_
_
_
_

La vida en total aislamiento

Un espeleólogo compara su trabajo bajo tierra con el miedo y la angustia por el confinamiento obligado

El geólogo Raúl Pérez, en primer plano, descansa en la sima de Benís, en Cieza (Murcia), a 215 metros bajo tierra
El geólogo Raúl Pérez, en primer plano, descansa en la sima de Benís, en Cieza (Murcia), a 215 metros bajo tierraANTONIO MARCOS NUEZ

Nos encontramos en una fase incierta de nuestras vidas debida a una pandemia mundial provocada por un virus. Actualmente, se ha decretado el confinamiento de la población española en sus casas para intentar frenar el contagio y los perniciosos efectos sobre los grupos más vulnerables. Mi nombre es Raúl Pérez López y trabajo como científico experto en Geología de Terremotos para el Instituto Geológico y Minero de España. Por mis investigaciones, me paso bajo tierra más tiempo del deseable, trabajando en cuevas profundas, estrechas y muy hostiles, con altas temperaturas y bajo contenido de oxígeno. Con ello, estoy intentando obtener datos científicos contrastables para comprender mejor los terremotos y para ayudar en su prevención. Resumiendo, soy espeleólogo.

Estos días me preguntan a menudo si es comparable una situación de aislamiento en casa con una situación de aislamiento dentro de una cueva. Me dicen que esta situación para mí no es nada, que ya estoy acostumbrado al aislamiento. Y es verdad que hay cuestiones que se pueden comparar, pero otras son diametralmente opuestas.

En primer lugar, diré que la diferencia entre estar viviendo bajo tierra y el confinamiento actual en tu casa es que el primero lo decides tú mismo, mientras que el segundo lo ha decidido el Gobierno, acuciado por las terribles circunstancias de esta pandemia. Es cierto que en ambos casos tienes miedo y la clave para llevarlo bien es saber negociar y convivir con ese miedo. El gran filósofo oriental Jiddu Krishnamurti reflexionaba sobre cómo el miedo, incluso la misma palabra “miedo”, hace que nos comportemos de manera que aumentemos las posibilidades de tomar una decisión equivocada.

También ambas situaciones de aislamiento tienen en común que convives en espacios bien definidos, donde las decisiones las tomamos por el espacio donde podemos movernos (¿correr?, ¿saltar?, ¿ir al baño?).

Curiosamente, y cuanto más lo pienso, más cosas en común hay entre estar recluido en casa por el estado actual de alarma y confinamiento con estar recluido bajo tierra en una investigación espeleológica: aumentan los lazos con las personas con las que compartes encierro, las conoces mejor, interaccionas y hablas más.

Pero bajo tierra no existe la luz del sol, con lo que no existe el día y la noche. Esto hace que pierdas la noción del paso del tiempo. Literalmente, no te enteras de en qué parte del día vives. Por ello es muy importante fijarse una rutina (obligarnos a dormir, a comer, a asearnos y, sobre todo, tener un objetivo final) antes de entrar, llevar un inventario de comida y bebida, anticiparse a aquellos problemas que puedan surgir: cómo abastecerse de agua, dónde dormir, los sitios peligrosos, el tiempo de permanencia. En esto, es igual que el confinamiento casero. Sin embargo, a diferencia de ahora, en las cuevas no hay supermercados ni puntos de abastecimiento, todo lo tienes que llevar encima o bien confiar en que algún compañero lo ha dejado preparado anteriormente.

Los sonidos dentro de la cueva son algo extraño. O bien reina un absoluto silencio, solo roto por los ruidos propios de la progresión del espeleólogo, o bien hay ruidos de monótonos goteos, cascadas de agua o raros sonidos inventados por un cerebro no acostumbrado al silencio absoluto. Ahora que reina el silencio en mi calle, mi cerebro me engaña devolviéndome ruidos ficticios de jolgorio callejero propio de un día normal. Igual que en las cuevas.

Preparación psicológica

Llevo varias cosas que me ayudan, y lo digo porque la preparación psicológica es clave para pasar el confinamiento con éxito en cuevas profundas. Llevo un dibujo que hizo uno de mis hijos cuando era pequeño de todos nosotros y nuestro perro. También llevo vídeos grabados con la familia en la playa o en la montaña, en días soleados y espacios abiertos, para alimentar mi evasión mental. Todo ello ayuda a vencer a la mente ante el temor del espacio pequeño, oscuro y sombrío. Lo curioso es que, a veces, mi habitación se hace más insoportable que esos extraños lugares que se quedaron grabados para siempre en mi cerebro. Qué valientes son aquellos que están confinados en las UCI y habitaciones sin salir y que pasan mucho más tiempo que yo confinados. Nosotros rara vez pasamos más de tres días.

Vivir bajo tierra es más incómodo, húmedo, frío y hostil que quedarse en casa. Pero, al final, vamos a tener tantas historias por contar, tantos momentos que recordar y tanta gente a la que querer que nos daremos cuenta de cuánto han cambiado nuestras vidas. Igual que cuando sales de la cueva.

Información sobre el coronavirus

- Aquí puede seguir la última hora sobre la evolución de la pandemia

- El mapa del coronavirus: así crecen los casos día a día y país por país

- Preguntas y respuestas sobre el coronavirus

- Guía de actuación ante la enfermedad

- En caso de tener síntomas, estos son los teléfonos que se han habilitado en cada comunidad

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_