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La ONU se pronuncia a favor de la despenalización del consumo de drogas

El organismo se distancia de la estrategia de guerra Antidrogas, pero rechaza la liberalización del mercado de estupefacientes

Naciones Unidas está dando un nuevo giro en su visión del problema de las drogas a nivel mundial, aunque todavía no se pueda hablar de un cambio radical en el abordaje. Uno de los últimos informes de la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (ONUDD) recuerda que el objetivo "no es librar una guerra contra las drogas sino proteger la salud física y moral de la humanidad" y sostiene que los tratados de combate al comercio y consumo ilícito de drogas "no pueden interpretarse como justificación, y mucho menos como exigencia de un régimen prohibicionista".

Alrededor de 200.000 personas mueren anualmente a consecuencia del uso indebido de estupefacientes, mientras que el comercio clandestino de drogas genera aproximadmente 230.000 millones de euros al año, según datos de David Dadge, portavoz de UNODC en Viena.

Más amapolas para producir heroína

J. R.

A pesar de algunos progresos, la demanda de drogas no ha cambiado sustancialmente a nivel mundial en los últimos cinco años, según datos de Naciones Unidas. El revés más grande que se ha detectado desde que se aprobó el Plan de Acción contra las drogas, en 2009, ha sido el vertiginoso aumento del cultivo de adormidera en Afganistán, de forma que el cultivo de amapola para la producción de heroina llegó a un "máximo sin precedentes" en 2013.

Cuando el consumo de algún estupefaciente disminuye es porque el mercado clandestino está saturado y se desplaza hacia otras latitudes. Al mismo tiempo, los consumidores en los países industrializados se encuentran ante una nueva oferta de sustancias de más difícil control, como ocurre con las drogas sintéticas. Tan solo el año pasado se detectaron cien nuevas drogas de este tipo.

Un buen ejemplo es la reducción del 35% del consumo de cocaína en EEUU y el estancamiento en Europa, al mismo tiempo que aumenta la demanda en los países emergentes y en desarrollo en América del Sur, Asia, Africa y Oceanía.

El 5% de la población mundial de 15 a 64 años de edad consume cocaína o heroína. Los expertos consideran que el número de consumidores "problemáticos" oscila alrededor de los 27 millones, lo que supone el 0,6 % de la población mundial.

Esta es la primera vez que el principal órgano mundial que combate al narcotráfico se distancia con tanta claridad de la estrategia de guerra contra las drogas impulsada por los EEUU en las últimas décadas. Sin embargo, esto no implica una aprobación de liberalización de la producción y del consumo, ni un visto bueno a los experimentos de legalización de drogas puestos en marcha en Uruguay, el primer país que aprobó una ley para la venta y producción de marihuana, o de los Estados de Colorado y Washington en EEUU, que han legalizado la venta de cannabis bajo licencia."La legalización no es la solución al problema de las drogas", ha declarado el director ejecutivo de la ONUDD, Yuri Fedotov, refiriéndose a Uruguay.

El informe, que analiza la evolución de los últimos cinco años, considera que "la prevención , el tratamiento basado en los derechos y la rehabilitación de los consumidores de drogas es el remedio más eficaz", y crítica que "algunos regímenes nacionales se apoyen todavía excesivamente en las sanciones y encarcelamiento y no en la atención sanitaria" . Países como Rusia, Pakistán o Egipto, mantienen la política de mano dura, mientras otros europeos y algunos de América Latina abogan por tomar en consideración las ventajas de la liberalización.

La ONU considera que el acceso no controlado a las drogas aumentaría su accesibilidad, por lo que la "fiscalización", es decir, la prohibición, reduce la disponibilidad y hace que los precios sean más altos. Como argumento se agarra a que las sustancias adictivas legales, como el alcohol o el tabaco, causan más daño que las que están prohibidas. "Mientras que al año mueren en el mundo 0,2 millones de personas por consumo de drogas ilícitas, el alcohol acaba con la vida de 2,3 millones de personas, y el tabaco causa la muerte de 5,1 millones", afirma.

Por otro lado, se admite que despenalizar el consumo contribuye a "descongestionar las cárceles y redistribuir recursos para asignarlos al tratamiento y facilitar la rehabilitación", así como a abordar el problema "en base a datos científicos y en pleno respeto de los Derechos Humanos" .

Queda claro que la ONU prefiere ahora el enfoque centrado en la salud, tras constatar que produce resultados más efectivos: "Por cada dólar que se invierte en prevención se ahorran como mínimo 10 dólares en costos futuros en servicios sociales y sanitarios." O lo que es lo mismo: Sí a la despenalización del consumo, pero no a la legalización de la producción y el comercio.

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