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La justicia francesa obliga a reanudar el tratamiento para mantener con vida a Vincent Lambert

La corte de apelaciones ha dado razón a los padres de Vincent Lambert que pidieron que se respetara la moratoria pedida por un comité de la ONU para analizar el caso

Silvia Ayuso
Vincent Lambert, en una fotografía de 2014.
Vincent Lambert, en una fotografía de 2014.AFP

Vincent Lambert no morirá de forma inminente. El tribunal de apelaciones de París ha dado la razón a los padres del enfermo francés tetrapléjico y en estado vegetativo desde 2008 que pedían que no se detuviera la hidratación y alimentación artificial que lo mantienen con vida mientras un comité de Naciones Unidas al que habían apelado analiza el fondo del caso, convertido en un debate nacional sobre el derecho a una muerte digna. De este modo, ha afirmado uno de los abogados de los padres de Lambert, el hospital de Reims que este mismo lunes había comenzado el protocolo de fin de vida del paciente, por recomendación de los médicos que lo cuidan y con el visto bueno de su esposa y tutora legal, deberá volver a iniciar el tratamiento.

En su decisión, anunciada poco antes de las 23.00, el tribunal “ordena al Estado francés tomar todas las medidas para hacer respetar las medidas provisionales solicitadas por el Comité internacional de derechos de las personas discapacitadas el 3 de mayo de 2019 sobre el mantenimiento de la alimentación e hidratación” de Vincent Lambert, reza el fallo de la corte de apelaciones, según la Agencia France Presse.

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Aunque el fallo no entra en el fondo sobre si hay que dejar morir o no al paciente, la decisión fue celebrada como una "victoria extraordinaria” por Jean Paillot, uno de los abogados de los padres de Lambert que, junto a dos hermanos del enfermero de 42 años en estado vegetativo desde que sufriera un accidente de tráfico hace casi 11 años, se oponen férreamente a que se ponga fin a la vida de su hijo. Los padres llevan seis años enfrentados en los tribunales a la esposa de Vincent, Rachel, quien junto con el resto de hermanos y hermanas de Lambert, así como un sobrino, luchan por hacer respetar lo que afirman era la voluntad expresa de Vincent y quieren poner fin a lo que consideran un “encarnizamiento terapéutico”. La división familiar, y el hecho de que Lambert no dejara por escrito sus deseos en un testamento vital, han convertido a este caso en un símbolo en Francia del debate sobre la eutanasia y la muerte digna.

“Esta noche hemos doblegado al Gobierno”, sostuvo Paillot en declaraciones a la emisora BFM TV. El ejecutivo de Emmanuel Macron se había negado a la petición del comité de la ONU efectuada a comienzos de mayo, que quería frenar el proceso de Lambert hasta que pudiera analizar su caso. Solo unas horas antes de conocerse el fallo del tribunal parisino, Macron había rechazado implicarse en el asunto alegando que, aunque se siente "profundamente afectado" por el caso, en tanto que jefe de Estado no le corresponde suspender una decisión "que se basa en el análisis de sus médicos y que es conforme con las leyes" del país.

Paillot afirmó que con esta decisión se “aleja el espectro de la muerte” de Vincent Lambert y anunció que a primera hora de este martes se personará en el hospital de Reims donde está ingresado el enfermero para asegurarse de que se le ha vuelto a poner la alimentación e hidratación artificial que lo mantiene con vida y se le ha retirado la sedación a la que había sido sometido mientras se esperaba su muerte.

Pierre Lambert, padre de Vincent Lambert, hoy en el hospital en el que se encuentra su hijo.
Pierre Lambert, padre de Vincent Lambert, hoy en el hospital en el que se encuentra su hijo.FRANCOIS NASCIMBENI (AFP)

El sobrino de Lambert, François, a favor de una muerte digna para su tío, lamentó la decisión, que consideró como un “sadismo puro de parte del sistema médico-judicial”, según declaró a AFP.

La orden judicial da un nuevo giro a un caso que lleva en tribunales desde 2013, cuando otro magistrado ya ordenó revertir el primer proceso de fin de vida al que había sido sometido Lambert sin conocimiento de sus padres, católicos tradicionalistas que afirman que el procedimiento es una eutanasia encubierta.

La decisión de apelar al comité de la ONU había sido una maniobra desesperada después de que se cerraran prácticamente todas las puertas legales y políticas.

Solo unas horas antes, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) había rechazado la misma petición ahora admitida por la corte de apelaciones, alegando que los demandantes "no han aportado elementos nuevos" que le hagan cambiar de opinión. A finales de abril, los jueces de Estrasburgo habían avalado una vez más —ya lo hicieron en 2015— que se comenzara la interrupción de los tratamientos que mantienen con vida a Lambert, al igual que el Consejo de Estado, que no se ha pronunciado aún sobre la última petición legal.

La justicia francesa y la europea han dado una y otra vez la razón a la esposa de Lambert, que lucha por poner fin a la situación de su marido. Aunque en Francia no es legal la eutanasia, la ley prescribe que los cuidados médicos “no deben prolongarse con una obstinación irrazonable” y que, “cuando parecen inútiles, desproporcionados o sin otro efecto que el mantenimiento artificial de la vida, pueden suspenderse o no emprenderse”. La decisión final la debe tomar el equipo médico, junto con la familia inmediata, tras realizarle al paciente numerosas pruebas que demuestren que su estado es irreversible. Todos los informes que se han hecho sobre Lambert en los últimos años han llegado a la misma conclusión favorable a poner fin a sus cuidados, como solicita su esposa.

Poco después de que la justicia francesa rechazara los recursos de los padres del paciente, el médico que dirige el equipo a cargo de Lambert en Reims, Vincent Sanchez, fijó el 20 de mayo como fecha para iniciar su procedimiento de fin de vida. Según comunicó a los familiares por correo electrónico la misma mañana del lunes, además de retirarse su alimentación e hidratación, Lambert había sido sometido a una sedación “controlada, profunda y continuada” hasta su muerte, que es lo que la ley francesa prevé para evitar el “dolor refractario o insoportable si la muerte es esperada en las próximas horas o días”. De acuerdo con la prensa francesa, a Lambert también se le habían suministrado analgésicos como medida de precaución para evitar cualquier dolor durante el tiempo que tardara en morir, estimados en varios días o hasta una semana. Un plazo que, una vez más, ha sido detenido por orden judicial.

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Sobre la firma

Silvia Ayuso
Corresponsal en Bruselas, después de contar Francia durante un lustro desde París. Se incorporó al equipo de EL PAÍS en Washington en 2014. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid, comenzó su carrera en la agencia Efe y continuó en la alemana Dpa, para la que fue corresponsal en Santiago de Chile, La Habana y Washington.

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