Sanidad, Ana Barceló. “Tomamos esta decisión para reforzar la prevención que nos indican los expertos en salud pública, por solidaridad con otros territorios de España que están peor que nosotros, y por la inacción y la confusión que algunos gobiernos están generando [en alusión velada a Madrid]”, ha justificado Puig. Si es necesaria una ampliación del confinamiento se hará pero dependerá de la evolución de la situación, ha precisado el presidente.

Sanidad valenciana prorroga además durante otros 14 días las restricciones de aforo y otras limitaciones en Elche, Orihuela, Guadassuar y Onda, que ya se pusieron en marcha hace días, porque no se ha apreciado mejoría. La lista de restricciones se amplía a partir de mañana viernes a otras poblaciones como Morella, Vinaròs, Algemesí, Crevillent, Elda, Ibi, Muro de Alcoi, Petrer, Pinoso y en municipios del área de salud de Orihuela. La Generalitat restringe también la actividad social en las sedes festeras tradicionales, como los casales falleros, restringiendo la reunión a seis personas. “Si tomamos estas medidas es porque no queremos que la situación vaya a peor”, ha añadido el presidente.

Todas las autonomías vecinas -Aragón, Murcia, Castilla-La Mancha y Cataluña- habían optado ya por este tipo de confinamiento ante el avance de contagios. La valenciana es una de las comunidades con la incidencia acumulada más baja pero la situación empeora conforme pasan los días. En las últimas 24 horas ha sumado otros 14 fallecidos, 1.529 nuevos casos de coronavirus y 57 brotes. Y en estos momentos son 1.112 las personas ingresadas en hospitales valencianos (51 más que el miércoles), de los que 163 están en cuidados intensivos (cinco más que el día anterior). En dos semanas se ha duplicado la incidencia, al pasar de 106 casos a 218.

La Generalitat permanecía expectante a las decisiones de otros territorios por la proximidad de puentes festivos como el de Todos los santos, en el que suelen llegar al litoral valenciano visitantes de otros puntos de España, con un incremento de la movilidad desaconsejado ante el recrudecimiento de casos positivos. El Gobierno valenciano decretó el pasado 25 de octubre el toque de queda desde la medianoche a las seis de la mañana y otras restricciones hasta el próximo 9 de diciembre.

Cantabria, confinada

El presidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla, también ha anunciado este jueves el confinamiento perimetral de la comunidad para intentar reducir el aumento de los contagios de coronavirus. El dirigente ha comparecido ante la prensa este mediodía para informar de los detalles de esta instrucción autonómica. También Cataluña aprobará este jueves un cierre perimetral de la comunidad, que pretende endurecer por municipios los fines de semana. De esta forma, casi todas las autonomías quedarán aisladas de cara al puente de Todos los Santos. Solo quedarían por instaurar la medida la Comunidad Valenciana y Galicia, que lo están sopesando, Baleares, Extremadura y Canarias, a falta de que Madrid concrete cómo lo llevará a cabo, pues ha solicitado hacerlo por periodos inferiores a los siete días que establece el decreto de estado de alarma.

Miguel Ángel Revilla durante la conferencia de prensa de este jueves. En vídeo, el presidente de Cantabria anuncia el cierre perimetral de la comunidad. Vídeo: ROMÁN G. AGUILERA | EFE ( ATLAS)

Revilla ha insistido en que el Gobierno autonómico ha meditado mucho la decisión, que durará desde la medianoche de este viernes hasta al menos el 9 de noviembre, motivada por una curva de infecciones que no para de crecer. Asimismo, ha confirmado que se suspenden las vacaciones escolares previstas para la semana próxima para limitar la movilidad de los más jóvenes, que se pueden controlar de forma más sencilla en las aulas: “La única manera de no cerrar los ayuntamientos de la región era que se rectificaran las vacaciones del calendario escolar, siempre con una restitución de esos cinco días en cualquier otra época del año”.

El consejero de Sanidad, Miguel Rodríguez, ha advertido de que aunque aún no se ha optado por el confinamiento de los municipios, es un escenario que se contemplará si el coronavirus sigue propagándose en Cantabria. El presidente ha insistido en la conciencia social y ha asegurado que se castigará con todo el “rigor” a quienes incumplan estas normativas. La situación epidemiológica alcanza una tasa de 322 infectados por cada 100.000 habitantes en los últimos 14 días. El sector demográfico más afectado en Cantabria por el coronavirus se encuentra entre los 15 y 45 años.

La directora de Salud Pública, Sara Navas, manifestó este miércoles la importancia de que la sociedad eligiera “burbujas de convivencia estable” para limitar al máximo los contactos y los contagios. La consejera de Educación, Marina Lombó, había planteado también la suspensión de las vacaciones escolares, al entender que, de cerrar los centros, los padres trabajadores podrían tener que recurrir a las personas mayores, las más sensibles a la pandemia, para cuidar de los niños.


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