Así ha cambiado el virus desde la primera ola: más casos en jóvenes, menos letalidad y distintos focos
Aragón es la única comunidad en España que aumenta su tasa de positivos después de la desescalada
Si se presentaran los datos de la evolución del coronavirus en España a un experto en dos bloques (desde el inicio hasta el 21 de junio, entrada en la nueva normalidad, y desde esa fecha hasta ahora), le costaría identificar que se trata del mismo patógeno. Ni la edad de los afectados, ni las comunidades más impactadas, ni la letalidad causada tienen nada que ver. Un cambio en el comportamiento de la covid que se ha logrado a base de aislar afectados y mantener un ojo sobre los sospechosos, que el reciente aumento de casos puede revertir. A continuación se analiza el cambio radical de los indicadores más frecuentes.
Letalidad. La llegada de la nueva normalidad va acompañada de un cambio en la letalidad del virus. Medida como defunciones por cada 100 enfermos diagnosticados por PCR, el 21 de junio estaba en España en el 9,07. Casi dos meses después, ese porcentaje ha bajado al 0,31, un descenso del 96%. Teniendo en cuenta que no se han detectado mutaciones en el virus que justifiquen esta menor letalidad, hay que acudir a otros factores para explicar el descenso. El primero, que se diagnostican más casos, lo que aumenta el denominador en la relación del cálculo de la letalidad (muertes/casos). El segundo, que los positivos que se detectan son menos graves, probablemente porque ha bajado la edad media de los afectados. Y hay un tercer factor al que grupos como Nomorepandemics, un colectivo de análisis del partido Por Un Mundo Más Justo, dan gran relevancia: al pasar los días de saturación del sistema sanitario, se ha podido dar a todos los afectados la mejor atención posible, evitando las muertes por la incapacidad para tratar a todos en las mejores condiciones, como se sospecha que sucedió con los ingresados en algunas residencias de mayores en comunidades como Madrid, donde se evitaba ingresarlos en unos hospitales ya saturados. Este descenso de las defunciones causadas por el coronavirus se refleja bien en el estudio Momo del Instituto de Salud Carlos III, que desde prácticamente la segunda semana de mayo —aún en plena desescalada— no acusa un exceso de los fallecimientos registrados frente a los esperados según la serie histórica de ese periodo.
Llama la atención que la letalidad varíe mucho entre comunidades debido al conjunto de factores antes mencionados. Durante la pandemia (hasta el 21 de junio), va del 6,71% de Canarias al 17,27% de Extremadura, una relación de prácticamente 1 a 3. En cambio, en la nueva normalidad la proporción va del 0,12% de Navarra al 0,93% de Castilla y León, un factor de 1 a 9, aunque en este caso se trata de números muy pequeños y un brote en un centro sanitario o en una residencia pueden marcar la diferencia, ya que en ese caso lo normal es que los afectados estén en situaciones más vulnerables que si se trata de trabajadores agroalimentarios o jóvenes infectados en una fiesta.
Comunidades. A Aragón se le ha atragantado la desescalada. Es el único de los 19 territorios estudiados (las 17 comunidades autónomas más las ciudades de Ceuta y Melilla) cuya tasa de casos por 100.000 habitantes ha crecido desde el 21 de junio pasado, cuando España acabó la desescalada. Tomando esa fecha como límite, el coronavirus ha pintado en España dos mapas muy diferentes, con afectaciones muy distintas entre las comunidades, según los datos que ofrece diariamente el Ministerio de Sanidad a partir de los que recibe de las consejerías. Yendo al inicio del proceso, a los nuevos diagnósticos, la media en España a 21 de junio era de 524 casos por 100.000 habitantes. La primera de la lista no es ninguna de las cuatro de las que más pendiente se estuvo durante la desescalada (Madrid, Cataluña, Castilla y León y Castilla-La Mancha). Ese puesto corresponde a La Rioja, una comunidad pequeña que tuvo un brote importante al principio de la pandemia, con 1.285 casos por 100.000 habitantes. A continuación, ya sí, vienen Madrid (1.069), Castilla y León (959), Cataluña (790) y Castilla-La Mancha (749). En medio se cuela Navarra, una comunidad que fue pasando las fases siempre tomando medidas más restrictivas que las que correspondían (823 casos por 100.000 en ese periodo). Aragón estaba justo por debajo de la media, y la lista la cerraban Andalucía (153), Canarias (112) y Murcia (110), entre las que se sitúa Melilla (143).
Ya en la nueva normalidad, la tasa de nuevos positivos cayó en España a los 194, tomando los datos del informe del 13 de agosto. Este parámetro baja para todas las comunidades y ciudades menos en el caso de Aragón, que pasa de 450 a 1.055, el doble en menos de dos meses. El segundo puesto lo ocupa Cataluña (394), seguido de Navarra (369) y País Vasco (285). Castilla y León y Castilla-La Mancha quedan ya por debajo de la media española. En la cola quedan Galicia (53), Canarias (37, la única que repite entre los tres puestos finales) y Asturias (32), más Ceuta (7).
Edad. En la nueva normalidad se infectan más los jóvenes. Los informes que elabora el Instituto de Salud Carlos III a partir de los datos de las comunidades pero que en ese caso, incluyen como casos de coronavirus los diagnosticados por cualquier método, y no solo mediante PCR, confirman un importante descenso en la mediana de edad de los nuevos positivos. Por ejemplo, en el informe del 3 de abril del instituto de investigación que depende del Ministerio de Ciencia se ve que la mediana de edad de los diagnosticados está entre los 50 y los 59 años; en cambio y de acuerdo con el último de estos trabajos, publicado el 6 de agosto, ese valor se sitúa entre los 30 y 39 años. El ministro de Sanidad, Salvador Illa, insiste últimamente en que la edad media de los nuevos contagiados está en 40 años, cuando durante el pico de la pandemia era de más de 60 años.
Hospitalizaciones. En línea con este descenso de la gravedad de los casos que se están registrando en la nueva normalidad está el de diagnosticados que requieren hospitalización. Desde el inicio de la epidemia hasta el 21 de junio, la media española está en el 50%. Es muy alta, pero se explica porque en los días duros de la propagación de la covid-19 la mayoría de los casos se veían directamente cuando iban al hospital, muchos de ellos a urgencias. En cambio, la media actualmente es del 4,5%, porque se detectan muchos asintomáticos y, al ser la edad media menor, menos graves.
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