El voluntariado corporativo toma cuerpo en España
Casi el 60% de las grandes empresas en España tienen programas que fomentan la participación altruista de sus empleados
En España, alrededor del 57% de las empresas con más de 500 empleados tiene programas de voluntariado. En Estados Unidos son la inmensa mayoría las que han apostado por crear proyectos en los que ofrecen a sus trabajadores la oportunidad de colaborar en programas solidarios, propios o junto a organizaciones sin ánimo de lucro con las que tienen convenios. Es una forma de ayudar a resolver los problemas de la sociedad, pero también de mejorar la imagen de la empresa y darle un valor añadido, tanto para los empleados como para sus clientes. Unos y otros buscan cada vez más saber que sus acciones –tanto el trabajo como el gasto, por ejemplo-- tienen un impacto positivo en el entorno.
Para que el voluntariado tenga impacto debe estar desarrollado en todos los niveles de la compañía
“Servir a la sociedad debe ser una parte de la estrategia empresarial, es la sostenibilidad para innovar”, argumenta Rosabeth Moss-Kanter, profesora titular de Negocios en la Harvard Business School. Esta experta, una de las principales voces en el campo de la innovación y el liderazgo empresarial en Estados Unidos, ha participado hoy en la Cumbre de Innovación en el Voluntariado, que se ha celebrado estos días en Madrid, organizada por la Embajada de Estados Unidos, el Meridian International Centre y la Fundación Rafael del Pino
Hay distintas fórmulas de voluntariado corporativo. Kris M. Balderston, representante para Asociaciones Mundiales de la Secretaría de Estado de EEUU, ha explicado que las empresas pueden ofrecer a sus empleados participar en proyectos concretos dedicándoles algo de tiempo dentro de su horario laboral o fuera de él, y también organizar jornadas mensuales o anuales más destinadas a acciones concretas.
La gente trabaja más
a gusto cuando lo que hace tiene un sentido último de servicio"
Jackie Norris, directora ejecutiva del Instituto Corporativo de Puntos de Luz, ha subrayado que para que el voluntariado tenga un impacto real debe estar desarrollado en todos los niveles de la compañía. “Sin el apoyo activo de la dirección es imposible que los proyectos tengan éxito”, ha dicho. Esa experta en responsabilidad social corporativa cree además que se debe ofrecer a los empleados distintas actividades conforme a sus habilidades o su disposición. “Quizá algunos pueden solo dedicar un día a alguna actividad como ir a pintar paredes de una escuela, otros solo algunas horas cada cierto tiempo haciendo microvoluntariado desde casa por Internet y otros utilizar sus capacidades profesionales para colaborar en alguna organización”, sostiene.
Esta última opción es la que aplican empresas como Coca-Cola, Alcoa o Ferrovial. En esta última, por ejemplo, se ha desarrollado un programa de desarrollo de infraestructuras de agua y saneamiento con la ayuda de empleados voluntarios. “Tenemos un gran equipo, por qué no ofrecer lo que mejor sabemos hacer: crear infraestructuras y gestionarlas”, ha dicho Gonzalo Sales, responsable de programas de Responsabilidad Social Corporativa de Ferrovial. “No queremos simplemente donar, queremos ser actores sociales”, ha declarado.
No obstante, los expertos creen que las razones para apostar por programas de voluntariado corporativo no se ciñen solo al beneficio que estos puedan aportar de manera directa a la sociedad. “La gente trabaja más a gusto cuando lo que hace tiene un sentido último de servicio a los demás”, afirma Moss-Kanter. El estudio Impacto del voluntariado de la consultora Deloitte muestra que el 62,5% de los empleados jóvenes prefiere trabajar en una compañía que tiene programas de voluntariado corporativo.
La responsabilidad
social es una cuenta
de resultados intangible
a largo plazo
Estos proyectos, según los expertos, ayudan a mejorar el clima laboral, favorecen el trabajo de equipo. “Además contribuye a desarrollar las habilidades de las personas y el sentimiento de pertenencia al proyecto empresarial”, ha dicho Norris, que, como Moss Kanter, cree es un añadido a la imagen de la empresa.
