Sanidad quiere duplicar los donantes de médula en cuatro años
El objetivo es reducir los plazos para encontrar tratamiento y abaratar el proceso Unas 400 personas esperan un trasplante en España
El Ministerio de Sanidad quiere mejorar uno de los flancos débiles del sistema de trasplantes: las donaciones de médula. El plan nacional aprobado recientemente quiere que, al igual que en el caso de los órganos, el país ocupe un puesto líder en los trasplantes de médula y otros progenitores hematopoyéticos (los que se usan para reconstruir el sistema sanguíneo después de una quimioterapia, por ejemplo), ha dicho la secretaria general de sanidad, Pilar Farjas. Entre ellos se encuentran los de cordón umbilical y los de células sanguíneas, en los que España va bien. Quedan los de médula.
El presidente de la Organización Nacional de Trasplantes, Rafael Matesanz, explicó que así como de cordón umbilical España, con 50.000 o 60.000 donantes, está en los primeros puestos, en médula, con 105.000, se ocupa el lugar octavo de Europa y el decimosexto del mundo. El objetivo del plan anunciado es duplicar esta cifra en cuatro años, hasta los 200.000 donantes.
Enric Carreras, director de la Fundación Carreras y responsable del Registro de Donantes de Médula español (Redmo) aclaró que había varias ventajas detrás de este incremento. En primer lugar, en España hay cada año unas 900 personas que necesitan este tipo de trasplante. Unas 500 lo consiguen, pero quedan unas 350 o 400 que no, lo que les lleva a depender de otras terapias.
Además, la espera media hasta que se localiza al donante compatible está en 48 días. Al contrario que con los órganos, donde se tiende a ser autosuficiente, cuando alguien necesita un trasplante de médula se recurre a redes internacionales, dijo Matesanz. Y esto tiene un coste. Si el donante es nacional, las comunidades no lo pagan. Importar el material de otro país supone unos 14.000 euros cuando se trata de médula y unos 22.000 si es cordón umbilical. Aun así, la idea no es que vaya a aumentar mucho el número de donantes. Matesanz defiende que España ya tiene cubiertos los tipos principales de médula con los donantes actuales, por lo que ese 30% que no consigue donante no se verá muy reducido. Sin embargo, la idea de ampliar la base de datos puede ayudar, y servirá además como una llamada a los ciudadanos para cubrir algunos casos o incluso para ayudar a otros países, dijo Carreras.
El plan prevé regular un sistema de información aparte del de las comunidades para los ciudadanos que quieran colaborar, con un método de captación de muestras mediante saliva que permitirá ampliar el número de potenciales donantes. Hay que tener en cuenta que inscribirse solo supone ponerse en una lista, ya que la extracción de la médula, que se hace con anestesia, solo se lleva a cabo si se encuentra un receptor compatible. Carreras indicó que la edad para hacerse donante está entre 18 y 55 años (aunque hasta después –los 60 años- pueden llamar al voluntario), y que el listado español tenía una edad media de 42 años, por lo que conviene rejuvenecerlo. La operación prácticamente no tiene complicaciones, dijo el director del registro español. Matesanz matizó que eso se podía decir teniendo en cuenta que ningún proceso médico está absolutamente exento de riesgos.
La donación de médula es una actividad que no ha sido conveniente promovida por las autoridades hasta ahora. Después de alcanzar puestos de liderazgo en los cordones, es la hora de abordarlo, dijo Matesanz. Ni este ni Farjas quisieron vincular la decisión al conflicto planteado hace poco menos de un año por la organización alemana DKMS, que promovió varias campañas de captación de donantes en España.
Pero que esto alertó a las autoridades españolas es un hecho. El real decreto ley de recortes en materia sanitaria de abril incluía ya un par de cláusulas que limitaba este tipo de actividades. Matesanz indicó que falta una orden ministerial que lo regule, pero la idea es clara: este tipo de actividades deberán contar con el permiso de las autoridades españoles, que afirman que es la manera de mantener el carácter universal y altruista del sistema de trasplantes. De hecho, DKMS se ha dirigido a varias comunidades desde entonces preguntando cómo podían actuar, pero Matesanz afirma que no se han puesto en contacto con la ONT y que hasta que no esté la orden ministerial no se sabrá si hay cauce para que este tipo de organizaciones (vistas con sospechas por las autoridades sanitarias) puedan actuar.
DKMS se mantiene a la expectativa e insiste en que su objetivo es ayudar y conseguir más donantes para los pacientes alemanes de origen hispano, pero también para los españoles. De hecho, este verano la organización alemana identificó entre sus voluntarios españoles un donante que luego sirvió para un receptor español. Según comunicó entonces, lo hizo sin cobrar nada como un símbolo de su voluntad de colaborar.
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