El Gobierno amplía por decreto ley el permiso de paternidad a 16 semanas
Los plazos se extenderán de manera progresiva: ocho semanas en 2019, 12 en 2020, y la equiparación a los de maternidad, 16, en 2021
El gran guiño a la igualdad de Pedro Sánchez llegó en el último Consejo de Ministros antes de la disolución de las Cortes y a una semana del 8 de Marzo, en el que el movimiento feminista vuelve a llamar a la huelga. El Gobierno ha aprobado por decreto ley la equiparación de los permisos de paternidad y maternidad, una medida que sitúa a España a la cabeza de Europa. Los padres dispondrán de 16 semanas pagados al 100% a partir de 2021. El decreto obliga además a las empresas a incluir un registro de salarios para evitar la discriminación por sexo.
Hasta la iconografía ha acompañado este viernes al anuncio. La vicepresidenta del Gobierno con más ministras de Europa, Carmen Calvo, ha comparecido para informar de las medidas del nuevo decreto ley contra la desigualdad entre hombres y mujeres en el ámbito laboral. Y lo hizo tras un cartel morado al 8-M, con la leyenda: Tiempo de Mujeres. “La maternidad no puede ser un arma en contra del desarrollo laboral y ciudadano de las mujeres, sino una opción libre de la mujer”, dijo Calvo, también ministra de Igualdad. La medida persigue reforzar la presencia de los hombres en los cuidados y la de las mujeres en el mercado laboral, donde siguen siendo penalizadas cuando se convierten en madres. Y es la principal de un decreto que también recoge un registro de los salarios desagregados por sexo para controlar la brecha salarial y la ampliación del número de empresas obligadas a contar con planes de igualdad.
El permiso de paternidad se ampliará de forma progresiva. Tras su entrada en vigor, al día siguiente de la publicación en el Boletín Oficial del Estado (BOE), y durante el resto de 2019, pasará de las actuales cinco semanas a ocho. Desde el 1 de enero de 2020 subirá a 12, y será en 2021 cuando padres y madres disfrutarán de permisos iguales, intransferibles y retribuidos de 16 semanas, que serán ampliables en casos de partos múltiples en dos semanas más por cada hijo a partir del segundo. El impacto presupuestario para 2019 se calcula entre 250 y 300 millones; la equiparación total, en 1.100 millones, según el Gobierno, más otros 12 millones para los funcionarios.
Las claves de los nuevos permisos
16 semanas. El permiso será de igual duración para ambos progenitores, aunque la ampliación se llevará a cabo con un periodo de transición: ocho semanas en 2019, 12 en 2020 y 16 en 2021.
Seis semanas obligatorias. Las seis semanas siguientes al nacimiento serán obligatorias para ambos, y a jornada completa.
Hasta los 12 meses. Transcurridas las primeras seis semanas, el resto podrán distribuirse a voluntad. Interrumpida o ininterrumpidamente, a jornada completa o parcial -previo acuerdo con la empresa-, hasta que el bebé tenga 12 meses.
13 semanas adicionales. En los casos en los que el bebé necesite hospitalización, la baja para ambos progenitores se ampliará en tantos días como se encuentre hospitalizado, con un máximo de 13 semanas adicionales.
En caso de fallecimiento. Si el bebé falleciese, el periodo de baja no será reducido, salvo si los progenitores solicitan la reincorporación al puesto de trabajo una vez que hayan finalizado las seis primeras semanas obligatorias.
A lo largo de esta semana, esta medida peligró en las negociaciones entre los diferentes departamentos del Ejecutivo, apuntan varias fuentes gubernamentales. “Ha salido adelante porque al frente de las negociaciones han estado mujeres”, apuntaba una de estas fuentes, que ponía nonmbres y apellidos: las secretarias de Estado de Igualdad, Soledad Murillo, la de Empleo, Yolanda Valeolivas, y la de Presupuestos, María José Gualda.
