Hamás reescribe la Historia en los libros de texto de Gaza
Los manuales de Educación Nacional no mencionan la existencia de Israel
Sobre un gran mapa se lee la palabra Palestina. Incluye toda la tierra al oeste del río Jordan, desde Líbano y Siria hasta el Sinaí. Entre las ciudades de esta nación se hallan Jerusalén, Haifa y Acre. De otras grandes urbes actuales en la zona, como Tel Aviv o Modiin, no hay mención. Se ha borrado minuciosamente cualquier presencia judía y, de hecho, no hay rastro del Estado de Israel. No se trata de un antiguo mapa del mandato británico o un programa político del grupo islamista Hamás, que gobierna la franja de Gaza desde 2007, sino de uno de los tres nuevos libros de texto en la materia de Educación Nacional que este ha distribuido en las 400 escuelas que administra. A los niños, simplemente, no se les habla de Israel.
“Los otros libros estaban casi exclusivamente centrados en el acuerdo de paz de Oslo [1993] y en realidad no trataban sobre los asuntos nacionales o la historia de la nación palestina”, dice Sohaib el Ashi, de 47 años, jefe de estudios de la escuela de secundaria Anas bin Malik en la ciudad de Gaza. “Estos nuevos libros enseñan la realidad, aquella de la que se nos prohibía hablar por las negociaciones de Oslo con los israelíes. Esta generación ya ha estado expuesta a la fuerza ocupadora que es Israel durante su infancia. Es hora de que aprendan también de su pueblo y su historia”, añade. En los libros no se reconoce la existencia de Israel. Cuando hay que referirse a ese Estado, el texto lo menciona como “entidad sionista”.
Un estudio publicado en febrero y financiado por el departamento de Estado norteamericano mantiene que la eliminación del otro es común en libros de texto israelíes y palestinos. Un 76% de los manuales de Israel muestra mapas de la zona sin demarcar territorios palestinos. Tras analizar 30.000 páginas, el estudio, elaborado por el Consejo de Instituciones Religiosas de Tierra Santa, mantiene que un 49% de los libros israelíes que representan a los palestinos en las escuelas estatales lo hacen en términos negativos. En las instituciones religiosas ortodoxas esa cifra asciende al 73%. Uno de esos manuales, en un caso extremo, llegar a tildar a los árabes de "sedientos de sangre". En general, según el estudio, los libros israelíes son más equilibrados y autocríticos que los palestinos.
“Somos un pueblo ocupado y debemos enseñar resistencia”, dice un portavoz
Los libros nuevos libros de texto los usan en Gaza 55.000 niños entre el octavo y el décimo grado. Al sionismo, el movimiento que reclama el derecho de Israel a existir como Estado judío con unas fronteras defendibles, los nuevos libros de texto lo tachan de racista. Mantienen que los judíos “no están relacionados con Israel” porque “Israel como nación fue aniquilada” hace miles de años. Mantienen que una de las principales aspiraciones de los israelíes es acabar “forzando a todos los palestinos a que sean como judíos”. “Es la intención de la entidad sionista borrar la identidad árabe e islámica de Palestina para imponer la suya, judía, sobre nuestra historia y geografía, con la ocupación sionista cuyo fin central es convertir esta tierra en un Estado judío”, dice Sohaib el Ashi.
Los niños recitan lo aprendido en los libros. “Palestina es una tierra habitada por grupos árabes procedentes de la península arábiga y que en la antigüedad fue poblada por los filisteos”, dice en una clase de décimo grado Ahmad Bader, de 15 años. “Al ocupar Palestina, los sionistas expulsaron a los habitantes legítimos, destrozaron tierras de cultivo y sitios arqueológicos islámicos”, añade Ehab el Majar, de la misma edad. En los nuevos textos no hay mención del proceso de paz o el acuerdo marco de Oslo. A biografías glorificadoras de líderes tradicionales de la resistencia palestina, como Yasir Arafat, añaden otras como la de Ahmed Yassin, jeque fundador de Hamás, muerto en un ataque de Israel en 2004.
En Gaza hay 465.000 alumnos de primaria y secundaria. La mayoría de escuelas las gestiona Hamás y la ONU opera unas 250. En abril, el grupo islamista aprobó una nueva ley por la cual la segregación por sexos es obligatoria para alumnos mayores de nueve años. Hamas ganó las elecciones legislativas palestinas de 2006. Un año después se hizo con el control de la Franja mientras en el Gobierno de Cisjordania quedó el partido secular Al Fatá, al que occidente e Israel consideran como interlocutor legítimo, pese a que no convoca elecciones desde hace siete años. Hamás no reconoce la existencia de Israel. Hasta ahora en ambos territorios palestinos se habían respetado el currículo educativo aprobado por la Autoridad Palestina en Cisjordania, que no tiene directrices para una asignatura de Educación Nacional.
“No hay nada malo en esos libros. Estamos enseñándoles a nuestros niños la historia de su pueblo. No es que estemos cambiando la historia de América”, dice Isra al Modallal, portavoz del Gobierno gazatí. “Por supuesto que hablamos de líderes como el jeque Yassin, pues son quienes cambiaron la historia de nuestro pueblo. ¿Acaso no dicen los libros de texto israelíes que Jerusalén es su capital y ponen allí su bandera? ¿No hay mapas en Israel que dicen que toda Palestina es suya? Nosotros somos un pueblo ocupado y debemos enseñarles a nuestros niños la resistencia. Estos son asuntos vitales para nosotros”. Con los nuevos libros de texto, Gaza se desvía en materia educativa de Cisjordania y complica la consecución de una unidad palestina necesaria para que el proceso negociador, reactivado por EE UU en julio, tenga éxito.
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