Unos 23 millones de niños en el mundo no tienen acceso a vacunas
Un grupo de investigadores alerta de la necesidad de llevarlas a países en vías de desarrollo con apoyo financiero
Alrededor de 23 millones de niños en el mundo no tienen acceso a servicios habituales de inmunización y cerca del 20 por ciento de las muertes en menores de cinco años es prevenible con vacunas. Son las conclusiones que ha destacado el investigador Pedro Alonso, director del Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGloba)-CRESIB del Hospital Clínico de Barcelona, durante unas jornadas científicas celebradas en Madrid.
En este sentido, el investigador ha afirmado que es necesario introducir de forma acelerada nuevas vacunas en países con elevada carga de enfermedad acompañada de apoyo financiero, especialmente para países de renta media y baja. Vacunas contra la malaria, la tuberculosis, hepatitis C o sida son algunas de las que han mencionado los científicos reunidos en las jornadas organizadas por la Real Academia Nacional de Medicina (RANM) y el Observatorio para el Estudio de las Vacunas.
Entre las herramientas para poder afrontar estos retos, Alonso ha destacado la necesidad de "favorecer la producción de vacunas en países en vías de desarrollo creando plantas de producción". "Este es un elemento clave porque el coste de las vacunas sigue siendo alto", ha añadido.
El director del instituto ha afirmado también que "el camino hacia la vacuna del VIH no parece tan despejado como el de la malaria o la tuberculosis". Asimismo, ha señalado que, aunque "empezamos a tener buenas noticias sobre la primera generación de vacunas contra la malaria, estas no serán plenamente eficaces". En otros casos, como la hepatitis B, explica, se cuenta con una vacuna plenamente eficaz y, sin embargo, en muchos países africanos y asiáticos no se aplica debidamente provocando cada año millones de muertes, lo mismo ocurre con el sarampión, la varicela o la difteria, que siguen estando muy presentes en algunos países.
En cuanto a los grupos que critican el uso y utilidad de la vacuna, ha recordado que "no son productos inocuos", ya que "en algunas personas pueden provocar molestias,fiebre; pero siempre son efectos adversos de baja intensidad cuya aparición son un mal menor frente al riesgo de no vacunarse". "La evidencia científica disponible no deja lugar a dudas: cuando nos vacunamos disminuye el número de infecciones y cuando abandonamos las vacunaciones, las enfermedades vuelven", ha añadido.
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