Un billete que narra una historia
Más allá del número, los décimos de la Lotería lucen una ilustración que cada año cambia de tema El dibujo busca atraer al público y difundir la cultura española
Un simple papel blanco. Con alguna que otra frase, la fecha escrita en números romanos y un escudo del Reino. Y, obviamente, un número. Que es, al fin y al cabo, lo más importante. Porque fue lo que le permitió al dueño de ese billete llevarse los miles de pesos fuertes que suponía el primer premio de la primera edición de la Lotería Nacional, el 4 de marzo de 1812.
Seguramente la felicidad que sintió ese señor hace dos siglos sea parecida a la que experimentan hoy en día los ganadores de los sorteos de la Lotería. Lo que es bastante distinto es la estética del billete que les da la victoria. Porque hace doscientos años no era más que un trocito de papel con una cifra, mientras que hoy al lado del número cada décimo luce una pequeña y coloreada obra de arte.
En concreto, las ilustraciones de este año hablarán del Museo Thyssen-Bornemisza; así como en 2011 se centraron en la filatelia y en 1960 retrataron la mujer en la pintura española. Fue ese el primer año en que se decidió que los dibujos de los décimos serían temáticos. Y, desde entonces, así ha sido. De los monumentos españoles a la historia de Carlos III, del Mundial de fútbol de 1982 al camino de Santiago, cada año los décimos de la Lotería han ido buceando en algún aspecto del país.
En realidad, ya durante los años cuarenta y cincuenta los billetes lucían el escudo nacional, o “alegorías de la fortuna como el cuerno de la abundancia, jarrones o caracolas repletos de riquezas”, como relata el libro Azar e ilusión: doscientos años de la Lotería Nacional de España. Desde los sesenta, sin embargo, la ilustración de la Lotería dio un paso más.
“Los temas de las viñetas se seleccionan desde la Dirección de Negocios y tratamos de que sean atractivos para el público y, a ser posible, que puedan formar parte de una colección concreta”, explica en un correo electrónico Juan A. Gallardo, Director de Negocios de Loterías y Apuestas del Estado.
Aunque, más allá de fascinar al público, el dibujo tiene otra función. “La de ser un excelente vehículo de difusión de nuestra cultura, arte, historia, tradiciones, deportes, avances tecnológicos o acontecimientos relevantes”, se lee en Azar e ilusión: doscientos años de la Lotería Nacional de España, al que se remite Gallardo para la mayoría de las cuestiones planteadas por este periódico.
Por ello, entre los temas tratados a lo largo de estos años se pueden encontrar el refranero popular, la llegada a América, las culturas precolombinas y los castillos de España. Y por ello, desde 1986, la ilustración sale acompañada de un texto explicativo del sujeto del dibujo.
De ambos, texto y dibujo, se hace cargo la Real Casa de la Moneda, que también imprime los décimos y se encarga de que lleven un sello en seco o en relieve, para evitar su falsificación. Para cada sorteo, los diseñadores y grabadores de la fábrica preparan varios bocetos. Aunque al final solo uno sale escogido. Porque, como en toda lotería, tiene que haber un ganador.
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