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Manuela a su hija: "Yo siempre supe que no estabas muerta"

Una octogenaria y su ‘niña robada’ se reencuentran 44 años después El ADN prueba en un 99,70% que no murió al nacer, sino que fue dada en adopción

María Jesús, el día que se hizo la prueba de ADN.
María Jesús, el día que se hizo la prueba de ADN.DAMIÁN TORRES (LAS PROVINCIAS)

“Yo siempre supe que no estabas muerta. Y hasta hoy siempre he pensado que eras hijo y no hija”, le dijo hoy Manuela Polo a María Jesús, la mujer que, según la primera prueba de ADN que se han realizado, tiene un 99,70% de posibilidades de ser su hija. Lo cuenta ella misma, al teléfono desde As Pontes (A Coruña), apenas una hora después de conocer a su madre, a la que hace 44 años, en un hospital coruñés, los médicos le dijeron que había tenido un niño y que había muerto tras el parto. “Le cogí la mano con fuerza”, continúa María Jesús, y ella me dijo: “Yo ya sabía que había tenido un bebé fuerte, que era imposible que se pudiera morir”.

Les falta una segunda prueba, la mitocondrial, para estar seguras al 100%, pero hoy, en As Pontes, no paraban de verse parecidos. Manuela ha conocido a su hija dos días antes de cumplir 80 años. Su marido ha muerto sin conocerla. “Cuando mi padre pidió ver el cadáver, los médicos le enseñaron cuatro cajitas blancas, pero no se las abrieron”, explica Eva, de 32 años, la hija más pequeña de Manuela.

“Siento una mezcla de alegría y tristeza”, explicaba a este diario María Jesús apenas una hora después del reencuentro. “He cumplido mi objetivo, he encontrado a mi madre, pero he perdido 44 años con ella. Estoy muy emocionada, conociendo a toda la familia. ¡No estoy acostumbrada a estar rodeada de tanta gente!”.

Un cura le dijo que ya tenía seis hijos y que para qué quería más

María Jesús ha descubierto ahora que tiene siete hermanos. Fue dada en adopción a un matrimonio de la Comunidad Valenciana, muy lejos del hospital de A Coruña donde el 25 de marzo de 1968 a Manuela le dijeron que había muerto. Aunque ella siempre sospechó que no era así. “Cree que le quitaron al bebé porque pensaron que ya tenía muchos hijos”, explica Eva. El matrimonio vivía del campo.

“Con 14 años mis padres me dijeron que era adoptada. No me dieron detalles. Sé que pagaron por mí, pero no sé qué cantidad. También hablan de un cura de A Coruña que estaba presente en el parto de mi madre y de un taxista de Valencia que hacía de transportista de niños. Pero no sé nada. Soy una víctima y quiero que todo salga a la luz, que se sepa la verdad”, explica María Jesús, que ha denunciado su caso en la fiscalía. “Cuando empezaron a salir los casos de robos de niños en los medios de comunicación, comencé a sospechar. Y cuando murieron mis padres adoptivos empecé a buscar a mi madre. Mientras ella, por su cuenta, me buscaba a mí. Hasta hoy”.

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También Manuela buscaba. Se revolvía en el sofá de su casa de Sexe, una aldea de As Pontes, cada vez que veía noticias de casos de bebés robados. “Mi madre siempre nos contó que oyó al bebé llorar y que llegó a tocarle la manita”, explica Enrique, otro de sus hijos. “El cura le fue a decir que no pasaba nada porque tenía otros seis niños y que para qué quería uno más. Le dolió tanto que nunca se le olvidó”.

Cuatro décadas después, sus hijos se pusieron en contacto con una asociación de afectados por el robo de niños que le indicó cómo y dónde enviar unas muestras de ADN, que llegaron a principios de este mes.

María Jesús cree que sus padres adoptivos “también fueron víctimas. Ellos aceptaron las condiciones que les pusieron. Nunca supieron lo que había detrás”, asegura. Desde que le dijeron que era adoptada, había imaginado muchas veces a su madre biológica. “Se me pasaron muchas cosas por la cabeza. Pensaba que a lo mejor era una madre muy joven a la que sus padres habían obligado a deshacerse de su hija; o una chica sin medios... Me he apoyado mucho en la asociación SOS Bebés Robados de la Comunidad Valenciana. Los afectados somos como una piña”, explica.

