Rashidi Yekini, leyenda del fútbol africano
Participó en dos mundiales y jugó dos temporadas en el Sporting de Gijón
Rashidi Yekini (Kaduna, Nigeria, 1963) fue el delantero centro del equipo que contó con la mejor generación de jugadores en la historia del fútbol nigeriano, la de Finidi, Amunike y compañía. Unos futbolistas plenos de cualidades técnicas y físicas pero que, como la mayoría de los conjuntos africanos, caían con facilidad en la anarquía y en la indisciplina táctica.
La explosión de Yekini en el fútbol de alto nivel fue tardía. Tras jugar varios años en la liga de Nigeria y en la de Costa de Marfil, dio el salto al fútbol europeo con el modesto equipo portugués del Vitoria de Setúbal cuando ya tenía 27 años. Allí vivió sus mejores años, llegando a ser máximo goleador en 1993, el mismo año que fue elegido mejor jugador de África. En sus cuatro años en Portugal marcó la nada despreciable cantidad de 90 goles.
Su año de mayor gloria fue 1994, cuando Nigeria y Yekini se instalaron en el panorama futbolístico mundial. A la victoria en la Copa de África se sumó la clasificación para el mundial de Estados Unidos, el primero en la historia de la selección nigeriana. Yekini fue el máximo goleador tanto en la competición continental como en la fase de clasificación mundialista. Y fue él quien anotó el primer gol de Nigeria en una Copa del Mundo, ante la Bulgaria de Stoichkov.
Las águilas nigerianas fueron una de las sensaciones de aquel mundial, donde llegaron a tener contra las cuerdas a Italia en octavos de final. Tuvieron la victoria en la mano hasta que un gol de Roberto Baggio mandó el partido a la prórroga cuando quedaban dos minutos. Una vez en el tiempo extra la experiencia italiana se impuso. Tras la eliminación se supo que los jugadores, encabezados por Yekini, estaban enfrentados con el seleccionador, el holandés Clemence Westerhoff, por el rigor táctico que este exigía a los futbolistas.
Rashidi Yekini estuvo en otro mundial más, el de Francia en 1998. Ya con 34 años su participación no fue muy destacada y a final del torneo puso fin a su periplo internacional. Fueron 70 partidos con su selección en los que marcó 37 goles, un registro aún no superado. Fue también el final de aquella generación triunfante que contaba con jugadores que competían en las mejores ligas europeas, además de algún elemento exótico como su portero Rufai, un príncipe hijo de un rey honorífico de Nigeria.
Yekini también jugó en la Liga española, lo hizo tras una mala experiencia en el Olympiacos griego. El nigeriano llegó como estrella tras el mundial de 1994 pero nunca se adaptó ni al equipo ni al beligerante clima racista de las gradas en los estadios helenos. Llegó al Sporting de Gijón a finales de ese año, pero se le descubrió una rotura de ligamentos en el reconocimiento médico y su fichaje se retrasó un año. Jugó dos temporadas en las que hizo unos números goleadores modestos y decidió volver al Vitoria de Setúbal de nuevo y posteriormente al Zurich suizo. Terminó su carrera jugando en Nigeria ya por encima de los cuarenta años. Falleció el viernes 4 de mayo a los 48 años tras una larga enfermedad.
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