Una idea compartida por Sergi Loughney, de la Fundación Abertis, que remarca que esa aportación voluntaria también genera valor y eso es importante para las compañías. “La responsabilidad social es una cuenta de resultados intangible a largo plazo que crea valor en la empresa y en la sociedad”, opina. José Ramón Camino de Miguel, presidente de Alcoa España, cree que los proyectos de voluntariado van a cobrar cada vez más importancia en España. “Son un elemento de suma, pero si no los tienes resta. Los clientes quieren saber cada vez más si reciclamos, si tenemos políticas responsables con el entorno… Es importante ganar dinero, pero también cómo lo ganas y el impacto que tienes en los clientes, los empleados y la comunidad donde trabajas”, dice. En Alcoa España, afirma, más del 80% de la plantilla -3.400 empleados-participó en programas de voluntariado el año pasado.
Competir por aportar
Kenn Allen, autor de La gran carpa, voluntariado corporativo en la era global, cree sin embargo que a veces las organizaciones sin ánimo de lucro se sienten “explotadas” por las compañías “que solo quieren lavar su imagen y que se les vea haciendo buenas obras”. Para Moss Kanter, las razones que llevan a las empresas a apostar por programas de voluntariado no importan. “Sería ideal que las compañías compitieran entre sí para tener la mejor alianza con las ONG, incluso si sus motivos de participación no están del todo claros”, afirma.
“El voluntariado no es algo adicional, es el núcleo, el corazón. Mejora las ciudades y las empresas”, ha dicho Stuart Holliday, presidente y consejero delegado de Meridian International Centre. Para Holliday, que de 2003 a 2005 fue embajador de EEUU en Asuntos Políticos Especiales de Naciones Unidas, hacen falta herramientas que midan el impacto del voluntariado, un concepto más familiar en Estados Unidos, donde se calcula que en 2010 las 8.100 millones de horas de labor altruista de los voluntarios representaron alrededor de 173.000 millones de dólares (129,8 millones de euros), según el Centro de Servicios Comunitarios de ese país.
En EE UU las horas de altruismo representaron alrededor de 173.000 millones de dólares
En España, el Instituto Nacional de Estadística ha anunciado ya que aplicará las normas de la Organización Mundial del Trabajo y de Aenor para medir ese impacto. Hacerse una idea de la potencia de la labor solidaria ayuda a captar más altruistas. También, según los expertos, comenzar a concienciar desde las escuelas a los más pequeños de que su participación es importante para la construcción de la sociedad. Además, ha dicho Holliday, hay que animar a los más mayores, un grupo cada vez más numeroso de ciudadanos con mucho que aportar.
Meridian, la Fundación Rafael del Pino y la Embajada de Estados Unidos en España anunciaron ayer la creación de un nuevo proyecto de voluntariado en España. Para ello, según el embajador Alan D. Solomont, buscan una organización española que presente una propuesta de acción innovadora. “Buscamos ideas de cómo el voluntariado puede innovar y mejorar”, ha dicho Solomont, que ha explicado que el proyecto recibirá la ayuda y fondos de las entidades organizadoras.
Voluntarios, no trabajadores
La alcaldesa de Madrid, Ana Botella, ha anunciado esta mañana que Madrid participará en el proyecto Cities for services, una red de intercambio de experiencias sobre voluntariado y participación social creada por el Ayuntamiento de Nueva York y en la que participan otras ciudades como Londres. “El voluntariado es una señal de la sociedad de nuestro tiempo en la que los ciudadanos se implican con aquellos que más lo necesitan. Es la mejor expresión de la capacidad del ser humano de sentir como propias las necesidades de los demás”, ha declarado Botella. Una labor, ha dicho, que cobra especial relevancia en la época de crisis.
Botella ha querido salir al paso de la polémica que suscitó su anuncio de que Madrid incorporará a voluntarios en las bibliotecas públicas, que de otra forma, dijo, no podrían abrir. En España la ley marca claramente que los voluntarios no pueden cubrir lo que serían puestos de trabajo, algo que, según el anuncio, parecía que iban a hacer los voluntarios solicitados por la alcaldesa. “Nuestro programa de voluntariado no es sustituir trabajadores ni reemplazar la labor de las organizaciones”, ha tratado de aclarar hoy. “Es un instrumento que fomenta la ciudadanía activa y fortalece la cohesión social de la ciudad”, ha dicho.
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