EE UU: El paciente siempre paga
La familia media de EE UU paga 11.426 euros de póliza de seguro Hay 240 millones de personas con seguro privado en Norteamérica
En un sistema de sanidad totalmente privado, como el norteamericano, hay algo que ni siquiera la reforma aprobada hace dos años por Barack Obama va a cambiar: el paciente, salvo en contadas ocasiones, siempre paga una póliza. O bien se la descuenta su empleador de la nómina o bien la abona él mismo mensualmente. Y no solo eso: a parte de la póliza mensual, normalmente debe abonarse un copago cada vez que se visita al doctor o se compra un medicamento.
En EE UU no hay medicamentos cubiertos total o parcialmente por el estado. Siempre hay un copago proporcional, que varía en función del seguro adquirido y que depende también de las patentes farmacéuticas. El Gobierno federal no regula los precios de los medicamentos, por lo que estos acaban siendo considerablemente superiores a los de otros países desarrollados. Un estudio de la Universidad de Boston de 2004 estimaba que ya entonces eran 81% más elevados que los que regían en Suiza, Gran Bretaña, Alemania, Canadá, Suecia, Francia e Italia.
Por ejemplo, los medicamentos recetados para tratar el virus de la inmunodeficiencia humana, que puede provocar la enfermedad del sida, pueden costar entre 1.000 y 2.000 dólares mensuales al paciente. Según cifras del Gobierno federal, cada año se gasta en EE UU más de 250.000 millones en medicamentos, una cifra que se ha sextuplicado con respecto a 1990. Los medicamentos son un 10% del gasto sanitario anual de todo el país.
Un estudio de la Universidad de Boston estima que en EE UU los medicamentos son un 84% superiores que en otras naciones desarrolladas
Para evitar pagar el precio íntegro del medicamento, el paciente debe tener una póliza de seguro. Su precio depende de muchos factores. Edad, sexo y lugar de residencia son los mayores condicionantes. Según datos de la fundación Kaiser Permanente, en 2011 el precio medio anual de un seguro comprado a través del empleador fue de 15.073 dólares (11.426 euros) por familia, lo que supone un aumento del 9% respecto a 2010.
En EE UU hay dos tipos de pólizas de seguro privadas. Por un lado, está lo que se llama organizaciones de mantenimiento de la salud (HMO, por sus siglas en inglés). Son seguros que funcionan como la sanidad pública en España: el paciente debe pasar siempre por un médico de cabecera que se le asigna, y debe obtener un volante firmado por él para acudir a los especialistas o al hospital. Es el plan cuyas pólizas son más baratas, y por el que generalmente no hay copago alguno.
En EE UU hay 240 millones de personas con seguro médico y unos 48 millones que no tienen póliza ni cobertura alguna
El preferido por los norteamericanos, sin embargo, es el sistema denominado organización de proveedor preferido (PPO, por sus siglas en inglés). Es el de la libertad casi absoluta. El paciente puede acudir al médico y al hospital que quiera. Si éste se halla dentro de la red de centros asociados a ese seguro, abonará sólo un copago, que oscila, normalmente, entre los 15 y los 30 dólares. Si es un profesional no integrado en esa red, el paciente deberá pagar una parte de la factura final, normalmente entre el 20 y el 40%.
Según cifras de la consultora especializada Mcol, en 2011 había 68,1 millones de norteamericanos afiliados a una HMO y que por tanto no abonan copago alguno. Muchos más, 108,3 millones, tienen un seguro PPO y sí que están sujetos a él. Aunando otros planes, menos populares, hay 210 millones de personas con seguro privado en Norteamérica.
El sistema es laberíntico y los desembolsos no acaban en un simple copago. Cada plan tiene un importe mínimo deducible que el paciente debe abonar antes de que el seguro satisfaga las facturas. Normalmente, en el sistema de PPO, esa desgravación oscila entre los 250 y los 1.500 dólares. Para el de HMO es menor, de entre 100 y 500 dólares.
El Gobierno ofrece dos tipos de subvenciones sanitarias. Por un lado, está Medicaid, un programa público que paga las pólizas de aproximadamente 50 millones de personas con escasos recursos. Existe otro programa, Medicare, que cubre parte del gasto sanitario de unos 48 millones de ancianos. Son, normalmente, pagos parciales. Y no se trata de programas públicos. En EE UU no existe una red de médicos y hospitales del Estado. Y aun así, su gasto sanitario es el mayor del mundo.
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