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Una enfermedad de origen desconocido mata a decenas de niños en India

El síndrome de encefalitis aguda azota cada verano la frontera el norte del país

Un menor con encefalitis aguda en un hospital de Muzzaffarpur, al norte de India.
Un menor con encefalitis aguda en un hospital de Muzzaffarpur, al norte de India. AFP

Veinticinco años después de que Muzaffarpur registrase el primer caso de chamki bukhar, como se conoce localmente a la enfermedad, otro medio centenar de menores han vuelto a morir debido a esta encefalitis de origen desconocido que, cada año, llega tan puntual como el bochornoso calor del estío a este distrito indio cerca de la frontera con Nepal. Siempre de madrugada, las altas fiebres, los mareos y espasmos acaban con el coma irreversible de los infantes, en su mayoría menores de 5 años, o con su hospitalización. Cerca de 140 de ellos siguen bajo observación hospitalaria con síntomas que pueden estar vinculados a una sustancia presente en los lichis, fruta de la que esta región, en el Estado de Bihar, al norte de India, es la principal productora nacional.

“En junio, 43 niños han muerto debido a síntomas relacionados con el síndrome de encefalitis aguda, definida como la que tiene orígenes desconocidos”, explicaba este jueves por teléfono, el doctor Shailendra Prasad Singh, cirujano civil de Muzzaffarpur, después de que el juez del distrito informase del fallecimiento de dos de los ocho niños en estado grave. Estos casos multiplican el número de menores muertos por esta encefalitis, cuya cifra estaba solo en siete desde comienzos de año. Pero cuyos síntomas se propagan con virulencia con el plomizo calor de estas fechas al norte de India, cuando el termómetro supera los 40 grados.

Según la Asociación Española de Pediatría, la encefalitis es una inflamación del sistema nervioso central debido fundamentalmente a un virus, que suele afectar al cerebro y estructuras próximas como las meninges o la médula espinal. Los síntomas del síndrome de encefalitis aguda (AES, por sus siglas en inglés) –diferente a la encefalomielitis postinfecciosa o encefalomielitis aguda diseminada (EMAD) y la encefalitis japonesa– suelen ser fiebres, convulsiones, desorientación y coma. El primer caso mortal en Muzzaffarpur se registró en 1994 y fuentes locales cifran en 398 los fallecimientos desde 2010. Solo en 2014, más de 120 niños perecieron por causas similares en este distrito, según un estudio de la revista médica The Lancet.

“En los últimos tres años, el departamento de salud regional ha podido esbozar las causas del síndrome, que es la hipoglucemia [ausencia de azúcar en sangre] debido al calor y la humedad”, explica el doctor Syed Hubbe Ali, especialista en salud de Unicef en el Estado de Bihar. “La hipoglaucemia se suele producir de noche, cuando la falta de nutrientes causa el daño cerebral. Pedimos a los trabajadores sanitarios que administren paracetamol, que acaba con la fiebre, y soluciones orales para detener la deshidratación”, detalla el experto, insistiendo en la importancia de “la hora clave”. Las primeras dos horas de tratamiento del síndrome son vitales, por lo que se recomienda recurrir a médicos locales y no a hospitales lejanos para estabilizar a los enfermos; al contrario de la práctica habitual, según indica el propio Syed.

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Debido a la virulencia del último brote, el Gobierno de India ha desplazado a especialistas a la zona, junto a los equipos médicos estatales y el experto en salud de Unicef para detener un síndrome sin un claro origen. “Nos preocupan sus causas, aún desconocidas”, confiesa el doctor Syed Hubbe Ali. En 2017, un estudio de la revista médica The Lancet estableció una relación directa entre las muertes por encefalitis en Muzzaffarpur y un aminoácido presente en los lichis, fruta tropical predominante en esta región.

El cirujano Shailendra Prasad Singh razona: “La correlación con el lichi se explica porque la enfermedad se propaga durante el mes de junio, que coincide con la temporada en que la fruta madura. Pero los indicadores hacen pensar que es un problema de densidad de población y falta de recursos”. El experto de Unicef coincide con su colega, aunque matiza: “Los lichis tienen un componente que altera la gluconeogénesis y causa hipoglucemia. Pero no podemos asegurar la relación porque el consumo de la fruta está muy extendido en la región y el número de casos es relativamente bajo en relación a la población total”.

Bihar es uno de los estados más superpoblados y infradesarrollados de India, lo que hace que tenga uno de los peores índices socioeconómicos del país. Cerca de Muzzaffarpur está el Hospital Universitario BRD de Gorakhpur, en el vecino Estado de Uttar Pradesh, de los más grandes de la zona y donde la falta de recursos médicos causó indignación nacional hace dos años cuando más de 60 menores murieron por falta de oxígeno.

La encefalitis asociada al lichi

Según la investigación de The Lancet, la relación entre el lichi, y, sobre todo, entre la quenepa (fruta de la misma familia) con la encefalitis ha sido probada desde hace décadas en Jamaica, donde la ingestión de esta última causó numerosas muertes entre menores. En 2014, la enfermedad también apareció en un municipio pródigo en lichis de Bengala Occidental, al este de India. Similares brotes se han registrado en el vecino Bangladesh y en el sudeste asiático, Vietnam. Los expertos consideran que la continuada y creciente aparición de brotes de encefalitis asociadas al lichi en Asia en temporada estival se debe a la rápida expansión comercial de la producción de esta fruta; originaria de China, principal productora internacional, seguida por India.

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