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La OMS rechaza declarar el brote de ébola emergencia mundial

El organismo internacional asegura que el riesgo de extensión de la epidemia más allá de la región donde se encuentra sigue siendo bajo

José Naranjo
Una refugiada del Congo recibe atención por síntomas de ébola.
Una refugiada del Congo recibe atención por síntomas de ébola. Kellie Ryan (AP)

El comité de emergencias de la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha decidido este viernes no declarar Emergencia de Salud Pública de Interés Internacional (PHEIC) a la epidemia de ébola que afecta a la República Democrática del Congo (RDC) desde el pasado mes de agosto y que esta semana dio el salto a Uganda. Según los expertos, el riesgo de extensión del brote a países fronterizos es alto, pero la posibilidad de que alcance a estados fuera de esta región sigue siendo baja. Además, la OMS se resiste a fijar restricciones comerciales o de viajes que, a su juicio, serían perjudiciales para la RDC.

La actual epidemia, con 2.108 casos, se ha cobrado la vida de 1.413 personas y es el segundo peor brote de ébola de toda la historia después del que tuvo lugar en África occidental entre 2014 y 2016 y que supuso la muerte de más de 11.300 personas y 28.646 contagios. Aquel brote fue declarado emergencia global en agosto de 2014, cuatro meses y medio después de que se confirmaran los primeros casos por pruebas de laboratorio, y la OMS recibió numerosas críticas por la lentitud y descoordinación de su respuesta.

La declaración de emergencia internacional se produce, según el reglamento de la OMS, ante “un evento extraordinario del que queda claro que constituye un riesgo para la salud pública de otros estados en virtud del riesgo de propagación internacional (…) y que puede requerir una acción internacional coordinada”. Las otras cuatro ocasiones en que se ha llegado a este nivel de alerta fueron por la epidemia de gripe porcina de 2009, la poliomielitis en 2014 (para impulsar su erradicación definitiva), la ya citada del brote de ébola de 2014 y para tratar de contener el virus Zika en 2016.

Pese a la negativa a declarar la PHEIC, el organismo sanitario mundial destacó la excelente colaboración entre la RDC y Uganda a la hora de detectar los primeros casos en este último país y su rápida gestión, que ha impedido por ahora la generación de un nuevo foco de contagios, pero recordó que la respuesta al brote en la RDC “todavía se ve obstaculizada por la falta de fondos adecuados y por recursos humanos limitados”, según aseguró este viernes el doctor Preben Aavitsland, portavoz del comité de emergencias.

Por su parte, la Unión Europea (UE) anunció este viernes la movilización de otros 3,5 millones de euros destinados a Sudán del Sur y Uganda para la detección precoz y reacción ante posibles casos de ébola. Ambos países son fronterizos de las provincias de Kivu del Norte e Ituri, en el noreste de la RDC y, tal y como se ha puesto de manifiesto esta semana en el caso de Uganda, el virus puede penetrar en su territorio en cualquier momento. LA UE ya había destinado 17 millones a combatir el brote en suelo congolés.

"Estamos comprometidos en continuar nuestra asistencia hasta que este brote termine, durante el tiempo que haga falta", dijo el comisario de Ayuda Humanitaria y Respuesta a Crisis, Christos Stylianides, quien ha explicado que la "tarea principal no es solo ayudar a RDC sino también asistir a los países vecinos como Uganda" en "vigilancia" y "el refuerzo de las capacidades locales de estos países para que actúen a tiempo y de forma efectiva", informa Europa Press. Tras los dos fallecimientos de esta semana, un menor de cinco años y su abuela, y la repatriación de sus familiares a la RDC, Uganda no tiene casos confirmados de ébola en su territorio. 

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Sobre la firma

José Naranjo
Colaborador de EL PAÍS en África occidental, reside en Senegal desde 2011. Ha cubierto la guerra de Malí, las epidemias de ébola en Guinea, Sierra Leona, Liberia y Congo, el terrorismo en el Sahel y las rutas migratorias africanas. Sus últimos libros son 'Los Invisibles de Kolda' (Península, 2009) y 'El río que desafía al desierto' (Azulia, 2019).

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