La capa de invisibilidad, cada vez más cerca
Un equipo de científicos españoles y eslovacos logra hacer un cilindro invisible al campo magnético, por lo que resulta indetectable lo que esconde en su interior
Los científicos no saben aún hacer una auténtica capa de invisibilidad al estilo Harry Potter, es decir, algo que esconda completamente lo que haya en su interior a los ojos de un observador. Pero se están acercando. El más reciente y significativo avance en este campo llega ahora de mano de un equipo formado por expertos de España (responsables de la parte teórica) y de Eslovaquia (responsables de hacer los experimentos) que han logrado hacer un cilindro invisible para el campo magnético y, por lo tanto, convierte en indetectable lo que lleve dentro. La luz es una onda electromagnética, recuerdan los investigadores de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB), lo que hace más difícil lograr este efecto de invisibilidad ante la mirada de un observador, pero no es imposible, y el nuevo dispositivo, que se presenta en la revista Science, es un paso es un paso en esa dirección.
No es el primer logro en esto de hacer indetectable un objeto pero hasta ahora los resultados eran limitados, recuerda Science, mientras que el trabajo de Fedor Gömöry y de Álvaro Sánchez –con sus colaboradores respectivos- ofrece buenas prestaciones y funciona incluso bajo campos magnéticos relativamente fuertes y a temperaturas no excesivamente bajas. Además, puede ser relativamente fácil de fabricar y de desarrollar en aplicaciones. Por ejemplo, una capa de invisibilidad magnética sería muy útil para apantallar un marcapasos o determinados implantes auditivos cuando la persona deba someterse a un examen por resonancia magnética nuclear.
Sánchez aclara que los trabajos que se han hecho hasta ahora en este campo, incluido el pionero del británico John Pendry, o eran exactos teóricamente pero exigían materiales inexistentes, o se hacían con materiales disponibles pero obteniendo sólo una invisibilidad parcial. “Nuestro sistema, sin embargo es exacto, el campo magnético de fuera queda absolutamente no perturbado, y se hace con materiales disponibles”, añade este investigador del Grupo de Electromagnetismo del Departamento de Física de la UAB. El experimento se ha hecho (en el Instituto de Ingeniería Eléctrica de la Academia de Ciencias de Eslovaquia) con un campo magnético estático, como el que crean los imanes -utilizados en turbinas y motores eléctricos- o el que se usa en las memorias de los ordenadores, añade.
El artefacto experimental consiste en un cilindro con dos capas concéntricas: la interior esta hecha de un material superconductor que repele los campos magnéticos y la exterior, de un material ferromagnético que los atrae. Cuando se sitúa en un campo magnético, el artefacto no perturba las líneas de campo y no crea ni sombra ni reflexión, por lo que un objeto colocado dentro del cilindro no sería detectable. “El cilindro del experimento mide un centímetro, pero el resultado no depende del tamaño y, teóricamente, es posible hacerlo a escala de metros”, explica Sánchez.
El paso hacia la capa de invisibilidad ante la luz es complicado, considera el físico español. Sería un dispositivo que permitiera mirar a un objeto y ver la luz que hay detrás porque lo ha rodeado, de manera que el objeto en sí no se ve. Harán falta materiales especiales con propiedades eléctriomagnéticas muy concretas, y esto es un reto importante, añade Sánchez, “pero teóricamente no tiene por qué ser imposible”.
El cilindro indetectable
Los investigadores de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) y sus colegas de la academia de Ciencias de Eslovaquia han hecho un cilindro invisible al campo magnético que hace que lo que contenga sea indetectable. Es dispositivo está hecho de materiales superconductores (a temperatura del nitrógeno líquido) y ferromagnéticos, y la UAB explica cómo funciona:
“La capa superconductora del cilindro evita que el campo magnético llegue a su interior, pero por sí misma distorsiona el campo exterior y hace que el cilindro sea detectable. Para evitarlo, la capa exterior ferromagnética, una aleación de hierro, níquel y cromo, hace el efecto contrario, es decir, atrae las líneas de mapo magnético compensando exactamente la distorsión que crea el superconductor, pero sin que el campo llegue al interior. El efecto global es un campo magnético completamente nulo en el interior del cilindro y absolutamente ninguna distorsión del campo magnético en el exterior”.
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