Lombardía impondrá un toque de queda para frenar los contagios
Las autoridades atribuyen el repunte de infecciones a fiestas y reuniones nocturnas
Después de un verano relativamente tranquilo, la curva epidemiológica ha vuelto a dispararse en Italia y las regiones han empezado a reclamar restricciones más severas al Ejecutivo central para tratar de acotar la transmisión del virus. Lombardía fue la primera región de Italia golpeada por el coronavirus al inicio de la pandemia y una de las más castigadas de Europa. Ahora, y con unos datos epidemiológicos alarmantes, será la primera en el país en imponer un toque de queda nocturno para frenar los contagios que están llevando al límite a su sistema sanitario. Todos los alcaldes de la región y el gobernador, Attilio Fontana, han pedido en un escrito conjunto al Gobierno, que es el que tiene la competencia para hacerlo, que se suspendan los movimientos, salvo casos excepcionales, desde las once de la noche hasta las cinco de la madrugada, a partir de este jueves. El lunes, Lombardía registró un incremento de 1.687 nuevos positivos respecto al día anterior.
Campania, al sur, ha seguido su ejemplo y, como ha anunciado su gobernador Vincenzo De Luca, también solicitará a Roma que apruebe la aplicación de un toque de queda nocturno, en el mismo horario, desde este viernes. Ambas regiones son las que están registrando más contagios en las últimas semanas. El martes, Lombardía, con diez millones de habitantes, anotó un incremento de 2.023 nuevos positivos respecto al día anterior. Y Campania, donde viven seis millones de personas, contabilizó 1.312 infecciones en las últimas 24 horas. En todo el país se computaron 10.874 nuevos casos nuevos.
De Luca reconoció que planeaba imponer esta medida a finales de mes, pero la rápida evolución de la curva epidemiológica le ha hecho adelantar la petición. Campania, cuya capital es Nápoles, consiguió pasar la primera ola sin demasiados sobresaltos, pero en este segundo repunte el virus está haciendo estragos y se teme por el aguante de su sistema sanitario, más deficiente que los del próspero norte. El gobernador ya cerró hace unos días las escuelas para frenar los contagios, una decisión duramente criticada por el Gobierno central y por grupos de familias y docentes.
La intención de ambas regiones es confinar a la población durante la noche y que se permitan solo las salidas de los domicilios por motivos de urgencia o por salud o trabajo, las mismas excepciones del confinamiento nacional de la pasada primavera. “Hemos decidido emitir una disposición para que en ese horario se cierren las actividades y la gente esté en casa y para que, salvo en caso de emergencias o trabajo o salud, no se pueda circular por las calles de Lombardía", ha explicado Fontana. El objetivo es "intentar frenar una de las causas del contagio que se ha reiniciado, que son las reuniones durante la noche, las fiestas y todo aquello que no se puede controlar porque no podemos tener un número suficiente de policías y agentes”. El texto, en el que se especifican las características de la medida, debe llevar también la firma del ministro de Sanidad, Roberto Speranza, que ya ha adelantado que el Gobierno central aprobará la disposición. “Estoy de acuerdo con la hipótesis de medidas más restrictivas y trabajaremos juntos para lograrlo en las próximas horas”, ha señalado.
En Lombardía, los dirigentes regionales y locales lanzaron la petición a Roma después de recibir un informe de una comisión del departamento regional de sanidad que advierte de que el 31 de octubre podría haber en la región unos 600 pacientes de covid-19 hospitalizados en cuidados intensivos y hasta 4.000 ingresados en planta.
Al toque de queda se suman otras restricciones, como el cierre de los centros comerciales los fines de semana, salvo los negocios de alimentación y de bienes de primera necesidad de estas grandes superficies. Además, Fontana ha explicado que también se reabrirá el hospital de campaña que se instaló en el recinto ferial de Milán durante la primera ola de la pandemia, de momento solo por previsión. “Esperamos que no haya necesidad de usarlo y que siga siendo una garantía, una seguridad para los ciudadanos”, ha señalado el gobernador.
En esta segunda ola, la situación más crítica se concentra en la ciudad de Milán, donde se registran la mitad de los nuevos contagios de la región (814 casos en el área metropolitana, 436 en la urbe). El director médico de Sanidad de Milán, Vittorio Demicheli, ha lanzado la alarma: “No somos capaces de rastrear todas las infecciones, de aislar activamente a las personas. Quien sospeche haber tenido un contacto de riesgo o síntomas debe quedarse en casa”.
El domingo, el primer ministro, Giuseppe Conte, anunció nuevas medidas pero no quiso hablar de confinamiento total para evitar dañar al tejido económico. Pasó el testigo a los alcaldes para frenar la elevada curva de contagios y les otorgó competencias para clausurar calles y plazas donde consideren que pueden producirse aglomeraciones susceptibles de generar focos de transmisión.
Los regidores lombardos han protestado por la difícil aplicación en la práctica del nuevo decreto del Gobierno, y han explicado que han llegado a la decisión de decretar un toque de queda ante la falta de medios y la imposibilidad de cerrar calles o plazas por separado. “Para cerrar una plaza con cinco vías de acceso son necesarios al menos 10 agentes, ¿quién los tiene? El decreto después dice que hay que permitir el acceso a los ejercicios comerciales y a las viviendas, ¿cómo se controla? ¿Y si la gente se traslada y se aglomera en la calle de al lado?”, se ha quejado el alcalde de Bérgamo, Giorgio Gori. El regidor de Pavía, Emilio Delbono, también ha criticado la decisión del Ejecutivo: “Nos preguntamos cómo se ha podido concebir una norma así. Me parece una solución incoherente e inviable que parte de alguien que no tiene una idea clara de cómo funciona una ciudad y una comunidad”, ha dicho.
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