Un mes sin Antonio López

Una chica creyó cruzarse en la estación de Atocha a Antonio López López, el hombre de 29 años desaparecido hace un mes. Había visto su cara en carteles colgados por toda la ciudad con la leyenda "se busca". La seguridad de la estación avisó a la hermana del desaparecido, quien revisó durante un buen rato las cámaras de Atocha pero no reconoció a su hermano entre el gentío que transitaba ese día por allí.

Mercedes López, la hermana del Antonio, 30 días después de que se esfumara sin dejar rastro del barrio de Perales del Río (Getafe) en el que vivía con su familia, continúa la búsqueda, a pesar de que la policía maneja la hipótesis de que se haya marchado por su propio pie. "Seguimos haciéndolo porque efectivamente es eso, una suposición, una hipótesis. Es algo que no está basado en ningún hecho. Por el momento no se ha comprobado que nadie le haya visto. No vamos a parar hasta saber algo de él", cuenta Mercedes, de 27 años.

Esta semana los familiares y amigos más cercanos de Antonio realizaron una última batida por una zona de pinos cercana a su casa que aún no había sido rastreada. Acabada sin éxito, la gente que le busca quiere ampliar el rastreo por el centro de Madrid, en especial la zona de Atocha, por si el presentimiento que tuvo esa chica en la estación tuviese algo de cierto. El sábado, además, la hermana ha convocado una concentración en el centro de Getafe.

La desaparición de Antonio tuvo un enorme eco, en contra de lo que ocurre con las cinco desapariciones que se denuncian al día de media en Madrid, porque se produjo en el mismo lugar y el mismo día que dos adolescentes murieron tras ingerir estramonio en una rave, una fiesta ilegal, que se celebraba en un caserón abandonado de Perales del Río. En un principio se llegó a pensar que Antonio podría haber estado en la fiesta pero la policía lo descarto tras investigarlo.

Este tema supuso el primer resbalón público de Juan Soler (PP) como alcalde de Getafe. En un desayuno informativo Soler dijo a los medios que Antonio tenía antecedentes penales, un dato que no resultó ser cierto y que no añadía nada a la investigación. Soler se disculpó al día siguiente por haber dicho esto pero la familia nunca aceptó las disculpas porque lo hizo a través de la prensa y no con una llamada telefónica.

El joven tiene el pelo rapado y sus ojos son verdes. Vestía en el momento de su desaparición una camiseta blanca de manga corta y un pantalón vaquero azul de estilo pirata. Tiene el tatuaje de un dragón de color verde en el omoplato derecho. El chico llevaba encima la documentación y un poco de efectivo, aunque no se había llevado ni los móviles ni ropa ni los ahorros que tenían en casa, donde aún le están esperando.