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Ética ante los riesgos que corre un astronauta

Los futuros viajes a Marte obligan a revisar los límites de peligro aceptable

El astronauta ruso Sergey Ryazinskiy realizando reparaciones en el exterior de la Estación Espacial Internacional.
El astronauta ruso Sergey Ryazinskiy realizando reparaciones en el exterior de la Estación Espacial Internacional.NASA/SIPA (NASA/SIPA / Cordon Press)

Exposición prolongada a la radiación solar, náuseas, fatiga, visión nublada, pérdida de masa muscular, osteoporosis o mayor riesgo de padecer cáncer... son algunos de los problemas de salud que afrontan los astronautas. Es una profesión de alto riesgo y el peligro acecha en cada fase de una misión, desde el entrenamiento y los ensayos de las naves, al lanzamiento, el desarrollo de la misión en sí y el regreso a la Tierra. Por ello, a la hora de tomar decisiones sobre las actividades fuera del planeta “se debe buscar un equilibrio aceptable entre el riesgo para la salud que asumen las personas que van al espacio y los potenciales beneficios sociales de su trabajo”, recomienda la Academia Nacional de Ciencias de EE UU en un informe que ha elaborado, a petición de la NASA, sobre el marco ético en el que deben desenvolverse las misiones.

Entre otros puntos, los expertos del Instituto de Medicina de la Academia recalcan la importancia de garantizar la protección de la salud del astronauta no solo antes y durante la misión que cumpla, sino también el resto de su vida. “Los vuelos de larga duración y los de exploración (incluidas las largas permanencias en la Estación Espacial Internacional y las misiones a un asteroide o a Marte) probablemente expondrán a las tripulaciones a niveles de riesgo que sobrepasan los límites actualmente aceptados, así como a una amplia gama de otros mal conocidos, inciertos y tal vez imprevisibles”, dicen los expertos.

Desde luego, hay numerosas profesiones y actividades humanas peligrosas, desde bomberos a policías, equipos de respuesta inmediata, militares o voluntarios en ensayos biomédicos, por citar solo algunos, y todos ellos en defensa de intereses sociales, añaden los expertos. La exploración espacial también lo es y los problemas no se limitan a los accidentes más o menos aparatosos o espectaculares, sino que abarcan las afecciones y secuelas a las que los astronautas se exponen, como las derivadas de los altos niveles de radiación solar que reciben en el espacio, fuera de la protección de la atmósfera terrestre.

La NASA ha identificado 32 riesgos de salud relacionados con el espacio

"Para cada misión, la NASA tiene que tomar numerosas decisiones buscando el equilibrio entre la necesidad de hacerla, la salud y seguridad de a tripulación, la viabilidad tecnológica y el costes financieros", señalan los especialistas del Instituto de Medicina. Y los riesgos varían de una misión a otra.

Muchos de los problemas de salud que afrontan las tripulaciones se conocen. “El Programa de Investigación en Humanos de la NASA ha identificado 32 riesgos de salud relacionados con el espacio que se estudian en busca de nuevos enfoques de prevención, tratamiento y mitigación”, señala el informe de la Academia. También se han establecido límites aceptables y parámetros de exposición a estos riesgos.

Hay medidas que se toman desde hace tiempo en el espacio, como el ejercicio rutinario de los astronautas para favorecer la circulación en las extremidades en condiciones de ingravidez o la gimnasia para fortalecer los músculos de las piernas que durante semanas o meses no realizan el esfuerzo de sostener y desplazar el cuerpo. Pero hay nuevos retos en perspectiva, y en cualquier diseño de vehículo para viajar a Marte o de bases allí, los ingenieros cuentan con la necesidad de dotarlos de pantallas y refugios antiradiación, especialmente durante las erupciones solares.

“Las tensiones y los riesgos de salud pueden variar de misión a misión dependiendo de la lejanía del destino y de otros muchos factores. Por ejemplo, misiones a lugares que requieren meses o años para regresar a la Tierra pueden implicar riesgos fundamentalmente diferentes de los destinos más cercanos pero en los que el astronauta permanece largos periodos en el espacio”, señala.

El marco ético propuesto por la Academia sobre la actividad de los astronautas recalca la importancia de la decisión voluntaria y autónoma de cada uno de ellos de participar en una misión, y de la garantía de la igualdad de oportunidades y de un proceso justo en la selección de tripulaciones.

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