Una llamada a la acción para aumentar la seguridad de los periodistas
Los reporteros, como proveedores de información de interés público, desempeñan un papel relevante en la sociedad. Es de interés general que se les proteja
En lo que va de año ya han sido asesinados más de 100 periodistas, la cifra más alta desde que el Instituto Internacional de Prensa (International Press Institute, IPI) empezó con su estadística sobre asesinatos de periodistas en 1997. A nivel mundial, desde África y Asia, pasando por Europa, el Oriente Medio y América Latina, los periodistas siguen siendo perseguidos sistemática y brutalmente por ejercer su profesión. Algunos mueren en zonas de conflicto, pero la gran mayoría son víctimas de grupos criminales y particulares que pretenden impedir que la información salga a la luz, que la corrupción y otros crímenes sean descubiertos, y que opiniones críticas sean difundidas.
En muchos países, periodistas se ven a diario en situaciones de peligro mortal. Para ellos, el hecho de recibir amenazas forma parte de su rutina. Son asesinados por contar una historia, pero irónicamente muchas veces por no contarla. Los ataques contra periodistas no se limitan a asesinatos. Este año, un gran número de estos profesionales ha sido brutalmente golpeado o gravemente lesionado con armas de fuego o artefactos explosivos. Hace pocas semanas, un presentador de radio boliviano fue quemado vivo durante su programa en directo por unos agresores que le echaron gasolina encima. Además, demasiado frecuentemente las familias de periodistas se ven involucradas en esta espiral de violencia mortal.
La impunidad con la que actúan los responsables de estos ataques en muchos sitios es preocupante e inaceptable, y constituye uno de los obstáculos más difíciles para mejorar la seguridad de los periodistas.
Los periodistas, como proveedores de información en asuntos de interés público, desempeñan un papel especialmente relevante en la sociedad. Debería por tanto ser de interés general que esta importante función se mantenga y se proteja. Además, las consecuencias de los ataques contra periodistas son evidentes. La ausencia de información crucial, la violación del derecho a saber y la incapacidad de los periodistas de mantener su independencia, tan vital para el ejercicio de su trabajo y su credibilidad profesional.
El creciente número de periodistas asesinados a nivel mundial sirve como llamamiento a la acción. El año pasado se lograron aplicar exitosamente varias iniciativas internacionales que marcaron un hito, y creemos que esto dará nuevos impulsos en busca de disminuir el aluvión de “violencia con impunidad” dirigido contra los periodistas.
Por primera vez en su historia, el pasado mes de septiembre el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas adoptó una resolución sobre la seguridad de los periodistas. Esta resolución, una iniciativa de Austria que se enmarca en su compromiso con este asunto cuando fue elegido miembro del Consejo de Derechos Humanos en 2011, constituye un importante paso en la promoción de la protección y de la seguridad de los periodistas. Impulsada en cooperación con un grupo núcleo de distintas regiones del mundo, que incluye Brasil, Marruecos, Túnez y Suiza, y con el apoyo del Instituto Internacional de Prensa (IPI, por sus siglas en inglés) y otras organizaciones profesionales que centran su trabajo en la promoción de la libertad de prensa, esta resolución de carácter único condena todo tipo de ataques contra periodistas. Llama a los Estados a adoptar medidas más eficaces para acabar con la impunidad y asegurar que se realicen investigaciones independientes para llevar a los autores de los delitos ante la justicia, garantizando a la vez a las víctimas el acceso a recursos legales adecuados.
La resolución subraya asimismo la responsabilidad de los gobiernos que deben velar por la seguridad de los periodistas no solamente en situaciones de conflicto claramente identificables como tales, sino en cualquier sitio y a cualquier hora. No nos equivoquemos: La mayoría de los periodistas son asesinados o físicamente agredidos fuera de las zonas de conflictos habituales. El hecho de que esta resolución – a pesar de su lenguaje fuerte e intransigente – recibió el copatrocinio de 66 Estados y fue adoptada por consenso en el Consejo de Derechos Humanos, le da un impacto aún mayor.
En paralelo a las acciones tomadas en el Consejo de Derechos Humanos, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) ha promovido por su parte debates y acciones para reforzar los instrumentos internacionales para la protección de los periodistas. Como resultado, el Plan de Acción de las Naciones Unidas sobre la seguridad de los periodistas y la cuestión de la impunidad fue aprobado por la Junta de los Jefes Ejecutivos de las Naciones Unidas para la Coordinación en abril, lo cual marca otro hito en este contexto.
En los últimos días, el proceso de debate sobre esta temática ha continuado gracias a una reunión de seguimiento organizada por Austria en Viena, donde se han reunido representantes de distintos organismos, fondos y programas de las Naciones Unidas, organizaciones intergubernamentales, Estados miembros, asociaciones profesionales y ONGs. El enfoque de este encuentro ha sido la implementación del Plan de Acción, para asegurar que las medidas se conviertan en acciones concretas, ayudando a reducir la violencia contra periodistas. En el debate sobre la implementación de este Plan de Acción, los representantes de empresas de comunicación y profesionales de la información a nivel mundial han sido implicados de manera activa. En un encuentro en Londres hace pocas semanas, editores y periodistas publicaron una declaración conjunta, dando la bienvenida al Plan de Acción de Naciones Unidas y haciendo un llamamiento al sistema de la ONU y a órganos nacionales e internacionales de relevancia, para que actúen de manera eficaz y responsable en la aplicación del Plan, animando a la vez a los medios de comunicación a supervisar regularmente las acciones de los gobiernos, autoridades judiciales y otros órganos para que se aplique el Plan y se termine con la impunidad.
El año 2012 ha sido crucial para garantizar una mayor protección a los periodistas en el futuro. Ahora depende de los organismos de las Naciones Unidas, de la sociedad civil, de los periodistas y – lo más importante – de los muchos Estados que apoyaron la resolución del Consejo de Derechos Humanos sobre la seguridad de los periodistas, manifestar de forma activa su compromiso con este importante asunto.
Austria y el Instituto Internacional de Prensa están dispuestos a seguir trabajando para promover activamente los amplios mecanismos ahora existentes para la protección de los profesionales de la información.
El Instituto Internacional de Prensa continuará por su parte prestando apoyo a periodistas en situaciones de peligro, haciendo llamamientos de justicia cuando sufren ataques y haciendo responsables a los Estados para que velen por su seguridad.
Michael Spindelegger es vicecanciller y ministro de Asuntos Europeos e Internacionales de la República de Austria. Alison Bethel McKenzie es directora ejecutiva del Instituto Internacional de Prensa
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