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Más de la mitad de la ciudadanía española se siente feminista

Una encuesta revela el crecimiento exponencial de la gente favorable a la igualdad, aunque pocos se declaran activistas

Pilar Álvarez
Concentracion de mujeres en Bilbao el pasado 8 de Marzo.
Concentracion de mujeres en Bilbao el pasado 8 de Marzo.reuters

De término casi proscrito a motivo para presumir. El feminismo ya no es un movimiento minoritario en la sociedad española. Más de la mitad de la población se siente bastante o muy feminista. El porcentaje aumenta cuando se trata de las mujeres (58,6%) y baja al 45% en el caso de los hombres. Eso sí, una cosa es cómo se sienten y otra cómo actúan: apenas un 5% se define como muy activo en el feminismo, que es además un movimiento social más abrazado por la gente de partidos de izquierdas, según se desprende de una encuesta presentada en unas jornadas organizadas por la revista Contexto en Zaragoza.

“Estos últimos años estábamos notando que algo estaba cambiando en el país”, explica la socióloga Belén Barreiro, autora del barómetro El feminismo en España: ¿realidad o burbuja?  a propósito de cómo la identificación con el feminismo ha ido creciendo en distintas encuestas. “Aun sabiendo que estaba en auge, no pensé que el resultado sería tan alto”, añade la socióloga sobre el trabajo, elaborado el pasado octubre a partir de 1.007 entrevistas a mayores de 18 años y presentado en la ponencia inaugural en las I Jornadas Internacionales Feministas organizadas durante los días 8 y 9 de noviembre por la citada revista y el Ayuntamiento de Zaragoza.

Un movimiento joven

A favor de legalizar la prostitución

Cómo abordar la prostitución es un debate muy delicado dentro del feminismo. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha manifestado públicamente que su ejecutivo es abolicionista. El abolicionismo está contra la compra de servicios sexuales, que en ningún caso lo considera trabajo. El gran exponente es el modelo sueco, centrado en sancionar al cliente sin multar a las mujeres. La gran mayoría de las personas encuestadas en el barómetro señalan sin embargo que prefieren la legalización (60%) y que las Administraciones públicas deben conceder a las prostitutas derechos, seguridad social y la posibilidad de pagar impuestos, lo mismo que reclaman los integrantes del sindicato de prostitutas Otras, que el Gobierno aprobó “por error” este verano y que ahora quiere desactivar.

El modelo legalista, en el que destacan Alemania u Holanda, supone reconocer a las mujeres como trabajadoras, con derecho a cobrar el paro y a la Seguridad Social. En España lo defienden, por ejemplo, el Ayuntamiento de Barcelona, gobernado por Ada Colau (Barcelona en Comù). Belén Barreiro, autora del barómetro, subraya que es un tema poco debatido en España: “Cuando entras en temas como este, el resultado genera más dudas. Hay casi un 20% de encuestados que no se pronuncian. Tanto los que defienden la abolición como quienes defienden la regulación coinciden en que se trata de mejorar las condiciones de vida de las mujeres que sufren”.

La gente más joven es la que se siente más feminista. Más del 90% de los menores de 24 años aseguran que incorporan "valores propios del feminismo" en su vida, como la igualdad o el empoderamiento. “Los movimientos que vienen de la mano de los jóvenes no son pasajeros, están para quedarse”, añade Barreiro. La siguiente franja de edad en asumir esos valores de forma mayoritaria es la de quienes tienen entre 55 y 64 años. Y después quienes rondan los 40.

El pasado 8 de Marzo, Día Internacional de la Mujer, la protesta feminista llevó a millones de personas a las calles españolas. Hubo manifestaciones y distintos colectivos convocaron una huelga feminista que hizo que la imagen de España diera la vuelta al mundo. Pero casi el 80% de las personas encuestadas señala que no participó en esa huelga de ninguna manera. Casi un tercio de las mujeres se apuntó y apenas un 13,3% de los hombres. Sobre la reseñable diferencia entre quienes se dicen feministas y quienes se declaran activistas, la autora del barómetro aclara que es una tendencia habitual: “En España siempre hay indicadores bajos en la participación activa, en acciones que requieren tiempo. Son datos similares a los que encontramos en otras actividades, salvo en la participación electoral pero porque se produce cada cuatro años”.

