La trata, un ‘negocio’ de cinco millones diarios en España
La Policía identificó a 13.000 mujeres en 2017 de las que calculan que "al menos un 80% eran explotadas sexualmente"
En España se desarrollan una media de 500 actuaciones policiales al año contra la trata de mujeres, un negocio que mueve al día cinco millones de euros y que se vale de las rutas de la droga y el tráfico de armas, según fuentes policiales. “Muchas redes se han pasado a la trata porque es más rentable [que el narcotráfico] y corren menos riesgo: si pillas a alguien con la droga es difícil que eludan la prisión, en cambio, demostrar un delito de trata requiere una declaración de la víctima, que suele ver a su explotador como un salvador”, explica un agente experto en las redes de trata. En 2017, la Policía identificó a 13.000 mujeres de las que, “al menos el 80%, eran explotadas sexualmente”, según los últimos datos policiales.
El patrón se repite: jóvenes, de estratos sociales bajos, obligadas a pagar una deuda de miles euros de y sometidas a rituales de vudú-juju bajo la amenaza de sufrir graves consecuencias, tanto ellas como sus familiares, si denuncian a sus explotadores.
“Cuando logras que una mujer declare hay que cuidarla como oro, ella y su testimonio son la prueba del delito”, dice uno de los investigadores. “Solo con ella podemos demostrar que ha existido captación, transporte y alojamiento, acciones delictivas previas a la explotación sexual”, explica. Hoy mismo, gracias a uno de esos testimonios, la policía liberaba a 22 mujeres en Vícar (Almería) y detenía a sus cinco captores. En el último año se han llevado a cabo casi 550 operaciones contra la explotación sexual, y detenido a más de 1.200 personas —de España, Albania, Nigeria y China—, además de liberado a más de 300 víctimas, principalmente rumanas, nigerianas, chinas y dominicanas.
Ocho años de cárcel por víctima
Desde que en 2010 el Código Penal tipífico y dio más peso a los delitos de Trata en todas sus variantes (laborales, sexuales, de extracción de órganos,matrimonios forzados o realización de actos ilícitos) quien se demuestre que ha captado, transportado o alojado a una persona con ese fin se enfrente a ente cinco y nueve años de cárcel por víctima. Una horquilla que se reduce a una pena de entre ocho y nueve años (por víctima) si se consuma el delito.
Desde que en 2010 el Código Penal tipifico y dio más peso a los delitos de trata en todas sus variantes (laborales, sexuales, de extracción de órganos, matrimonios forzados o realización de actos ilícitos), el que se demuestre que ha captado, transportado o alojado a una persona con ese fin se enfrenta a entre cinco y nueve años de cárcel por víctima. Y de ocho a nueve años (por víctima) si se consuma el delito.
Los investigadores, que aseguran que “la trata rivaliza con la droga [en volumen de negocio] por el segundo puesto en el crimen organizado después del tráfico de armas”, llegan a la estimación de que “la trata mueve cinco millones diarios”, teniendo en cuenta los “aproximadamente un millar (unos 1.100) locales de alterne que hay en España”, los 50 euros de la diaria —pensión completa— que pagan las mujeres que en ellos trabajan y los múltiples negocios que los circundan: “Desde el proveedor de cerveza o agua, hasta el que pone los preservativos en la máquina”.
Solo un tercio de la realidad
No obstante, la Policía asegura que las 13.000 mujeres identificadas en 2017 “son solo un tercio de la realidad” de esta lacra, la más evidente y visible. “Luego están”, subrayan, “los pisos e Internet, por ejemplo”, señalan. España es destino preferente para la explotación sexual, según el informe La trata de mujeres hoy: mujeres nigerianas víctimas de trata en España, del Movimiento por la Paz. La mayoría tiene entre 18 y 25 años y son rumanas, chinas, basileñas, y, sobre todo, un 65%, nigerianas.
Según el mismo estudio, el problema subsiste, "por la existencia de redes criminales nigerianas en España, contra las que se dirigieron el 75% de las operaciones policiales. "Las mujeres nigerianas llegan a España tras un largo y traumático proceso migratorio y, por lo tanto, en un estado muy vulnerable". Además, no hablan el idioma, no confían en la policía y están sujetas a las amenazas de sus tratantes. "Todo esto —señalaba— agrava aún más el problema ya que son reticentes a colaborar con la policía para informar sobre su situación y denunciar a la red".
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