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"Un riñón para ti y otro para mí"

Francisco Moreno y su nieto se recuperan satisfactoriamente tras la donación del primero al segundo

"Yo le decía, un riñón para ti y otro para mí, ¿vale?, así cada uno tenemos uno", cuenta ilusionado Francisco Moreno, de 49 años, que esta semana ha donado un riñón a su nieto de cinco años, con insuficiencia renal. Los dos se recuperan satisfactoriamente.

"Estoy orgulloso de lo que he hecho, lo tenía claro desde el principio, ahora solo tengo ganas de abrazar y besar a mi nieto", cuenta Moreno desde la camilla del hospital Virgen del Rocío de Sevilla, donde se recupera de la operación quirúrgica. "Recomiendo que se done en vida, es una satisfacción", destaca.

Su nieto está cerca, en el mismo hospital, pero aún no pueden verse. "No lo podemos ni besar, pero está perfecto, tiene buen color de cara, hasta se ha tomado un zumo", dice pletórica su madre, Alexandra Corretge. "Mi madre dice que hacía tiempo que no me veía tan contenta, que de reírme se me ven hasta las muelas. No sé ni cuántas veces se lo he agradecido ya a mi suegro".

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"Parece que el riñón de mi padre era perfecto para mi hijo. Funciona perfectamente, estaba sano, parecía como venido de fábrica", cuenta Sabino Moreno, el padre del chico. "Los demás no podíamos, yo soy celíaco, mi madre tiene fibromialgia..."

El doctor Rafael Medina, que ha dirigido la operación, lo corrobora. "El donante está muy sano, su riñón es un órgano viable y útil". "El cambio en la vida del pequeño va a ser radical, podrá arrancar su crecimiento como un niño normal, solo tendrá que pasar los controles pertinentes. Podemos decir que su nieto ha nacido otra vez".

Cuando el pequeño llegue a Almería, lo primero que harán es descansar y recuperarse. "Pero después montaremos una gran fiesta en la calle, aunque tengamos que ir todos con mascarilla".

Francisco Moreno, en la cama, ha donado el riñón a su nieto, hijo de Sabino Moreno y su esposa, Alexandra Corretge, de pie, en el hospital donde se ha llevado a cabo el trasplante.
Francisco Moreno, en la cama, ha donado el riñón a su nieto, hijo de Sabino Moreno y su esposa, Alexandra Corretge, de pie, en el hospital donde se ha llevado a cabo el trasplante.ALEJANDRO RUESGA

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