Unos 60 heridos en Argentina por un ataque de pirañas
Las víctimas sufrieron mordeduras en pies, talones y manos Una niña de siete años sufrió la amputación de un dedo
Unas 60 personas que se bañaban este miércoles de Navidad en la costa de Rosario, en el río Paraná, a unos 300 kilómetros de Buenos Aires, sufrieron mordeduras de palometas, peces de la familia de las pirañas. Las altas temperaturas, que llegaron a los 38 grados en la tercera ciudad de Argentina, y la agitación de las aguas producida por la presencia de unos 9.000 bañistas en las playas de la llamada Rambla Catalunya provocaron el ataque de las palometas en busca de alimento. Una niña de siete años sufrió la amputación de un dedo.
Los socorristas de las playas rosarinas recordaban este jueves otros ataques similares, aunque menos masivos, más aislados. Los heridos sufrieron mordeduras en pies, talones y manos. Las autoridades y los socorristas pidieron de inmediato a los bañistas que dejaran el agua, pero no todos les hicieron caso en un primer momento y muchos regresaron a mojarse una vez que pasó el ataque, es decir, horas más tarde.
Federico Corner, director de los servicios de emergencia de Rosario se ha mostrado sorprendido por el ataque. "Es normal que haya una mordeduras o heridas aisladas, pero la magnitud de este caso fue enorme... es un hecho excepcional".
Los médicos debieron desinfectar las heridas. En algunos casos aplicaron la vacuna antitetánica. Las autoridades de la provincia de Santa Fe, a la que pertenece Rosario, consideran que este ataque no debería repetirse porque las palometas suelen buscar alimento en aguas más tranquilas del Paraná.
Estos peces, que miden alrededor de 15 centímetros, viven agrupados en cardúmenes o bancos en aguas templadas como las de Sudamerica y se alimentan principalmente de otros peces. De comportamiento agresivo, sus dientes, muy afilados, han sido usados como cuchillas por los indígenas del Gran Chaco. Como buen predador, se ven atraídos por la sangre, por lo que cuando uno de ellos hiere a una presa —un pez, o el dedo de algún bañista— el resto se abalanza sobre ella.
Las palometas prefieren vivir en las aguas tranquilas y más frías en torno a las islas que forma el río paraná a su paso por Rosario, por lo que solo de manera casual se aproximan a la costa.
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