Una Iglesia machista

Las instituciones o ámbitos más machistas, según quienes respondieron a la encuesta, son la Iglesia (82,4); la publicidad (66,9); los representantes políticos (60,7) o los jueces y el cine, en ambos casos por encima del 54%.

Por partidos, entre quienes se consideran muy o bastante feministas, hay sobre todo votantes de Unidos Podemos y del PSOE. Y, en menor medida, por debajo del 40%, del PP y Ciudadanos, si bien casi la mitad considera que el feminismo no es un movimiento ni de izquierdas ni de derechas.

Dos de cada tres mujeres se han sentido acosadas

La encuesta muestra un porcentaje muy alto de mujeres que aseguran haberse sentido, al menos alguna vez acosadas por un hombre de forma física o psicológica. Lo declaran así dos de cada tres mujeres. Una de cada tres, asegura haber sido agredida física o sexualmente por un hombre.

Para reducir la desigualdad de género, una amplia mayoría –más del 80% en todos los casos- reclama cuestiones que están ya en negociación en el Congreso o anunciadas por el Gobierno. Piden fijar por ley la igualdad salarial entre hombres y mujeres, que los jueces reciban formación sobre igualdad para evitar “prejuicios machistas” o equiparar los permisos de paternidad y maternidad iguales e intransferibles.

Apenas un 3,6% de las personas encuestadas se sienten muy informadas sobre feminismo, el 44% bastante y el resto, más de la mitad, poco o nada. Quizá por eso más de un tercio de los hombres y una de cada cinco mujeres entienden que se trata de un movimiento que les beneficia “exclusivamente” a ellas. Con todo, más del 80% está de acuerdo o muy de acuerdo con que en España existe desigualdad entre hombres y mujeres con relación a sus derechos sociales, políticos y económicos, aunque un tercio cree que la situación en España es mucho mejor que la de otros países del entorno.

Nueve de cada 10 están muy o bastante de acuerdo con que se critica más a las mujeres que a los hombres por su vida sexual. Tres de cada cuatro entienden que la mayor parte de la pornografía es machista aunque más de la mitad creen que la crítica a los chistes machistas es exagerada.

El 40% de los hombres y el 75% de las mujeres están de acuerdo con que muchos hombres se sienten incómodos teniendo a una mujer como jefa.

El feminismo de las excluidas

“Vengo aquí a desmontar vuestro feminismo”. María José Jiménez, activista de Gitanas Feministas por la Diversidad, se pone de pie e interpela a un auditorio mayoritariamente formado por mujeres. Reprocha a las representantes de un “feminismo payo” que su “Yo sí te creo”, el grito que nació como respaldo a la víctima de La Manada, se convierte en un “Yo sí te callo” cuando quienes demandan apoyo y atención son las excluidas: gitanas, negras, musulmanas, indígenas, transexuales… “No nos dejan levantar la cabeza desde la izquierda”, critica la activista gitana, que no duda de que el respaldo feminista a la víctima de los cinco sevillanos en Sanfermín habría sido mucho menor si no hubiera sido una mujer blanca. La primera mesa de debate de las jornadas feministas de Zaragoza ha sentado juntas a esas mujeres, las excluidas. “Las mujeres blancas europeas nos beneficiamos de políticas europeas que mantienen a gente sin derechos”, criticó Lorraine Lette, coordinadora de Lesbos Legal Center, contra la vulneración de derechos humanos a los refugiados de la isla griega. Marina Sáenz, coordinadora del área trans de la fundación Triángulo, ha criticado la “violencia tan grande” que sufren las transexuales “siendo solo una de cada 40.000 personas” y pide que sean consideradas “todas las mujeres como sujetos del feminismo”.

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Sobre la firma

Pilar Álvarez
Es jefa de Última Hora de EL PAÍS. Ha sido la primera corresponsal de género del periódico. Está especializada en temas sociales y ha desarrollado la mayor parte de su carrera en este diario. Antes trabajó en Efe, Cadena Ser, Onda Cero y el diario La Opinión. Licenciada en Periodismo por la Universidad de Sevilla y Máster de periodismo de EL PAÍS.

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