El Ejército turco reprime por indecente 'Juego de Tronos'
La fiscalía investiga a nueve oficiales por usar la serie para dar clases de inglés Se enfrentan a un juicio por difundir pornografía y por "insulto a la identidad turca"
A un militar turco se le supone fuerza y coraje para poder subir a las montañas y luchar contra la guerrilla del PKK. Un joven turco que pasa los 15 meses de servicio militar obligatorio sabe que puede poner su vida en peligro según el destino, que se enfrenta a duras novatadas y que, si es kurdo o armenio, no tendrá la mejor acogida. Si es homosexual puede pedir una excedencia o se verá abocado a ocultarlo hasta que se licencie.
Nueve oficiales encargados de educar a los soldados pensaron que Juego de Tronos sería una buena serie para introducir el inglés en las clases de formación. A simple vista lo tiene todo: acción, violencia, intriga. Los alumnos de la academia militar de Maltepe, en Izmir, tuvieron que analizar durante 10 semanas la serie: realizar traducciones, debates sobre el contenido, etc. Pero parece ser que uno de los alumnos no pensó que se trataba de material educativo adecuado y al final del seminario envió una carta anónima en la que se quejaba del contenido de la serie. Según el diario turco Hurryet, la misiva denunciaba el contenido “corrupto y pervertido” de la serie que, además de tener escenas de sexo, mostraba a los turcos como una “tribu bárbara con rituales religiosos perversos”.
La investigación continuó y el equipo de instrucción concluyó, tras analizar la popular serie, que “contenía elementos pornográficos, así como formas perversas y violentas de relaciones sexuales”. Además, Juego de Tronos, una serie clasificada para mayores de 13 años, podría, según los investigadores, “dañar la evolución de una persona de una manera extremadamente difícil de enmendar en un futuro”.
Finalmente, lo que menos gustó a la instrucción, además de, en su opinión, que la serie incita al consumo de alcohol, es que “Turquía se muestra como un grupo de bárbaros con perversas costumbres y creencias religiosas”. Por lo que el informe concluye que “su proyección puede disuadir a los estudiantes de su ocupación y debilitar las emociones patrióticas”.
Según la investigación, la serie en cuestión atacaría directamente el artículo 301 del Código Penal Turco en lo que se tipifica como “insulto a la identidad turca”. Este artículo ha sido usado en numerosas ocasiones contra los comportamientos de intelectuales y disidentes políticos en Turquía como el Premio Nobel de Literatura Orhan Pamuk -por referirse a la matanza de armenios como “genocidio”-. Pero los oficiales están además acusados de “abuso sexual” por la proyección de las escenas subidas de tono a unos jóvenes de entre 16 y 19 años.
La denuncia fue desestimada en primera instancia. Pero tras una segunda carta de denuncia, fue restituida por el propio ministro de Defensa. Ahora los oficiales esperan al final de la investigación.
Lo cómico de la historia no quita lo grotesco. El Ejército turco, una de las instituciones más herméticas del país, se moviliza para que sus soldados no vean escenas de sexo. Mientras, en la mesa del ministro se amontonan denuncias de suicidios, violaciones o torturas a reclutas, la mayoría sin respuesta.
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