Pistorius, el atleta de “gatillo fácil” que asustó a sus amigos
El fiscal sostiene que Pistorius es "un hombre de gatillo fácil" que ha mostrado sus armas en público
A Oscar Pistorius no solo se le acusa de asesinato de su novia. La Fiscalía también le imputa supuestos disparos temerarios hasta en dos ocasiones en lugares públicos. La tercera jornada del juicio que se sigue en Pretoria contra el velocista paralímpico, que se enfrenta a una cadena perpetua, se centró ayer en uno de esos episodios, ocurridos en un restaurante de Johannesburgo apenas un mes antes de la muerte de su novia, Reeva Steenkamp. Además, la causa se amplió el año pasado para añadir otro disparo al aire en su coche descapotable mientras viajaba con una novia anterior.
Pistorius, conocido por su obsesión por la seguridad personal, quedó el 11 de enero de 2013 para comer con tres amigos en dicho local. En un momento dado, Darren Fresco, sentado enfrente de él, le pasó bajo la mesa una pistola advirtiéndole de que estaba cargada “con una bala”. El atleta la cogió y supuestamente se le disparó, impactando muy cerca del pie de otro de los comensales, Kevin Lerena, boxeador que ayer declaró como testigo. Según su versión, el incidente le dejó totalmente “conmocionado” y “se disculpó repetidamente y preguntó si todo el mundo estaba bien”.
Sin embargo, cuando el dueño de local, que también compareció ayer, se acercó a la mesa para preguntar qué había pasado, Fresco respondió que “lo sentía y que se le había resbalado la pistola por debajo de la pernera del pantalón”, sin que Pistorius dijera una palabra. “El grupo pagó la cuenta enseguida y se fue”, contó el propietario, que no denunció los hechos y tampoco supo responder si el deportista se ofreció a pagar los desperfectos.
En su declaración, Lerena aseguró que Pistorius pidió a su amigo Fresco que “se responsabilizara” del disparo porque si trascendía que había sido él, los medios de comunicación le atosigarían. Así se hizo, aunque días después la prensa publicó el incidente acusando al atleta. El fiscal del caso sostiene que Pistorius es “un hombre de gatillo fácil” que ha mostrado públicamente sus armas.
En la misma sesión acabó de declarar Charl Johnson, uno de los vecinos de la vivienda donde murió Steenkamp y que, aseguró, escuchó gritos de mujer pidiendo auxilio antes de oír los “cinco o seis disparos”, aunque en realidad fueron cuatro los tiros. Johnson es marido de la mujer que afirmó que se despertó por esos gritos que le “helaron la sangre”. No obstante, su esposo aseguró que fue él quien le alertó de los ruidos. El testigo también relató que creyó que los disparos se debían a un robo y tras el silencio pensó que “los ladrones habían dejado atados al hombre y la mujer que gritaban”.
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