Un defecto de fabricación causó el accidente del carguero Progress
El programa de la Estación Espacial Internacional, pendiente de la revisión de los cohetes Soyuz
Un fallo en el proceso de fabricación de un cohete ruso Soyuz causó la pérdida de un carguero espacial Progress el pasado 24 de agosto, pocos minutos después de despegar desde la base de Baikonur, en Kazajistán. La nave, no tripulada, llevaba tres toneladas de suministros a la Estación Espacial Internacional (ISS), en órbita a unos 390 kilómetros de altura sobre la Tierra. Ahora, la comisión de investigación del accidente, liderada por Anatoy Koroteev (director del Instituto Keldysh), ha indicado que la obstrucción de un pequeño conducto de combustible de la tercera etapa del cohete provocó el apagado del motor antes de lo previsto y la nave Progress no alcanzó la órbita prevista. Debió destruirse en la alta atmósfera y, si llegaron a caer fragmentos al suelo, no se han encontrado, pese a la operación de búsqueda puesta en marcha por las autoridades espaciales rusas en la zona de impacto estimada, en la región de Altai (Siberia).
Las conclusiones de esta comisión tienen una importancia estratégica para el programa de la ISS dado que los cohetes Soyuz que lanzan los cargueros Progress son prácticamente idénticos (en concreto la tercera etapa, la que falló) a los utilizados para enviar las cápsulas con astronautas y, desde la retirada definitiva de los transbordadores de la NASA este verano, los rusos son los únicos vehículos disponibles para los vuelos de las tripulaciones de la base orbital. Si la situación no se aclara para garantizar la seguridad de los cohetes Soyuz con vuelos tripulados, los responsables de la ISS podrían verse obligados a dejarla deshabitada antes de finales de año. De momento, está previsto que el próximo jueves partan de la estación tres astronautas (tal y como estaba programado) que han finalizado sus estancia en órbita. Regresan en una cápsula Soyuz que está atracada en la ISS y aterrizarán el viernes. Sin embargo, se ha suspendido de momento el lanzamiento de los tres astronautas de recambio, que estaba previsto para el 21 de septiembre.
El pequeño conducto obstruido en el cohete que falló alimenta una pequeña turbina que no genera empuje sino que bombea queroseno y oxígeno líquido a las cámaras principales de combustión y el fallo afectó al motor, activándose el sistema automático de emergencia que lo apaga, informa The New York Times, citando a la Agencia Espacial Rusa (Roscosmos). Los expertos han analizado los datos recibidos del cohete (telemetría) durante el lanzamiento para sacar sus conclusiones. La obstrucción del conducto se debió a un defecto en el proceso de fabricación del cohete que se considera "accidental", por lo que los expertos recomiendan intensificar el proceso de control de calidad, incluso instalando videos de control de los trabajadores en la línea de ensamblaje de los cohetes. Se ha descartado que el fallo se produjera en las últimas operaciones de preparación para el lanzamiento, así como un error de diseño.
Las naves Progress se lanzan en cohetes Soyuz-U, mientras que para las cápsulas de los astronautas (Soyuz-TMA) se usan los Soyuz-FG, pero la tercera etapa en ambos es prácticamente idéntica. Se han lanzado hasta el momento 745 Soyuz-U (con 21 fallos) y 25 Soyuz FG (todos con éxito).
Los planes inmediatos de la ISS están todos en suspenso y los tres astronautas que se quedarán en la estación, cuando partan esta semana los otros tres, tienen víveres, agua y combustible para varias semanas. El problema es que las cápsulas Soyuz que permanecen atracadas en la estación (que sirven también de bote salvavidas para regresar a la Tierra en caso de emergencia) tienen una vida útil limitada a 200 días en órbita. Los tres astronautas que se quedarán en la ISS ahora tienen que regresar a mediados de noviembre.
Para reponer la tripulación de la estación hacen falta las naves rusas y de momento las fechas de los lanzamientos están "en revisión". El plan de los rusos, según ha informado la NASA, es lanzar en octubre dos cohetes Soyuz: uno para poner en órbita un satélite de comunicaciones y otro con un carguero Progress que lleve los suministros a la ISS. Si todo va bien podrían reanudarse los lanzamientos rutinarios a la estación, pero si surgen problemas, cabe la posibilidad de dejar la base en automático, sin astronautas, durante un tiempo.
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