La NASA se la juega en Marte
El robot ‘Curiosity’ afronta una maniobra de máximo riesgo De 39 misiones enviadas al planeta rojo, 15 tuvieron éxito
El tanteo entre Marte y la Tierra está en 24 a 15, es decir, han fracasado 24 misiones espaciales enviadas al planeta rojo y han funcionado 15, recordaba el jefe de exploración marciana de la NASA, Doug McCuistion, este fin de semana. La misión del robot Curiosity, cuyo arriesgado aterrizaje en Marte está fijado para primera hora de la mañana de hoy, hace la número 40 —la 19 de EE UU— y de su éxito depende no solo todo el plan científico de este robot, que es un laboratorio de geoquímica rodante, sino todo el programa de exploración del planeta rojo de la NASA en época de reducciones presupuestarias.
La llegada del vehículo al suelo del planeta rojo está fijada para las 7.31 de la mañana (hora peninsular), y serán las 15.30 en el cráter Gale. Pero, como señaló Richard Cook, subjefe de esta misión Mars Science Laboratory (MSL), desde hace días los más de 700 científicos e ingenieros del equipo del Curiosity viven con la hora marciana contando, no solo con el aterrizaje, sino también con el desfase de una media hora (un día en Marte, o sol, dura 24 horas y 39 minutos) que se va acumulando y que determina el plan de trabajo diario y las comunicaciones.
“Este programa significa victoria o muerte”, dice un especialista
Pero con horario perfectamente terrestre, para los responsables de la NASA y para miles de científicos e ingenieros dedicados a la exploración planetaria, el triunfo ahora en Marte es la mejor —o única— oportunidad de recuperar la financiación que la Casa Blanca se propone recortar. De 474 millones de euros este año, el proyecto para exploración de Marte pasará a contar con 290 millones en 2013, que se quedarían en 152 millones en 2015, según informa Space.com. “Esto puede dar al traste con todo el programa de Marte”, señaló Robert Zubrin, presidente de la Mars Society. En resumidas cuentas, el Curiosity significa “victoria o muerte”, añadió.
Los responsables de la agencia y los expertos del Jet Propulsion Laboratory (en California), que se encarga de la misión del Curiosity, como de casi todas las anteriores que la NASA ha realizado en otros planetas, han destacado que este robot de casi una tonelada, no solo es importante en sí mismo para conocer el mundo vecino. Se trata de una fase más de todo un programa de exploración continuada que se inició en los años noventa y que debe desembocar en una misión de toma de muestras en Marte y envío de las mismas a Tierra, seguramente imprescindible para dilucidar la cuestión de si allí ha habido alguna vez vida. Además, parece lógico cumplir todo este programa de exploración con robots antes de plantear un viaje de astronautas al planeta rojo.
El programa de la NASA ha venido utilizando, desde hace más de 15 años, casi todas las llamadas ventanas de viaje de la Tierra a Marte para enviar sus misiones: cada 26 meses, las posiciones orbitales relativas de los dos planetas ofrecen la mejor trayectoria de viaje con el mínimo de energía. La agencia tiene previsto seguir adelante con el plan, pero hay una barrera mínima de financiación por debajo de la cual se corren riesgos inadmisibles. A esta conclusión llegaron los comités de expertos que analizaron las dos misiones que la NASA perdió en Marte (Mars Polar Lander y Mars Climate Orbiter), en 1998-1999, cuando, debido a la escasez de financiación, no se hicieron las verificaciones imprescindibles antes del lanzamiento.
No es el caso del Curiosity, cuya construcción y operación durante dos años financia la NASA con algo más de 2.000 millones de euros. “Es una tremenda oportunidad”, dijo Jim Green, jefe de la división de ciencia de la NASA. “El Curiosity abrirá una nueva era de descubrimiento que obligará a este país a invertir más en ciencias planetarias”.
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