El ‘hijab’ se cuela en la TDT
Desde Madrid, el canal saudí Córdoba TV divulga el islam al mundo hispanoparlante El iraní Hispan TV propaga la visión de la actualidad del régimen de Teherán
Enhorabuena en el día de la fiesta más importante del islam!”. Telespectadores y amigos llamaban a la emisora el 26 de octubre para felicitar en vivo el Aid el Adha (fiesta del sacrificio). Horas antes, la cadena había retransmitido en directo desde la Meca la Jutba el Aid (sermón), que los expertos comentan en antena a posteriori.
La televisión islámica no emite su señal desde El Cairo ni desde Riad, sino desde San Sebastián de los Reyes, en la periferia de Madrid, y lo hace en español, a veces con traducción simultánea del árabe para que los musulmanes hispanoparlantes comprendan, por ejemplo, el sermón.
Córdoba TV Internacional es uno de los dos canales fundados por musulmanes que, a principios del pasado invierno, empezaron a emitir en español para España y Latinoamérica. El otro es el iraní Hispan TV, cuya sede está en Teherán, en un edificio de 11 pisos, pero cuya programación se elabora en cerca de un 50% en Madrid.
Ambos se sumaron, casi al mismo tiempo, al frenesí de emitir para España y América Latina, pero sus contenidos son bastante diferentes. Córdoba TV busca “dar a conocer el islam para que a los musulmanes no se les insulte, no se les tache de terroristas”, explica Yasin Puertas, de 35 años, su director.
Córdoba TV fue creada por la fundación saudí Mensaje del Islam, que encabeza el jeque Abdulaziz al Fawzan, propagador del islam wahabita que se practica en Arabia Saudí, al que se tacha con frecuencia de radical.
“Desde aquí no se difunde ninguna escuela islámica en especial”, responde tajante Puertas. “Nuestro objetivo es tender puentes entre musulmanes y fieles de otras religiones del mundo hispano”, prosigue el director. “Predicamos con el ejemplo, la mitad de nuestros 60 trabajadores no son musulmanes”, añade.
En la cadena televisiva saudí la mitad de sus 60 trabajadores en Madrid no son musulmanes, según su director
Este melillense, que estudió comunicación audiovisual en Madrid, se convirtió al islam y contrajo matrimonio con una concejala de Coalición por Melilla (CpM), el partido musulmán en la oposición al PP. Antes de ser portavoz de esta formación llevó la comunicación de un bufete de abogados en Houston, donde vivió casi un lustro.
Las ocho horas de parrilla diaria, que se repiten tres veces al día, tienen un marcado sesgo religioso, pero nada extremista. A Cita con el Sheij, un programa de divulgación, se añaden otros menos teñidos religiosidad, como En femenino, que da la palabra a destacas mujeres musulmanas; Árabe fácil, que consiste en clases lingüísticas, o un telediario vespertino. La presentadora lleva, eso sí, un hijab (pañuelo islámico) aunque la prenda no es obligatoria para las trabajadoras del canal.
Puertas está orgulloso de haber acogido en el plató a un antropólogo israelí y al ultraderechista Armando Robles, exjefe de prensa de Jesús Gil en Marbella, que se enzarzó en un acalorado debate con tres intelectuales musulmanes y disparó la audiencia. “Si hasta hemos entrevistado en la calle a Josep Anglada”, el político catalán islamófobo, recalca Yasin Puertas para demostrar su pluralidad. Córdoba TV se sintoniza en España y Latinoamérica a través de los satélites Hispasat, pero poco a poco se está abriendo un hueco en la TDT española alquilando canales de baja frecuencia, los menos potentes. Ya puede ser captada en media docena de ciudades, incluidas Madrid y Barcelona. Tras 10 meses de existencia, parece haber renunciado a su vocación latinoamericana para ser casi exclusivamente un canal islámico hecho para los 1,2 millones de musulmanes residentes en España.
En la mayoría de los países europeos, canales como Córdoba TV, y más aún el iraní Hispan TV, no hubiesen tenido cabida en la TDT —sí en las redes de cable—, pero el desorden digital en España instaurado por el Gobierno socialista les ha permitido hacerse un hueco.
Aunque alquila frecuencias locales, Hispan TV tenía en sus orígenes una ambición más global. Prueba de ello es la mayor utilización de los satélites y el despliegue de decenas de corresponsales, desde EE UU hasta Latinoamérica, pasando por Oriente Próximo, que alimentan sus 12 informativos diarios emitidos desde Teherán y su web.
Tienen, todos ellos, una marcada carga ideológica con la que intentan legitimar el sistema político iraní, como ya anunció hace un año Ezatollah Zarqami, presidente del ente que reagrupa a las televisiones públicas de Irán. No en balde fue el propio presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad, el que inauguró el canal con un discurso.
Pero “la pata española de este proyecto se ha recortado en más de un 60%”, se lamenta Mahmud Alizadeh, de 42 años, que se presenta como el encargado en España de Hispan TV. La amputación es achacable a las sanciones impuestas por Occidente a un Irán del que se sospecha que busca fabricar el arma nuclear. Afectan no solo a las exportaciones de petróleo, sino también a las transacciones financieras.
“Provocan hasta escasez de medicamentos y mucho sufrimiento”, sostiene Alizade en Argüelles, el barrio madrileño donde tiene la sede su canal. Antes de dedicarse al sector audiovisual, este iraní fue periodista, pero está sobre todo orgulloso de haber traducido al farsi el diccionario de la Real Academia.
En España, el canal iraní contrata con productoras locales —cuyos nombres Alizadeh rehúsa desvelar— programas como Raíces, que explica qué palabras españolas son de origen árabe y farsi, o A la calle, que narra lo que sucede en las ciudades de España. Antes se rodaron otros programas como Epílogo, en el que se debatía de libros, o Cine a contracorriente, sobre largometrajes alternativos. La reducción de su presencia en España ha supuesto una mayor apuesta por América Latina. “Vamos a hacer coproducciones con empresa de Chile, Uruguay, etcétera”, se consuela Alizadeh.
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