Una improvisada vuelta al colegio vacía los bolsillos de las familias mexicanas
En México terminan las vacaciones de verano y decenas de millones de niños se disponen a iniciar un nuevo ciclo escolar que, más allá de inscripciones y colegiaturas, supone para los padres un esfuerzo económico adicional debido a la compra de útiles y uniformes escolares.
Las autoridades mexicanas se cansan de hacer propaganda invitando a los padres de familia a que no dejen para el último momento la compra de útiles escolares, para así mitigar algo la posibilidad de ser víctima de abusos por parte de los comerciantes. Con tiempo, dice la publicidad gubernamental, se pueden comparar calidad y precio y de esta manera optar por lo mejor y al coste más conveniente.
En teoría, todo está muy bien, pero el hecho es que al 55% de los padres de familia todavía no les han entregado las benditas listas de útiles y, según la encuesta que hicimos esta semana, el 65% todavía no ha comprado ninguno de los materiales que sus hijos necesitarán para las clases que están a punto de comenzar.
Algunos opinan que ayudaría mucho si desde las mismas escuelas se negociara la adquisición de los útiles escolares, pudiendo conseguir así precios de mayoristas, pero, según nos cuentan los padres de familia que entrevistamos, sólo en el 7% de los casos los útiles los venderán en la escuela, el resto tendrán que comprarlos individualmente, lo que seguramente significa un mayor desembolso.
Tampoco se esfuerzan las escuelas en organizar venta o intercambio de libros usados, lo cual sin duda podría ser de gran ayuda para la economía de los padres. Según la encuesta, apenas en el 14% de las escuelas se tiene planeado algo por el estilo.
Los tiempos están difíciles y el regreso a las clases los complica aún más. Un 82% de las personas que hemos entrevistado nos asegura que el dinero que tendrán que desembolsar para cubrir los gastos de inscripciones, colegiatura, útiles escolares y uniformes va a pesarles muchísimo o mucho sobre su economía familiar, pero, qué se le va a hacer, los chicos tienen que regresar a clase y a veces las escuelas no parecen tener piedad con el bolsillo de los padres de familia.
María de las Heras es directora de Demotecnia
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