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El trato a la comunidad africana en China por el coronavirus tensa las relaciones entre Pekín y África

Los embajadores de países africanos en China han enviado una carta de protesta

Un hombre pasa delante de un anuncio en el barrio donde vive la mayor parte de la comunidad africana en Cantón
Un hombre pasa delante de un anuncio en el barrio donde vive la mayor parte de la comunidad africana en CantónALEX PLAVEVSKI (EFE)
Macarena Vidal Liy

Las relaciones diplomáticas entre China y los países africanos, con los que Pekín ha cultivado cuidadosamente extensos lazos políticos y comerciales, han entrado de modo inesperado en una fase de tensión sin precedentes. La razón: el trato discriminatorio que la comunidad africana ha recibido a raíz de la crisis del coronavirus en la ciudad china de Cantón, de 15 millones de habitantes y donde se concentra la mayor presencia de estos inmigrantes en toda Asia.

En los últimos días habían circulado vídeos y denuncias sobre la expulsión de sus miembros de sus viviendas y hoteles. También sobre la imposición de un número desproporcionado de pruebas del coronavirus a estos residentes, que denuncian que se les haya impedido la entrada en algunas tiendas y restaurantes o haber sido obligados a guardar cuarentena domiciliaria, aunque no hubieran salido de la ciudad en mucho tiempo, en nombre de la campaña de prevención y control de la Covid-19. La cadena de hamburgueserías McDonald’s ha pedido disculpas después de que uno de sus restaurantes en Cantón se negara a admitir a personas de raza negra. Cerca de 4.500 personas de origen africano residen en esta ciudad.

Todo ello cuando China trata por todos los medios de atajar el número de casos “importados”, procedentes del exterior, de portadores del virus. Y para ello ha impuesto una serie de medidas restrictivas a los extranjeros, aunque estos apenas representan el 10% de estos casos. Desde el 28 de marzo, China ha cerrado sus fronteras a los ciudadanos de terceros países y ha limitado de modo drástico el número de vuelos semanales. Con todo, ya ha detectado 1.378 infecciones de este origen —la inmensa mayoría, ciudadanos chinos que regresan a su país—. De ellos, 98 este domingo.

Sumado a la explosión de casos en el exterior, las medidas oficiales han hecho aumentar las suspicacias de al menos parte de la población hacia los extranjeros, percibidos como personas con mayor riesgo de ser portadores del virus. En ciudades grandes como Pekín o Shanghái los residentes originarios de otros países han denunciado ocasiones en las que se les ha negado la entrada en locales.

En el caso de Cantón, los medios estatales chinos han publicado que ocho personas portadoras del coronavirus, entre ellos, cinco de origen nigeriano, violaron su cuarentena domiciliaria y estuvieron en lugares públicos, lo que ha obligado a poner bajo observación a cerca de 2.000 personas. En toda la provincia de Cantón se han detectado 183 casos “importados”, 22 de ellos procedentes de África.

Los actos contra la comunidad africana han suscitado una enérgica protesta de los gobiernos del continente. Los embajadores de estos países en Pekín han suscrito una carta al ministro de Exteriores chino, Wang Yi, en el que exigen que se ponga fin de inmediato a las pruebas obligatorias de coronavirus, las cuarentenas innecesarias y “otros tratamientos inhumanos propinados a los africanos”.

El fin de semana, el Departamento de Estado de EEUU ya había pedido a los estadounidenses de raza negra que evitaran Cantón en la medida de lo posible. En el continente africano, varios gobiernos llamaron a capítulo a los embajadores chinos para expresarles su queja. Algunos, como el nigeriano, de manera muy pública, con fotos de la reunión y declaraciones. “Como gobierno, no permitiremos el maltrato a chinos u otras nacionalidades, como no permitiremos que los nigerianos se vean maltratados en otros países”, apuntaba el presidente de la Cámara de Representantes de ese país, Femi Gbajabiamila.

El Gobierno chino ha negado discriminación. En la rueda de prensa diaria del Ministerio de Exteriores en Pekín, su portavoz Zhao Lijian ha asegurado que “tratamos a todos los extranjeros en China por igual, y rechazamos la discriminación. Los amigos africanos pueden contar con tener una recepción justa, cordial y amistosa en China”. “En respuesta a la preocupación de la parte africana por sus ciudadanos en Cantón, las autoridades provinciales han desplegado nuevas medidas, y creemos que mediante la colaboración podremos resolver esto de manera adecuada”, ha agregado.


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Sobre la firma

Macarena Vidal Liy
Es corresponsal de EL PAÍS en Washington. Previamente, trabajó en la corresponsalía del periódico en Asia, en la delegación de EFE en Pekín, cubriendo la Casa Blanca y en el Reino Unido. Siguió como enviada especial conflictos en Bosnia-Herzegovina y Oriente Medio. Licenciada en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense de Madrid.

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