Una presa para embalsar la economía de Laos
El mayor proyecto hidrológico del país producirá en torno al 3% del PIB y se ha llevado a cabo tratando de minimizar el impacto ecológico
"Nam Theun 2 es un ejemplo de cómo la energía hidroeléctrica puede ayudar al desarrollo de una forma económica, social, y medioambientalmente sostenibles, y el gobierno de Laos debería trasladar lo aprendido al resto de proyectos de este tipo de energía en el país". Así de rotundo se explica en la página web del Banco Mundialel fundamento con el que se ha construido el mayor proyecto hidroeléctrico de la hermana pequeña de Indochina, que pretende desterrar la creencia generalizada de que cualquier presa tiene siempre consecuencias graves tanto en el Medio Ambiente como en la población de los alrededores.
Con un muro de 39 metros de alto y 526 metros de largo, y una reserva de agua de 450 kilómetros cuadrados -suficiente para almacenar 3.500 millones de metros cúbicos-, Nam Theun 2 es un proyecto capaz de generar hasta 6.000 GW de energía al año con sus seis turbinas -suficiente para abastecer a tres millones de familias en la vecina Tailandia, a la que se destina el 95% del total producido-, que nació con la firme convicción de que el desarrollo económico de un país como Laos, uno de los más pobres y despoblados del continente asiático, puede buscar un nuevo modelo, más cuidadoso con el entorno, sin renunciar a la construcción de infraestructuras clave.
Los 6.500 realojados han tenido voz y voto en la redacción de los planes de reubicación y la mayoría cuenta ya con viviendas nuevas
En 2034 la presa será cedida completamente al país y generará en torno al 3% del PIB de Laos
El Gobierno lo resume así: "La presa de Nam Theun 2 (NT2) supone un proyecto esencial para el desarrollo de Laos y permitirá reducir considerablemente la dependencia del Estado de ayuda humanitaria". Y con intención de lavar su nombre, el Banco Mundial apostó por las instalaciones y garantizó 180 millones de dólares de un presupuesto total de 1.300 millones, gestionado por un consorcio en el que la francesa EDFI cuenta con el 40% y la tailandesa EGCO el 35%. "Esta vez queremos hacer bien las cosas", aseguró durante una entrevista con este periodista el director de la entidad financiera en el país en 2007, Patchamuthu Illangovan. Para ello, los 6.500 realojados han tenido voz y voto en la redacción de los planes de reubicación, y la mayoría ya cuenta con viviendas nuevas que mejoran las condiciones en las que vivían antes.
Además, se ha trazado una hoja de ruta para que el año que viene los afectados por la infraestructura dupliquen la renta con la que contaban en 2007. "A quienes vean en peligro sus ingresos, les permitiremos pescar en las instalaciones", prometía Illangovan. Según una encuesta realizada por el Banco Mundial, el 87% de las personas reubicadas consideran que ha mejorado su calidad de vida, un hecho que ha podido comprobar este periodista. Si se cumplen las previsiones, en 2012 ganarán en torno a 80 euros. Al año.
Según el consorcio responsable del proyecto, las arcas del Estado recibirán bastante más: 30 millones de dólares anuales hasta 2020. Y 110 millones de ahí a 2034, momento en el que la presa será cedida completamente al país, y generará en torno al 3% del PIB de Laos. En la página web oficial se puede leer: "Si los beneficios son gastados de forma eficiente y transparente, tal y como se ha acordado, Nam Theun 2 puede suponer un arma eficaz para aliviar la pobreza de Laos".
Pero no todos están convencidos. International Rivers es una de las ONG ecologistas que más se ha opuesto a la construcción de la presa, inaugurada en diciembre del año pasado. Esta organización cifra en 110.000 el número de afectados río abajo. "La calidad del agua es mala, la pesca ha disminuido, y los fondos del proyecto son inadecuados para recuperar sus fuentes de ingresos", aseguraba IR en un comunicado de prensa publicado con motivo de la inauguración de la presa. Además, denuncia la ONG, "la reserva ha abierto un acceso al parque protegido Nakai-Nam Theun, exacerbando la deforestación y la caza ilegal, y poniendo en peligro su integridad ecológica".
Sin duda, la proliferación de barreras en el río Mekong, la principal vía fluvial del sudeste asiático, y de sus afluentes -como el Nam Theun-, supone una importante amenaza para el ecosistema y la forma de vida de sus habitantes. Lo reconocía el propio Illangovan durante la construcción de la NT2: "Se reducirá la pesca, especialmente en unos 257 pueblos río abajo, aumentará la polución, y muchas personas verán su forma de vida amenazada. Por eso es necesario que busquemos una solución integral para las personas y para el ecosistema". Actualmente, sólo en Laos se están construyendo 17 represas de tamaños menores que suman sus efectos negativos al frágil medioambiente del país. Y a ellas se unen los proyectos de China, Vietnam, Tailandia y Camboya. "En 20 años, el Mekong va a sufrir el gran impacto de todas estas infraestructuras", vaticinaba Illangovan.
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