Trump afloja los controles de emisiones de metano impuestos por Obama
La Agencia de Protección del Medio Ambiente propone una rebaja a los requisitos medioambientales sobre uno de los principales gases de efecto invernadero
Solo horas después de la llegada de la activista climática de 16 años Greta Thunberg, la Agencia de Protección del Medio Ambiente (EPA, en sus siglas en inglés) ha presentado este jueves un plan para cambiar en los controles de emisiones de metano impuestos por la Administración de Barack Obama. La nueva regla del Gobierno de Donald Trump eliminaría las restricciones federales que obligan a la industria del petróleo y el gas a instalar tecnologías para inspeccionar y reparar las fugas de metano de pozos, tuberías e instalaciones de almacenamiento. El metano es, junto al dióxido de carbono y el óxido de nitrógeno, uno de los principales gases de efecto invernadero.
Estados Unidos es el segundo país del mundo que más genera gases de efecto invernadero, solo por detrás de China. Las emisiones de metano, hasta 84 veces más potente que el dióxido de carbono, según Massachusetts Institute Technology (MIT), representan el 10% de estos gases. Obama impulsó una mayor regulación en 2016 cuando se disparó la producción nacional de gas y petróleo en EE UU debido en gran parte al fracking, una técnica de extracción que se extendió por todo el país. La medida exige que las empresas instalen controles en todos los pasos de sus operaciones -desde el pozo hasta el transporte- e informar de los resultados por área geológica.
Pero la Administración de Trump considera que los requisitos de 2016 son “inapropiados” e “indebidos”, y por ende, la EPA “está actuando para prescindir” de ellos. El argumento de la agencia federal, según el documento, es que las exigencias a la industria del petróleo y el gas respecto al metano son “completamente redundantes” a las que establecen las Normas de Desempeño de Nuevas Fuentes (NSPS, por sus siglas en inglés) para los compuestos orgánicos volátiles. Apoyándose en esa defensa, consideran que no cumple con la premisa de que si la EPA no actúa sobre el asunto “se puede anticipar que ponga en peligro la salud pública o bienestar de los ciudadanos”. “El propósito de estas reglas es llegar al fondo de la cuestión acerca de si el metano debería estar sujeto a reglas, para empezar”, dijo a The Wall Street Journal (WSJ), la directora asistente interina de EPA, Anne Idsal.
“No se trata de si estamos haciendo lo máximo que podemos o deberíamos hacer para lidiar con el cambio climático. No veo que vaya a haber una preocupación grande sobre el cambio climático en esto”, agregó. Trump es conocido por ser un negacionista del cambio climático. No solo una de sus primeras medidas de impacto global fue sacar a Estados Unidos del Acuerdo de París, sino que hace unos meses su respuesta al informe realizado por 13 agencias federales de su propio Gobierno sobre los efectos que podría traer esta crisis medioambiental fue “no me lo creo”.
El relajo en el control sobre este gas genera opiniones divididas en la industria del petróleo y el gas. Empresas como BP, Exxon y Shell no quieren acatar la nueva norma porque temen que el gas natural que suministran ya no se vea como una alternativa tan limpia, según WSJ.
Aunque las principales compañías de petróleo y gas han pedido a la Administración Trump que endurezca las restricciones al metano, es cierto que las pequeñas compañías de dichas industrias se han quejado por el alto coste de realizar las inspecciones de fugas requeridas hasta ahora. Un lobbista de una asociación internacional de petróleo y gas explica que la norma impulsada por Obama tenía la intención de ser un "piso" para la protección contra la contaminación. “Algunos no quieren apoyar la nueva regla para demostrar su posición contra el cambio climático y puede que no les cueste tanto dinero porque ya invirtieron en una tecnología aún más estricta que la que se pedía hasta ahora”, comenta, “pero el punto de vista de la industria es que es más fácil trabajar con normas estatales, más personalizadas para el medioambiente, en lugar de una regla federal más grande que todos deben seguir”.
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