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Alemania reconoce las motivaciones religiosas

Tras una sentencia de un tribunal de Colonia que declaró ilegal la circuncisión, el Gobierno aprobó permitir su práctica

El 26 de junio de 2012, una corte de Colonia dictó una sentencia sobre circuncisión que desató una tormenta mediática en Alemania, donde viven cuatro millones de musulmanes y unos 200.000 judíos. Tras estudiar el caso de un niño musulmán de cuatro años que sufrió complicaciones médicas tras la intervención, el tribunal dictaminó que la medida era un ritual bárbaro y arcaico que privaba a los niños de sus derechos, al estar sometidos al poder patriarcal.

El caso comenzó en noviembre de 2010, cuando un médico musulmán circuncidó al niño por razones religiosas. Dos días después, el menor comenzó a sangrar y fue sometido a una cura en una clínica. Una persona lo notificó a la fiscalía. Tras dos años de proceso, el doctor fue declarado inocente de negligencia, pero el juez consideró que la intervención había sido ilegal. Las leyes alemanas prohíben operar a menores si no lo necesitan por razones médicas.

Tras conocerse la sentencia, una conferencia europea de rabinos emplazó al Gobierno federal a tomar cartas en el asunto. Tres meses después, el Consejo de Ministros aprobó un proyecto de ley para que siguiera siendo legal la circuncisión de niños por motivos religiosos, además de permitir su práctica por personas no tituladas en menores de seis meses. “El proyecto es inteligente, equilibrado y justo”, dijo el presidente del Consejo Central de los judíos en Alemania, Dieter Graumann. “Con él se envía una señal de que la vida religiosa judía y musulmana sigue siendo bienvenida en Alemania”.

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