La sanidad privada recorta plantilla y cierra centros en plena pandemia
Las empresas alegan que los trabajadores afectados no combaten el virus en primera línea
El impacto de la crisis del coronavirus en la sanidad privada tiene dos caras. Mientras una parte de sus recursos están a disposición de las administraciones para asistir a pacientes infectados, las consultas, operaciones y pruebas ajenas a la pandemia, incluidas las concertadas con la pública, se han suspendido y los ingresos se han desplomado cerca de un 80%, según la patronal. La mayoría de los grupos han optado por recortar plantilla y HM ha cerrado siete policlínicos en la Comunidad de Madrid “por tiempo indefinido”. Las empresas alegan que deben ahorrar gastos para sobrevivir y sostienen que se trata de trabajadores que no están “en primera línea” de la lucha contra la pandemia.
“Necesitamos una reorganización laboral porque si no muchos centros dejarán de ser viables”, esgrime Carlos Rus, presidente de la Alianza de la Sanidad Privada Española (ASPE). Grupos como HM o Recoletas, según explican tanto fuentes de la patronal como sindicales, han optado por adelantar vacaciones, otorgar permisos retribuidos o no, crear bolsas de horas que los empleados tendrán que recuperar después, reducir jornadas al 100% y no renovar contratos temporales.
El recorte de plantilla afecta, sostiene la asociación empresarial, a las áreas de limpieza —“sobre todo en zonas sin atención a coronavirus”—, administración o técnicos “que no son de primera necesidad” y a sanitarios de especialidades como fisioterapeutas, dentistas o médicos estéticos. HM, con 17 hospitales, 4 centros especializados y 21 policlínicos en España, admite en un comunicado que ha enviado cartas a “a todo el personal no sanitario y no esencial” para combatir el Covid-19 “invitándoles, de manera voluntaria, a acogerse a diferentes opciones de reorganización laboral”. Son empleados “que no pueden participar en la gestión sanitaria de la misma manera y cuyo volumen de trabajo se está viendo sensiblemente reducido o es inexistente”.
Los sindicatos cuestionan que se envíe a casa a empleados de la sanidad privada en una crisis de estas proporciones. “Hacen falta manos para luchar contra el coronavirus en todos los departamentos y categorías. Hasta los auxiliares administrativos de las consultas que se han suspendido podrían, por ejemplo, atender e informar a las familias de los infectados”, defiende Samuel Mosquera, portavoz de Sanidad Privada en Comisiones Obreras.
Mosquera explica que tratar a un paciente con la Covid-19 es especialmente complicado por las limitaciones necesarias que se requieren para proteger al personal. Una simple prueba de rayos X precisa mucho más tiempo y las plantillas de la privada, recalca, “son mínimas” comparadas con la pública. “Los trabajadores de áreas que se han quedado sin actividad deberían redistribuirse para fortalecer el resto”, dice el portavoz de CC OO.
Hay clínicas que han presentado expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE). En Cataluña, la patronal de los hospitales privados (Aces) los cifra en una treintena pero asegura que ninguno de estos está vinculado a la atención sanitaria directa a casos de coronavirus. Su portavoz, Lluís Monset, explica que son “clínicas monográficas, como centros de cirugía estética” que “visto que no hay actividad, han enviado a casa a sus empleados con vacaciones o han activado un ERTE pequeño”. Monset asegura que en Cataluña la sanidad privada está ampliando al máximo su capacidad para atender la emergencia sanitaria, pero considera que “si hay trabajadores inactivos que no forman parte de la cadena de valor para atender la epidemia, es mejor que se queden en casa”.
UGT mostró hace unos días su rechazo a la presentación de ERTE en estos centros sanitarios cuando “todos los esfuerzos, públicos y privados, se tienen que poner al servicio de la ciudadanía para frenar esta pandemia”. La central pone en duda que la sanidad privada pueda acogerse a estas medidas teniendo en cuenta que el decreto de estado de alarma lo circunscribe a actividades que sufran un cierre o disminución de servicios.
La patronal sanitaria afirma que ha consultado con el Ministerio de Sanidad si el estado de alarma les permite realizar un ERTE. “Les hemos preguntado si el decreto impone limitaciones a la gestión laboral de nuestros centros y nos han dicho que no. Si no fuera así, estarían condenando a las pymes”, señala Rus. “Necesitamos que nuestros centros sobrevivan los meses que dure la crisis”.
Cuando el coronavirus empezó a extenderse los centros sanitarios privados derivaban a todos los positivos a hospitales públicos. Las empresas aseguran que, ante la magnitud de la crisis, se pusieron a disposición de las Administraciones unos días antes del estado de alarma. Ahora, según sus datos, atienden a un 10% de los pacientes con coronavirus que están en UCI.
Cuentan que la presión asistencial que soportan por el coronavirus varía por áreas geográficas en función del grado de extensión de la pandemia. Un portavoz de Vithas señala que en Madrid sus tres hospitales están “al 110%” y buscan personal sanitario “con urgencia” para contratar. “En otros sitios podríamos hacer más, pero estamos a disposición de las consejerías y son ellas las que deciden por lo que escapa a nuestro control”, añaden las mismas fuentes.
La sanidad privada factura en España unos 6.500 millones de euros, según datos del más reciente análisis del sector divulgado por el Instituto para el Desarrollo e Integración de la Sanidad (Idis). El negocio en sus 460 hospitales, un 60% del total de España, no ha dejado de crecer en los últimos años. La crisis del coronavirus, sin embargo, ha desplomado la actividad un 80%, debido a la suspensión masiva de consultas, operaciones y pruebas tanto privadas como concertadas. La caída de ingresos, dice la patronal, ronda ese porcentaje.
En las empresas de sanidad privada aseguran que ni saben ni han preguntado cuánto y cuándo cobrarán por la atención de enfermos de coronavirus derivados de la pública. “Nadie está en eso ahora”, insisten varias fuentes del sector. El Ministerio de Sanidad ha eludido este miércoles explicar a este periódico si ha decidido ya cómo afrontará el asunto.
Con información de Jessica Mouzo.
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