El decreto aún tiene que ser convalidado en el Congreso pero difícilmente votarán en contra los partidos que en junio de 2018 respaldaron por unanimidad debatir sobre permisos de paternidad y maternidad iguales. Las críticas del PP se centraron ayer en recordar que el Gobierno usó un real decreto, previsto para situaciones “de urgencia”, para sacar adelante algunas de las principales medidas que se quedaron descolgadas en los presupuestos y que no pudieron tramitar en el Parlamento. Pero no aclararon si lo iban a rechazar.
Unidas Podemos anunció su respaldo, aunque su portavoz parlamentaria, Irene Montero, lamentó que el Gobierno no hubiera sido más ambicioso garantizando que estos permisos se puedan disfrutar de forma no simultánea. El texto del Ejecutivo establece que las primeras seis semanas sean obligatorias para ambos progenitores, mientras que el partido morado defendía que solo lo fueran las dos primeras semanas, y que a partir de ese momento las parejas decidan cómo repartirse el resto de los días previstos por ley. También PNV anunció que iba a votar a favor. Por su parte, PDeCat o ERC lo vieron con buenos ojos, pero no aclararon el sentido final de su voto. Ciudadanos no se pronunció.
Sanción parlamentaria
Desde la entrada en vigor del decreto, el Gobierno dispone de 30 días para que lo convalide el Congreso de los Diputados, labor que le corresponderá a la Diputación Permanente al disolverse las Cortes el próximo martes 5. De no lograrlo, el real decreto decaería y se volvería a la regulación anterior, como ocurrió con el decreto de reforma de los alquileres, que tumbó Podemos en enero pasado al votar en contra, y que este viernes ha vuelto a aprobar el Ejecutivo tras negociar mejoras.
El texto incluye otras medidas con las que el Ejecutivo pretende atajar la brecha salarial, “que no ha sido reducida en los últimos años”, apunta el borrador del decreto que llegó al Consejo de Ministros. Una es la obligación de todas las empresas, independientemente de cuál sea su tamaño, de llevar un registro en el que se detallen las medidas salariales de la plantilla desagregadas por sexo, así como los complementos y “percepciones extrasalariales”. Estos datos deben estar a disposición de los representanes de los trabajadores. Además, en las empresas de al menos 50 trabajadores si esos promedios en la retribución superaran el 25% se deberá incluir una justificación aclarando que esa diferencia no se debe a “motivos relacionados con el sexo”.
Otra de las medidas importantes del decreto es la ampliación del número de empresas que deben tener plan de igualdad. Hasta ahora el umbral mínimo son 250 trabajadores, cuando se publique este listón baja a 150, el segundo año a 100 y el tercero a 50. Con los niveles actuales, las empresas con planes de igualdad emplean a 5,3 millones; al acabar el periodo transitorio se llegará a 7,7 millones.
Para CEOE y Cepyme, la forma en la que llega el decreto y “las cargas administrativas” que suponen son un problema. Destacan que “la igualdad es un derecho y un deber de la sociedad”, pero criticaron que “no se haya dado el tiempo suficiente a la negociación”, que empezó el pasado 13 de febrero. También la falta de tiempo y de acuerdo fue criticada por CC OO, quien también lamentó los periodos transitorios de adaptación a la nueva norma. UGT, por su parte, consideró “insuficiente” las medidas. Ambas centrales comparten la equiparación de los permisos de paternidad y maternidad.
Críticas a unos permisos de paternidad más largos que en Suecia o Islandia
España se convierte, con la equiparación de los permisos de paternidad y maternidad, en el país europeo que otorga un permiso más largo reservado en exclusiva para los progenitores varones, con 16 semanas intransferibles y pagadas al 100%. Suecia o Islandia, con medidas de conciliación e igualdad más avanzados, conceden tres meses de permiso en exclusiva para los padres, retribuidos al 80%. En el caso sueco, las madres disponen de otros tres meses en exclusiva, y ambos progenitores se pueden repartir los restantes 10 meses. En Islandia, la madre dispone de otros tres meses intransferibles, y hay otros tres meses a repartir entre ambos, que en la práctica acaban utilizando en su mayoría las mujeres.
