Interior impone restricciones en las cárceles tras detectar un caso de coronavirus y cuatro sospechosos
Una reclusa y dos hijos de internas que habían tenido contacto con la trabajadora infectada han sido aislados en la prisión de Aranjuez tras presentar fiebre
La Secretaría General de Instituciones Penitenciarias, dependiente del Ministerio del Interior, ha extremado en los últimos días las medidas para evitar la expansión del coronavirus dentro de las cárceles con la restricción de las visitas y la suspensión de los permisos para aquellos reclusos que tengan la enfermedad o presenten síntomas. El nuevo protocolo fue distribuido a los centros penitenciarios el pasado jueves, un día antes de que se confirmase oficialmente el primer caso positivo: el de una trabajadora del jardín de infancia existente en la cárcel de Aranjuez (Madrid) para los niños de menos de tres años que conviven son sus madres recluidas. Desde el domingo, al menos una reclusa y dos menores que habían estado en contacto con esta empleada han sido aislados tras presentar un cuadro de fiebre, aunque aún no ha sido confirmado que sean portadores del coronavirus. Además, hay un recluso bajo vigilancia en la cárcel de Alhaurín de la Torre (Málaga) al detectarse que ingresó recientemente procedente de la zona norte de Italia, la más afectada por la enfermedad en este país, según han confirmado a EL PAÍS fuentes penitenciarias. En las prisiones dependientes del Ministerio del Interior —las catalanas son gestionadas por la Generalitat— trabajan cerca de 23.000 funcionarios y en ellas permanecen recluidos 50.000 presos.
Prisiones elaboró un primer protocolo ante el riesgo de coronavirus el pasado 4 de febrero. En el mismo reiteraba las medidas de higiene difundidas por el Ministerio de Sanidad e indicaba cuándo se debían utilizar mascarillas y guantes desechables tanto por parte de los funcionarios como por los presos. La circular ya apuntaba que en el caso de detectarse que un interno podía estar enfermo “se le aislará en celda individual y la puerta permanecerá cerrada”. Sin embargo, la situación cambió a finales de la semana pasada, al conocerse que una trabajadora del jardín de infancia de la cárcel de Aranjuez había dado positivo por coronavirus, al parecer infectada en un funeral al que había asistido. Desde que se conoció, la dirección de esta cárcel madrileña decidió restringir el acceso a los dos módulos donde trabajaba la misma, y que son los que ocupan las presas con sus hijos. La reclusa y los dos menores que tienen síntomas estaban en estos módulos y se les ha sometido a una aislamiento aún mayor.
Un día antes de confirmarse el caso de la trabajadora, Prisiones remitió un oficio a todas las cárceles con nuevas “medidas de prevención y actuación” ante el coronavirus. En este caso, Instituciones Penitenciarias recomienda actuar en el caso de “internos procedentes de las zonas de riesgo que la OMS (Organización Mundial de la Salud) y las autoridades nacionales determinen” o aquellos que “hayan tenido contacto con personas procedentes de dichas zonas”, además de todos aquellos que muestren “algún síntoma compatible con la infección por la Covid-19”. Así, ordena que en estos casos se les aísle durante 14 días en el módulo de ingresos “en celda individual” y que se evite que entre en contacto con otros internos. También prohíbe que sean trasladados a otras cárceles durante la cuarentena y que, en caso de que sea requerido por un juzgado, se informe a este de la situación en que se encuentra. Pide asimismo que se guarde una relación de los internos con los que llegó al centro.
En el caso de que haya sospechas de que ha contraído la enfermedad, Interior ordena el aislamiento del preso en celda individual y alertar a las autoridades sanitarias de la comunidad. También pide “investigar un posible vínculo epidemiológico a través de comunicaciones con familiares y otros que hayan estado” en zonas de riesgo. El preso deberá ser dotado de una mascarilla quirúrgica y todas las personas que tengan que entrar en contacto con él también deberán llevar equipo de protección, además de seguir las medidas de higiene. “La puerta de la celda debe estar siempre cerrada”, recalca el documento que añade que cuando se abra “hay que tener la precaución de avisar al interno que cierre la ventana para no crear corrientes de aire”. Interior ha impuesto la restricción de las visitas y la suspensión provisionalmente de las salidas de permiso para los presos sospechosos de portar la enfermedad. En estos casos, la prisión deberá informar al juez de vigilancia penitenciaria. También prohíbe el traslado de estos internos a otras cárceles y, en caso de que se decretara su libertad, da instrucciones para comunicar “urgentemente a la autoridad sanitaria y judicial correspondiente para que determinen las actuaciones correspondientes”.
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