Los medios de comunicación piden ayuda ante el desplome publicitario para mantener el esfuerzo informativo
Las audiencias de prensa, radio y televisión alcanzan máximos, pero el parón económico amenaza su continuidad
Cuando el periodismo es más necesario que nunca, cuando más se demanda información de calidad y más se valora su función de servicio público, la situación de los medios de comunicación se vuelve ruinosa. Las asociaciones de editores de prensa y las de radio y televisión privadas han lanzado un grito de alerta porque, pese a las audiencias disparadas y un fuerte despliegue informativo, la publicidad se ha desplomado como consecuencia del parón de la economía y las medidas de emergencia ante la crisis del coronavirus. Y esto amenaza, advierten, con desencadenar un proceso de ajuste más duro incluso que el emprendido tras la crisis de 2008, que implicaría una fuerte destrucción de empleo si no el cierre de cabeceras y emisoras.
Las asociaciones de medios presumen estos días del esfuerzo de sus plantillas, pero no saben cuánto tiempo podrán sostenerlo. Por ello urgen al Gobierno a establecer medidas de apoyo específicas para sostener su actividad, esencial para los ciudadanos, un plan que pasaría por avales y créditos blandos para las empresas de medios, bonificación en las cuotas de Seguridad Social, a cambio de mantener el empleo, y por reforzadas campañas de publicidad institucional.
“Si no se articulan ayudas, va a ser un tsunami y una tragedia para la democracia”, sentencia Fernando Yarza, presidente de la Asociación Mundial de Periódicos y Editores de Noticias (WAN-IFRA). Esta crisis, explica, “ha ido a caer en el peor momento posible, en pleno lanzamiento de los modelos de suscripción. Se ha invertido mucho esfuerzo y se ha hecho pedagogía”, dice, pero la crisis sanitaria ha frenado el proceso. Yarza recuerda: “[El sector] ya pasó por ajustes muy dolorosos, y hemos llegado hasta aquí muy tocados y sin ayuda”. A falta de un modelo asentado de suscripciones digitales, la publicidad sigue siendo la principal línea de ingresos, pero está sufriendo caídas dramáticas en las dos últimas semanas, desde que se decretó el estado de alarma.
“Nos enfrentamos a algo inédito: el desplome de ingresos cuando tenemos menos capacidad financiera que en la anterior crisis”, afirma Antonio Fernández-Galiano, presidente de la Asociación de Medios de Información (AMI), que agrupa a las principales cabeceras de prensa de España. “La crisis de liquidez puede llevarse al sector por delante. Lo peor que podría ocurrir es que nos viéramos abocados al cierre, a una feudalización del panorama informativo”, afirma.
La AMI ha trasladado al Gobierno sus propuestas en un documento que alerta: “Para evitar que a la salida de la pandemia el deterioro de las empresas de medios se traduzca en una nueva destrucción de puestos de trabajo y en pérdida del pluralismo informativo como sostén de la democracia, urge la adopción por parte del Gobierno de un plan específico que remedie la situación, en tanto persista la casi ausencia de publicidad en un momento de emergencia nacional”. Un momento en el que las redacciones realizan un enorme esfuerzo para informar de la pandemia y en el que la audiencia de las ediciones digitales gratuitas bate récords.
En caída libre
La anulación de campañas publicitarias en los primeros días de confinamiento apunta a una caída de ingresos por este concepto de hasta el 75% u 80%. La previsión para abril, explica Galiano, es una reducción de la facturación publicitaria en torno al 50%. Esta situación afecta a los periódicos, pero también a impresores, distribuidores y puntos de venta, necesitados de ayuda. “El sector de medios no es tan grande, y menos el de los periódicos. Si hay voluntad política, tampoco hay que inyectar muchísimo dinero”, declara. El presidente de AMI cree que, pese a todo, es “obligado” avanzar en los modelos de suscripción, un camino que ya han recorrido con éxito grandes diarios internacionales. Pero la magnitud de la crisis sanitaria ha puesto ese proceso en pausa, y llevado a los diarios a mantener abierta su cobertura.
Existen precedentes de planes públicos de apoyo a la prensa: los hubo en España bajo los Gobiernos de la UCD, a partir de 1978, y los socialistas entre 1984 y 1991. Más recientes son los programas para sostener a la prensa en otros países como Francia o Suecia.
Las radios privadas también abordan el despliegue informativo con los ingresos en caída libre. La Asociación Española de Radiodifusión Comercial (AERC) señala en un comunicado que “la radio comercial es ahora más que nunca un servicio público esencial”, pero las medidas aprobadas por el Gobierno “no dan respuesta a la singularidad de la radio”. Ramón Osorio, presidente de la AERC, calcula entre el 70% y el 80% el descenso de la inversión publicitaria. “Tenemos que responder a la sociedad. La radio da información, también para pequeñas ciudades y pueblos, y hace compañía a mucha gente, como los mayores solos. Vamos a aguantar. Pero o el Estado tiene interés en sostener esto o iremos a ajustes como los de la crisis de 2008”. Osorio plantea ayudas condicionadas a mantener los empleos, porque si no “esto va a ser un drama”.
La caída de ingresos publicitarios para las televisiones privadas en abierto no es tan abrupta, pero también es considerable: del 45% desde que se ordenó el confinamiento de la población en toda España. Eduardo Olano, presidente de la Unión de Televisiones Comerciales en Abierto (Uteca), destaca otro efecto: “Es fundamental que la televisión ha recuperado el papel que siempre tuvo como centro del hogar”, afirma. “La gente no está en las noticias falsas, sino en los soportes serios: prensa, radio, televisión. Si quieres saber necesitas a los periodistas”.
Comunicar la marca antes que vender un producto
En un momento en que los ciudadanos confinados están muy pendientes de los medios informativos, algunos anunciantes tienen ante sí una oportunidad, opina Olano, de Uteca. "Hacen esa apuesta los que quieren crear marca, no vender un producto ahora. Porque hoy quien comunica logra una notoriedad que no tenía". El presidente de las cadenas privadas en abierto asegura que el consumo de televisión ha subido un 40%, hasta casi cinco horas al día por individuo. Los informativos mandan y otro tipo de programas están parados. Es imposible grabar espectáculos con público, y se ha detenido la producción de 'realities' y de series de ficción, que requieren mucho personal. A las peticiones de otras asociaciones de medios, Uteca añade la exención del canon de RTVE y de la financiación de cine y series europeos, dada la parálisis de la producción. "Estamos esperanzados en que cuando se vea una mejora sustancial el mercado publicitario reaccionará con fuerza", dice Olano, quien admite que prefiere pecar de optimista.
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