Detenido en Madrid el Pederasta de Astillero, el mayor abusador de niñas de España
Marcelino Fernández Arnaiz lleva cuatro décadas entrando y saliendo de prisión por reincidir en violaciones y abusos de menores
Marcelino Fernández Arnaiz, de 64 años, más conocido como el Pederasta de Astillero, por el pueblo de Cantabria del que procede, ha sido detenido este viernes por agentes de la Policía Nacional adscritos a los juzgados y fiscalía de Madrid. El mayor pederasta de España, que lleva cuatro décadas entrando y saliendo de cárceles y psiquiátricos penitenciarios por reincidir en el mismo delito, tenía una reclamación judicial. Ha sido puesto a disposición del juez de guardia.
Fue detenido mientras se comprobaba la identidad de un individuo que discutía con los vigilantes del edificio de plaza de Castilla. Cuando se le identificó resultó ser el delincuente sexual con el mayor historial de España, sobre el que pesaba una orden de búsqueda y detención del Juzgado de Instrucción número 4 de Santander. Supuestamente acudió, cubierto como siempre con una gorra, para realizar unos trámites por una denuncia de robo con violencia.
Arnaiz ha sido detenido múltiples veces por delitos sexuales contra menores, a las que violaba tras engañarles ofreciéndoles golosinas. Ha sido condenado repetidamente por este tipo de hechos desde 1980, reincidiendo en ellos cada vez que ha cumplido la pena a la que ha sido condenado.
La última vez, el pasado 23 de agosto, solo tres días después de que abandonara la prisión de Dueñas (Palencia), tras cumplir los cinco años de cárcel que le impuso la Audiencia de Cantabria en 2005 por abusar de una niña de seis años el 13 de octubre de 2002 en Torrelavega. Cuando se conoció esa sentencia Arnaiz ya llevaba dos años en prisión preventiva. Reconoció los hechos ante la declaración de un testigo que vio cómo "besaba, sobaba y trataba de bajarle los pantalones a una niña de seis años", por lo que le pidieron siete años en el juicio celebrado en 2009.
En ese mismo juicio se pidieron otros cinco años más de condena por otro presunto abuso de 2003 contra una niña de nueve años en Santander, pero la Audiencia desestimó ese cargo por falta de pruebas. De hecho, su anterior delito probado, por el que le condenó la audiencia cántabra en 2005, lo cometió apenas dos meses y medio después de abandonar el centro penitenciario de Foncalent (Alicante), donde había cumplido sus dos últimas condenas de 15 y 18 meses de internamiento psiquiátrico.
Durante uno de sus últimos juicios los forenses explicaron al tribunal de Santander que Fernández Arnaiz, de bajo coeficiente intelectual, padece una parafiliia que le convierte en un pederasta incapaz de controlar sus impulsos. La audiencia cántabra reconoció que esas circunstancias reducen su responsabilidad pero no le eximen por completo de la misma, como planteó la defensa.
Sin embargo, en la vista celebrada en 2009, la doctora que lo examinó dejó claro que Fernández Arnaiz "tiene un cociente intelectual normal y no padece ninguna patología" y aseguró que "sabe perfectamente lo que hace" y "lo hace porque quiere". La forense descartó que se dejara llevar por actos impulsivos e indicó que, dado su "larguísimo" historial delictivo, "aprende a tener cuidado" de esos episodios de abusos.
El caso Arnaiz fue una de las motivaciones más sólidas que motivaron el endurecimiento de las penas sexuales contra menores.
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