Sin embargo, la medida no acaba de contentar, ni a la PPiiNA, la plataforma que ha logrado situar en la agenda política los permisos igualitarios, ni a asociaciones como PETRA, la Plataforma de Madres Feministas por la Ampliación de los Permisos Transferibles, que se opone frontalmente a la medida y considera que se ha aprobado sin tener en cuenta lo que piensan las propias mujeres que están criando niños pequeños o en edad de hacerlo.
Pese a que el decreto aprobado este viernes por el Gobierno recoge en gran medida la reivindicación de la PPiiNA (Plataforma por Permisos Iguales e Intrasferibles de Nacimiento y Adopción), la redacción del texto ha dejado un sabor agridulce en la asociación, que considera que contiene algunas "trampas", según su coportavoz, María Pazos, investigadora del Instituto de Estudios Fiscales. Pazos no entiende la obligatoriedad de simultanear las primeras seis semanas de permiso, ya que "el padre seguirá siendo el hombre ayudante en casa". "Deberían dejar que se turnen, una vez recuperada la madre del parto, que para muchas mujeres son dos semanas", opina.
También critica la cláusula que establece que las restantes diez semanas de permiso de ambos progenitores "se podrán ejercitar en régimen de jornada completa o a tiempo parcial, previo acuerdo entre la empresa y la persona trabajadora afectada", ya que considera que puede dar lugar a que los empresarios presionen a los hombres para que lo hagan "a tiempo parcial, con lo que no desconectarían del trabajo".
Para Pazos, aunque existen otras medidas que pueden ayudar a la igualdad, los permisos son la cuestión clave, ya que "determinan los roles que se asumirán en la pareja desde el nacimiento: si habrá un cuidador único y un sustentador principal" o si se repartirán las tareas de otra forma. "Si no se arregla de base, otro tipo de medidas no servirán para remediar la desigualdad salarial y la precariedad extrema", asegura.
Por el contrario, Patricia Merino, fundadora de PETRA, cree que el problema que frena el desarrollo laboral de las mujeres no es que sean ellas las titulares de los permisos. "En Estados Unidos, donde no existen, la situación de las mujeres tampoco es mejor", dice, mientras que en Suecia, con una de las tasas de empleo de mujeres más alta de la UE, las madres utilizan el 75% del periodo de baja a repartir del que dispone la pareja.
"Estos permisos no van a solucionar el problema de la mujer en el mercado laboral: que no tiene tiempo suficiente para criar a sus hijos", afirma Merino. "Se habla continuamente de la maternidad como una imposición o carga, pero la gran mayoría de las madres actualmente lo hemos elegido, y deseamos criar a nuestros hijos". Según esta antropóloga, las mujeres trabajadoras en mejor situación lo seguirán haciendo, a través de las excedencias, pero las demás no tendrán más opción que reincorporarse al trabajo a las 16 semanas, algo que "para muchas es doloroso".
Para Merino, lo ideal hubiera sido establecer un año de permiso, con una parte exclusiva para cada progenitor de seis semanas, y el resto a repartir entre la pareja. "Queremos un tiempo de crianza digno y tener la opción de decidir", afirma, ya que considera que "primar el derecho del padre" sobre las necesidades biológicas del bebé en los primeros meses y de recuperación de la madre es en lo que se basa "el patriarcado".
Ante la crítica de que no se tienen en cuenta las necesidades biológicas del recién nacido, José Andrés Fernández Cornejo, profesor titular del Economía Aplicada, Pública y Política en la Universidad Complutense de Madrid, cree que si se deja libertad a los miembros de la pareja para distribuirse el permiso, la mayoría optará por que la madre disfrute de los primeros meses, que coinciden con los de la lactancia materna, y el padre de los siguientes.
Fernández Cornejo, que ha llevado a cabo varios estudios sobre políticas de igualdad, defiende que la equiparación del permiso de paternidad beneficia a todos los miembros de la familia: a la madre, cuya penalización en el mundo laboral será menor, al bebé, ya que "alargando las dos bajas con las vacaciones podrá estar casi hasta el año cuidado por sus padres", y al padre, "cuya vida será más rica al desarrollar un mejor apego con su hijo y otro tipo de masculinidad".
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