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Palma sancionará ruidos altos por la voz en relaciones personales

Se trataría de faltas leves con sanciones de hasta 600 euros por superar "los valores límites" tolerables para la buena convivencia

El proyecto de nueva ordenanza municipal de ruidos y vibraciones de Palma de Mallorca contempla sancionar “el tono excesivamente alto de la voz humana o actividades directas de las personas” que puedan alterar las relaciones vecinales. El apartado precisa que se trata “de los ruidos producidos a cualquier hora” y puede entenderse que abarca desde las relaciones íntimas amorosas hasta las peleas a gritos. Se trataría de faltas leves con sanciones de hasta 600 euros por superar "los valores límites" tolerables para la buena convivencia.

En un documento articulado y sometido a debate vecinal, antes de su concreción en el debate municipal, se pretenden garantizar los derechos y la calidad de vida de los habitantes y para ellos se establecen ámbitos de protección ante los ruidos callejeros y en el interior de las viviendas. El portavoz de la alcaldía de Palma, del PP, ha señalado que se adecuará la normativa de Palma a las leyes y ordenanzas baleares, españolas y europeas sobre el ruido y contaminación acústica.

"Los comportamientos de los ciudadanos en el exterior e interior de viviendas o locales particulares no deben alterar la buena convivencia ciudadana, de forma que los ruidos que produzcan no perturben el descanso y la tranquilidad”, indica. En la vivienda se analizará, en su caso, el nivel de sonido de los aparatos domésticos, el arrastre de muebles, el bricolaje o los golpes.

La futura normativa pretende que se “respeten los límites tolerables” del impacto sonoro —con un horario laboral liberado— con el objetivo de “no perturbar el descanso y la tranquilidad de los vecinos”. En este caso de situaciones de la vida doméstica, el inspector municipal o el agente de la Policía local “evaluará con criterios de proporcionalidad el volumen de los emisores acústicos que puedan ser manipulados en volumen” y, en su caso, la intensidad por el causante del ruido, voces, golpes, arrastre de muebles, televisores o equipos de sonido.

El equipo del Ayuntamiento de Palma resalta que pretende parar las actividades que generen “molestias por voces, actividades de personas y actividades domésticas". Señala que la probable normativa supondrá un notable avance con respecto a la regulación autonómica, ya que se vinculan las infracciones a un régimen sancionador. El PP subraya que busca “el equilibrio entre el descanso de los vecinos y la actividad económica”.

La normativa establecerá faltas leves: con multas de hasta 600 euros (antes eran de hasta 150). Estas sanciones serían las aplicables al incumplimiento en el ámbito de comportamientos vecinales. Las faltas graves alcanzan los 12.000 euros (antes, 300). Las sanciones muy graves pueden implicar multas de hasta 300.000 euros (antes el máximo era 600). Algunas multas podrán conmutarse o rebajar a la mitad mediante la realización de cursos de formación.

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