El fiscal acusa a un profesor de Religión de abusar de ocho niños en Ourense
El docente, que ejercía en varios colegios de la comarca de Valdeorras, lleva dos años apartado
Sentaba a los niños en sus rodillas mientras impartía clase de Religión y en “ese contexto pedófilo les lamía las orejas y les daba masajes en la espalda", asegura la fiscalía. Con los menores en su regazo, siempre según el ministerio público, “los acariciaba por debajo de la ropa llegando incluso a tocar los genitales mientras les corregía los deberes”. Así de explícito es el escrito del fiscal que acusa a Agustín O.G., un hombre de 43 años, de abusos sexuales a ocho menores que estudiaban en colegios de Carballeda de Valdeorras, Rubiá, O Bolo y Vilamartín, todos en la provincia de Ourense.
La fiscalía solicita 19 años de prisión para el presunto pederasta, al que acusa de ocho delitos de abusos sexuales de forma continuada entre 2003 y 2011, según adelantó el periódico Faro de Vigo. También solicita una orden de alejamiento de 500 metros e indemnizaciones de entre 2.000 y 4.000 euros para las familias de los niños implicados. El juicio, todavía sin fecha, se celebrará en la Audiencia de Ourense a puerta cerrada.
El ministerio público explica que el acusado se prevalía de su condición de profesor para aprovecharse de los menores y “lograr su satisfacción ilícita". En el escrito de acusación se detalla que los niños, todos varones, han sufrido "daños morales y problemas de desarrollo como consecuencia de los presuntos abusos".
El director del colegio de Sobradelo (Carballeda), uno de los centros en los que el hombre impartía Religión católica, asegura que hubo quejas previas a la denuncia presentada por la asociación de padres y madres del colegio público Virgen del Camino de Rubiá, que impulsó la queja formal ante la fiscalía. El directivo insiste en que la actitud del presunto pederasta era "normal", por lo que medió ante las denuncias de dos familias ya que le parecía "algo muy grave”. Previamente a la actuación de la fiscalía, otra familia ya había denunciado "tocamientos" ante los superiores del maestro. Ayer no fue posible contactar con ningún portavoz del Obispado de Astorga, la institución encargada de seleccionar a los profesores de Religión de la zona de Valdeorras.
Hace dos años que Agustín O.G. está apartado de las aulas. El fiscal nombró a un inspector de educación que recopiló la información hablando con los menores a los que impartía Religión. Posteriormente fueron llamados a declarar en los juzgados de O Barco de Valdeorras. El entorno del acusado explica que es un hombre de carácter “afable y reservado”, aspecto “de cura porque siempre viste de color azul oscuro” y que colaboraba activamente con el movimiento religioso de la comarca de Valdeorras.
Según Faro de Vigo, el proceso judicial ha frenado la adopción de un menor que ya estaba en régimen de preacogida en casa del acusado. El durísimo escrito del fiscal que obra en poder del juez de primera instancia e instrucción número 1 de O Barco quiere evitar la relación del hombre con cualquier joven: solicita hasta 35 años de inhabilitación para el ejercicio del derecho de patria potestad, tutela, curatela y guarda de menores.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.