“Mi madre está contentísima. Estamos esperando a que vuelva un hermano que está fuera para hacer una gran celebración”, explica Eva. “María Jesús es la única que nació en un hospital, el resto [dos varones y seis chicas] nacimos todos en casa”, añade.Todos pasaron el día de ayer en la casa de Eva, en As Pontes. La pequeña de los hermanos confesaba que le veía “más parecido con sus dos hermanos” que con ella, “aunque todos tenemos algo”. Además de parecidos, también hablaron de las “alergias” que tienen en común. “Vivimos a casi 1.000 kilómetros de distancia, pero ahora intentaremos acercarnos”, prometía María Jesús.

“Sé que pagaron por mí, pero no sé qué cantidad”, dice María Jesús

A falta de la confirmación de la prueba mitocondrial, este es uno de los escasísimos reencuentros entre madres e hijos robados o dados irregularmente en adopción. De nuevo, es fruto del tesón de los afectados y la suerte, más que de la ayuda del Gobierno o la justicia, aunque María Jesús ha denunciado su caso a la fiscalía.

En Cataluña también se produjo un caso muy similar. Otra mujer localizó 37 años después a su hija. Tras el parto, también a ella le habían dicho que había tenido un niño, no una niña, y que había muerto al nacer. En este caso, no se trataba de una familia numerosa, sino de una madre soltera. Aquel bebé había sido dado en adopción. Cuando años después esa mujer se puso a buscar su origen, descubrió un sobre con la supuesta renuncia de su madre —ella asegura que falsificada— y su propia partida de defunción. Al principio pensó que era un error sin más, pero finalmente terminó encontrando el teléfono de su madre biológica y llamó. Ella pensó que era una broma de mal gusto y la insultó. Pero a los pocos días volvieron a verse y finalmente se hicieron las pruebas de ADN: eran madre e hija. Su caso también está denunciado ante la justicia.

El Congreso llama a los afectados

El Congreso instó hoy al Gobierno, por unanimidad, a “impulsar” la investigación de los casos de niños robados, teniendo en cuenta “los límites legales, competenciales y presupuestarios existentes”, esto último a petición del PP. La comisión de Justicia se comprometió a invitar a los afectados a exponer su situación en la cámara.

La proposición no de ley, presentada por el socialista Odón Elorza, pedía “dar continuidad” a las actuaciones iniciadas por el anterior ministro de Justicia, Francisco Caamaño, y para pedir que la Fiscalía del Estado “dé instrucciones claras de cómo actuar” a las provinciales.

La diputada del PP Susana Camarero le afeó que pidiera “rendir cuentas del anterior Gobierno” y presentó una enmienda transaccional por la que finalmente se instaba al Ejecutivo de Rajoy a “mantener la coordinación entre los ministerios de Justicia, Interior, Sanidad, Servicios Sociales, Fiscalía General del Estado, Instituto Nacional de Toxicología y demás instituciones” que puedan ayudar a esclarecer los hechos, y a “crear un grupo de trabajo para coordinar esfuerzos”. Se rechazó, no obstante, una enmienda de UPyD para crear una fiscalía especializada sobre el asunto. “Las víctimas esperan de nosotros un poco más que nuestra buena voluntad”, aseguró Rosa Díez. Elorza, del PSOE, opinó que era “precipitado en este momento”.

Hace justo un año que un grupo de familiares de niños robados expusieron sus casos en la Comisión de Justicia del Congreso. Ya entonces, la Cámara se comprometió a facilitar todas las vías posibles para esclarecer los hechos, pero un año después, las asociaciones no están contentas. El protocolo de toma de muestras de ADN gratuitas firmado con el Instituto Nacional de Toxicología solo se aplica cuando es una autoridad judicial quien lo reclama y tampoco se han resuelto los problemas de acceso a los archivos. El ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón, que se reunirá el 12 de abril con los afectados, ha encargado un informe técnico a la Agencia de Protección de Datos para ver qué modificaciones legales pueden hacerse para facilitar ese acceso a los archivos.

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