“La prensa ha interpretado mal la revolución digital”

Da igual si es en papel o en Internet: el periodismo no debe ser inmediato ni superficial ni gratuito. Edwy Plenel (Nantes, 1952), director de Mediapart.fr, lo tiene así de claro. Y no es el gurú digital de moda ni el tuitero de la esquina (aunque tiene más de 150.000 seguidores, pero ése es otro tema). Es un veterano periodista y uno de los más importantes de Francia, con una trayectoria de más de 30 años. Pasó varios de ellos —25, para ser exactos— en Le Monde,donde hizo de todo, o casi de todo. Entró en 1980 como redactor de educación y salió en 2004, tras ocupar durante cuatro años la dirección de la redacción. En 2008 inició la aventura en Mediapart. Y está contento. “Hemos demostrado la rentabilidad del periodismo de investigación. Podemos resistir el temporal”.

Las cosas como son: el optimismo de Plenel es una auténtica rareza en la profesión. El “oficio más bello del mundo”, García Márquez dixit, no está para sonrisas. Mucho menos en España. El periodismo es uno de los sectores más golpeados en el ya de por sí exangüe mercado laboral español. Más de 8.800 periodistas han sido despedidos desde el inicio de la crisis. Aun así, Plenel defiende que en España —“como en Francia hace cinco años”— existe una oportunidad para hacer “periodismo de investigación, de calidad e independiente. El periodismo de siempre, vamos”. Sus investigaciones han causado más de un dolor de cabeza a la clase empresarial y política francesa. El más importante: el caso Bettencourt, que descubrió una red de financiación ilícita entre el imperio L’Oréal y el expresidente Nicolas Sarkozy.

En la apretada agenda del legendario periodista francés (en las facultades se estudian sus investigaciones en los años ochenta, y durante su gestión Le Monde superó a Le Figaro como líder en ventas), apenas da tiempo para un par de cafés. Ha venido a Madrid a presentar a su socio español, Infolibre, un proyecto inspirado en Mediapart que encabeza Jesús Maraña, y a comentar su ensayo Combate por una prensa libre (Edhasa, 2012), un “manifiesto por una prensa libre”.

“¿Cómo esperamos que
los lectores confíen en
nuestro trabajo si nosotros
no confiamos en él?”

Mediapart.fr tiene 30 periodistas en plantilla y sus principios fundacionales no podrían estar más en contra de lo que hace la mayoría. “Cuando comenzamos, todos decían Ils sont fous! (¡Están locos!)”. Sus reglas son tres. Uno. La información no debe ser inmediata: tiene tres ediciones diarias, a las 9.00, 13.00 y 19.00. Dos. No es superficial. “Hay que comprobar, planear, discutir, reflexionar”, repite. Y tres. No es gratuita: nueve euros por una suscripción mensual, un euro por el acceso durante dos semanas. Plenel asegura que la fórmula ha sido exitosa. Tiene más de 60.000 suscriptores fijos —“todos los días tenemos nuevos abonados”, presume— y, sobre todo, ganancias. En 2011 consiguieron 570.000 euros de beneficios netos y este año proyecta superar la cifra.

Escucharle hablar anima al periodista más deprimido. “Interpretamos mal la revolución de Internet. No es nuestra competidora. Es la mejor noticia para el periodismo, porque nos obliga a escuchar a los ciudadanos”. E insiste en que su optimismo no es naif. Cita a Antonio Gramsci: “El pesimismo de la inteligencia es el optimismo de la voluntad”. En su ensayo reitera que el periodismo es crucial para “una sociedad democrática”. Y que los primeros interesados en defenderlo deben de ser los propios periodistas. “¿Cómo esperamos que los lectores confíen en nuestro trabajo si nosotros no confiamos en él?”, glosa.